Finalmente llegó el día... Hoy se conmemoran los doscientos años del Primer Gobierno Patrio, aquella Revolución de Mayo que echó por tierra al Virreinato del Río de la Plata para comenzar la aventura de liberarse de los lazos coloniales con España. El trayecto no fue sencillo. Rápidamente aparecieron las primeras fisuras entre los criollos en torno a los caminos a seguir para organizar el territorio y crear una Nación. Con el correr de los años, la vida en las Provincias Unidas del Sur se tornó dificil. Los enfrentamientos entre unitarios y federales enrarecieron los "buenos aires" y la muerte por pensar diferente se encontraba en cada esquina. De ésa época nos habla el film Camila, un clásico del cine argentino de 1984. Yo la ví en mi adolescencia y me volví fanática, al punto que hoy cuando la pasan por televisión puedo decir gran parte de los parlamentos de memoria.
Camila O'Gorman, una niña bien de la aristocrática sociedad porteña, y Ladislao Gutiérrez, un sacerdote recién llegado a la ciudad, se enamoraron contrariando todas y cada una de las leyes vigentes -las de los hombres y las de Dios- y pagaron con su vida esa osadía.
El primer encuentro cara a cara de los amantes se da en el cumpleaños de Camila, ella ataviada con un fresco vestido blanco y una venda en los ojos -como parte del juego "la gallina ciega"- se topa con el cura y siente la atracción de inmediato.
Los encuentros se suceden, aunque ambos luchan contra la pasión que los supera... Camila viste a usanza de entonces: silueta definida por el corset, falda amplia con enaguas y crinolina; una paleta de colores que va desde los tonos pastel para el día, hasta el negro o azul para la noche. Sus accesorios más apreciados son la sombrilla -necesaria para mantener la palidez de la piel, símbolo de la belleza romántica-, los guantes, y el sombrero tipo capota. Luce el cabello recogido y con bucles a los lados, según la moda de aquellos años. Proliferan los moños y cintas como adornos, y la infaltable "divisa punzó", un lazo colorado símbolo del federalismo que, impuesta por Rosas, debía llevarse a la vista so pena de castigo a quién no la tuviera.
En la colección Couture primavera-verano 2006, Dolce & Gabanna se inspiró en el Romanticismo, con prendas que remitían a las mujeres de entonces, ataviadas como muñecas hasta en sus prendas interiores...
En otra de las escenas del film, mientras Camila viaja en la diligencia con su prometido, lee un libro de un autor prohibido por el Gobernador de Buenos Aires, Rosas. Se trata del unitario Esteban Echeverría y en él, ella encuentra una vía de escape al clima de prohibiciones en que vivía.
La única persona con la que Camila se siente a gusto es su abuela -una anciana demente- quién en el pasado vivió una tormentosa historia de amor con el Virrey Liniers y fue el escándalo de Buenos Aires.
Una vez que Ladislao y Camila deciden no luchar más contra sus sentimientos, huyen y se esconden en el interior del país, dónde se dedican a la enseñanza y viven en la pobreza. En esas tomas, la niña Camila aparece como una mujer pueblerina, despojada de todos sus adornos y trajes señoriales. Ya en la escena de amor en la diligencia podemos apreciar cómo sus atuendos fueron reemplazados por una simple falda, zapatos bajos y el cabello al viento, sin sombrero ni lazos que lo sostengan.
Finalmente, como dice una voz en el film, (...) "ni un chingolo se mueve en La Pampa sin lo que sepa el gobernador"... Los amantes furtivos son encontrados y condenados a muerte por fusilamiento. Allí termina la historia de amor y comienza la leyenda que los hizo inmortales.
Imágenes de Flick
Elegí hablar sobre este film hoy porque durante los festejos por el Bicentenario de la Patria han quedado en evidencia odios y rencores entre los gobernantes, en la clase política en general. Si bien hoy vivimos en democracia y cada quién puede pensar y actuar como le parezca, un clima de hostilidad y virulencia se ha instalado en el país. En una fecha que quedará en la Historia, como sucedió con el festejo por el Centenario en 1910, la sensación que subyace es que se ha derrochado dinero y energía en festividades grandilocuentes y que lo principal, la búsqueda de unión, la reflexión en torno a nosotros mismos, la discusión sobre el proyecto de país que queremos a futuro, éso, quedó ausente... Camila y Ladislao son los mártires de una época de intolerancia y prejuicios. Por suerte ya no pasan tales cosas; pero la tendencia al pensamiento único, al "ellos o nosotros" que parece reinar en el país en 2010 hace que prestemos atención a las consecuencias que tales males pueden traer...
Perdón si el post me quedó largo o un tanto politizado, pero la fecha que nos convoca merecía una dedicatoria especial, no creen? Espero que pasen un hermoso Día de la Patria y que, si lo desean, me dejen alguna reflexión sobre la publicación de hoy -la película o los festejos-. Les dejo un beso y me despido hasta mañana:>