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Enójate con creatividad

Por Vivaconproposito

Enójate con creatividad

¿Enojarse con creatividad?, o sea ¿enojarse de una manera distinta a como me enojo habitualmente? Si y no.

Me gustaría que, por un instante, recordaras el momento en que te enojaste como nunca, y le pongas atención a lo que sentiste y el cómo reaccionaste: gritos, respiración entrecortada, calor o sudoración ¿te suenan familiar? El enojo es una reacción de nuestro ego hacia una situación que nos genera frustración por algún deseo no logrado. Al percibir que nuestro honor ha sido dañado, nos sentimos agredidos y hacemos que nos devuelvan esa posición de importancia y respeto con el fin de ganarnos de nuevo un espacio en este mundo. En otras palabras: es un mecanismo de defensa para sentirnos menos vulnerables.

También sabemos que el enojo es una conducta aprendida de la sociedad. Como de niños, cuando obteníamos lo que queríamos con una rabieta, aprendemos que es una buena estrategia para obtener lo que queremos, lo cual hace que cada vez que sintamos que no tenemos lo que pretendemos, automáticamente se genere enojo. O sea, el sentimiento de enojo. Además de ser necesario como un modo de protección hacia cualquier amenaza externa, es también condicionado por las experiencias que hemos tenido a través de los años. Esta emoción tan fuerte que nos puede descontrolar y hacernos poco asertivos, nos tensa el rostro, la temperatura de nuestro cuerpo sube, la presión arterial se eleva, y la adrenalina y la noradrenalina, que son las hormonas de la energía, se disparan.

Ahora, ¿qué tiene que ver el enojo con la creatividad si es tan 'dañino' para uno como para los que nos rodean? La respuesta es tan simple como compleja. Primero que nada, la palabra 'dañino' o 'negativo', se emplea simplemente por ser una emoción mal interpretada. Segundo, como apunté anteriormente, esta emoción (además de cumplir la función más básica de supervivencia) es también condicionada por la relación que tenemos con el mundo exterior, responsable de modelar nuestra personalidad. Una vez formada nuestra personalidad, es muy difícil, mas no imposible, reestructurar las redes neuronales que hemos formado de niños. Así que la complejidad reside en adentrar en las posibles causas que detonan dicha emoción, y reprogramar de nuevo nuestro patrón de pensamiento igual emociones, para crear nuevas redes neuronales. De ese modo, podremos redireccionar esta emoción, con el fin de transformarla en diferentes formas de exteriorización.

El primer paso para canalizar el enojo es reconocer que es una emoción como cualquier otra y muy sana. Todos tenemos derecho a enojarnos y es lo que nos da acento a nuestra personalidad. Darle una nueva salida a esta emoción, no sólo te hace una persona más feliz, sino que causas menos daño a los demás. El enojo, al igual que la energía sexual, es una fuente de gran energía en nuestro organismo, que si le damos una salida creativa podremos alcanzar nuestros objetivos con gran impulso y motivación. En definitiva, es cambiarle la cara a la moneda.

Te dejo algunos consejos básicos para empezar a redireccionar tu enojo:

  1. Si sueles reaccionar con agresividad, de manera impulsiva, cuando alguien te genera un disgusto, has algo tan simple como contar las rayitas de la pantalla de tu celular. Parece algo ilógico pero es muy utilizado como técnica por especialistas del control del enojo. Al centrar tu atención en algo más, te da tiempo para enfriar un poco la cabeza y ser más asertivo en tu respuesta. Así poco a poco irás acostumbrando la emoción para que no esté por encima de la objetividad.
  2. Entiende que cada persona ve el mundo con una perspectiva diferente. No porque tenga una opinión diferente a la tuya, quiere decir que te está agrediendo. Haz un esfuerzo por abrir tu mente y escuchar otro punto de vista. Quizás, hasta podría llegar a ser muy útil y enriquecedor.
  3. Cuando sientas que puedes explotar de la ira, acostumbra a decirle a la persona que realmente lo sientes, pero necesitas un tiempo fuera. Respira profundo y medita. Eso sí, cuando tengas la cabeza fría procura transmitir lo que sientes a la otra persona de manera calmada. Eso ayudará a que el lado opuesto se sienta incluido y que lo que haces, no es una manera de evadir o huir de la escena. Todo lo contrario. De ese modo, aprenderás que el honor no se devuelve con rabietas, sino de manera inteligente y constructiva.
  4. Haz una lista de las cosas que te disgustan: ¿Qué sientes?, ¿cómo sueles reaccionar? ¿qué te dijo esa persona para que enojaras? Analizar tus sentimientos es la forma más eficaz de llegar a la fuente de tu disgusto.
  5. Recuerda también que el enojo es un signo de baja autoestima y complejos. Si sientes que alguien te agrede, piensa en las palabras que esa persona te dijo y pregúntate si, de verdad,      fueron inofensivas o adrede y por qué te enojan tanto?

Cuantos menos obstáculos emocionales tengamos en la cabeza, mejor calidad de vida tendremos.

¿Que te parece si entonces nos enojamos con creatividad?

La creatividad en un momento de enojo evitará cien días de dolor.
Viva con Propósito.

 

Foto: http://eltoilet.com/wp-content/uploads/2010/02/creatividad-con-huevos-2.jpg


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