En el año de nuestro señor de 1990, el proyecto de Michael Cretu sorprendió a nivel mundial por su exquisita combinación de cantos gregorianos con sonido próximos al Ambient, a la New Age, y también hay que decirlo, al Pop más delicado.
Cretu no era ningún novato, todo lo contrario. Ya había estado con Frank Farian en grabaciones de Boney M entre otros muchos.
Las voces femeninas corren a cargo de Sandra, cantante Pop con mucho éxito en los 80 y a su vez, esposa de Cretu.
Vamos, todo bastante casero.
Y lo de siempre. No por haber tenído éxito a nivel mundial se puede defenestrar la calidad y la originalidad que encierra el disco.
Sadenness o Mea Culpa son esos acercamientos al Pop que antes comentaba.
Pero el disco se puede, o se debe, escuchar como un todo. Los temas se encuentran unidos entre sí, sin pausa, creando un recorrido por los laberintos de la mente, de las pasiones, de la religión como medio de salvación y también como parte castradora de instintos.
Todo un camino que nos depara sorpresas interesantes.
Realmente, salvo los temas que comenté antes, que salieron como singles y fueron un completo éxito. el disco de debut de Enigma debe de verse con un conjunto de temas destinados a embarcarte en un viaje en el que puedes reflexionar, salir de aquí y visitar tu interior.
En cuanto a la parte técnica, decir que el sonido es exquisito, cristalino, depuradísimo y con una profundidad increible.
Gracias a eso, cada sonido, cada voz, cada intrumento te van penetrando en los sentidos.
Un disco que sigue sonando fenomenal a día de doy. Y de esos discos que uno debería de escuchar.