¿Alguna vez te has querido tomar una lata de cerveza (o un refresco) pero estaba caliente?
Pues gracias a la ciencia lo puedes enfriar en tan solo un par de minutos. El único problema será llevar cuidado con tu garganta por si está demasiado fría.
Todo lo que necesitas es un recipiente, hielo y sal.
Lo que simplemente hemos hecho ha sido transmitir el frío del hielo a la lata de cerveza o lo que es lo mismo, el calor de la cerveza al hielo, usando la sal como acelerador del proceso.
Sabes que cuando nieva se echa sal sobre las carreteras para evita que se congele. De la misma manera, al echar sal sobre el hielo usado en el proceso de enfriar la lata de cerveza, los cubitos de hielo se descongelan pero para ello necesitan calor, calor que extraen de la lata de cerveza, enfriándola así rápidamente.