Este libro no cuenta su trabajo de corresponsal del País y poco (para mi gusto) de lo personal, aunque el escritor quede bien retratado. Es un libro sobre Londres escrito con conocimiento y amor y narrado con sencillez y eficacia. Lo toca todo: el fútbol, los políticos, la iglesia, las finanzas, los barrios, el sistema sanitario, las cloacas, los pubs, la historia, la comida, la familia real, los periódicos o las cervezas. Retrata muy bien el carácter británico. Se mete a fondo en cuestiones que le interesan, como la historia de Jack el Destripador o el fenómeno Barrie-Peter Pan.
Me ha gustado mucho, y eso que no he estado allí nunca (ni hay visos de solucionarlo a corto o medio plazo). Solo me ha sobrado un poquito la profusión de nombres de calles y lugares y me hubieran gustado más historias de personas en el presente.
He conseguido el de Nueva York y buscaré el de Roma.
Una agradable sorpresa.