Enrique Bunbury se ha mandado un discazo durante la crisis mundial. Y esta vez alcanza una excelencia artística en estrecha relación con su nombre artístico, Bunbury, que es su esencia.
Lanzado el 29 de mayo 2020, pareciera que el disco “Posible” devorara a su autor, dando la impresión de ser una obra que no solo va de adentro hacia fuera, como es natural, sino al revés. Quiero decir que con el disco "Posible", el artista español crea un mundo abierto del que continuamente entramos y salimos, atravesando diversas e insospechadas "realidades", pero que al mismo tiempo es cerrado y autosuficiente. Un hecho paradójico que refleja el espíritu del autor.
“Es un disco intertextual”, sería lo más sencillo y burdo de decir pero no por ello menos cierto. La gracia está en cómo el autor teje esas relaciones entre diferentes textos que abarcan poesía, filosofía, cine, música, periodismo, ciencia. Pero no solamente se vale de estas disciplinas como influencias, sino que todas las canciones están plagadas de referencias que nacen de obras ajenas a él, y que revelan su carácter de explorador lúdico y que lo sigue posicionando como maestro del engaño. “Mis posibilidades son universos paralelos / aunque me vaya siempre vuelvo”, sintetiza Bunbury en “Mis posibilidades (Interstellar)”.
La portada del disco ilustra este concepto de lo fragmentario y multidimensional:
PURO ARTE DE VANGUARDIA
Cómo no amar a este Bunbury:
Todo es irreal y escurridizo
La gente es como es
y no se hable más
Esta canción es el himno del disco. Se llama “Arte de vanguardia”. La canción es una suerte de manifiesto del quehacer artístico; bebe de la tradición que propone al artista como “héroe” o personaje trágico, con un determinado destino del que no puede escapar. Típico del cantautor:
Habrá que vencer con resistencia la decepción
un corazón es un cazador solitario
La adversidad nos inspirará
Y lo demás será un buen decorado
Luego, el coro:
Un laberinto emocional
Puro arte de vanguardia
Inteligencia Artificial
¡Oh demencia humana!
Ya. ¿Qué hace la línea Inteligencia Artificial aquí? Es un concepto que se inserta repentinamente en medio de la canción. Sospecho que Bunbury está hablando de los cambios radicales que implica cada avance tecnológico en la vida humana. Estos cambios son tan abruptos e imperceptibles que no nos percatamos de la “ruptura” (vanguardia) que generan respecto al mundo anterior, a la vida que llevábamos antes de. ¿Es posible imaginar, construir, socializar nuestra vida sin redes sociales? ¿Es posible andar por esta vida sin celular a la mano? ¿Cómo saciaríamos nuestra curiosidad sino le preguntáramos a Google? ¿En verdad el ser humano tuvo que esperar MESES para recibir un mensaje? El ser humano desdoblado y descuartizado (extendido) de hoy le hubiese generado una erección de 30 centímetros a cualquier dadaísta, tan afanosos con la física cuántica, el cubismo, el futurismo y el absurdo.
Sin embargo, para que no lo andemos jodiendo con interpretaciones, el autor se lava las manos en “Mis posibilidades (Interstellar)”:
Las cosas por su nombre
Responsable solo soy
De lo que escribo y digo
De lo que entiendas no
El título de esta canción lleva entre paréntesis la famosa película. Como no la he visto le dije un amigo que me la contara y entendí la relación cuando me dijo que, hacia el final del filme, lo que hace Matthew Mcconaughey es empujar libros de una biblioteca y darle cuerda a un reloj desde otra dimensión, un agujero negro, para dar señales de vida en su casa de la Tierra. ¿Acaso esto no es una metáfora de lo que hacemos día a día cada vez que presionamos el botón de “publicar”?
En “Marichi sin cabeza” se vale de la figura del músico del folklore mexicano para cantar gallardo, temerario, épico:
Equivocado pero convencido
Inquilino de una soledad devastadora
“Las palabras” es la canción en la que Bunbury aúlla deliciosamente como un lobo y tiene estos hermosos versos:
Si las palabras
Se enredan en espiral
Flotando en la ebriedad de la melancolía
Preferirían
Realidad testimonial
A una mentira cochina
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE BUNBURY
“Bunbury” es un personaje de ficción de la literatura inglesa. Y lo más curioso es que “Bunbury” es un personaje inventado dentro de dicha ficción, un personaje que uno de los protagonistas se inventa para tener una excusa para “evadirse” del resto de las personas, de las responsabilidades sociales, para practicar el famoso “escapismo”, oficio en el que el músico español es todo un profesional.
El libro en cuestión es la obra de teatro más famosa de Oscar Wilde, la extraordinaria y divertidísima “La importancia de llamarse Ernesto” (1895). En la última página del libro, debajo de la palabra TELÓN, hice un apunte que no dice ni aclara nada pero que igual comparto:
Voy a llorar después de esta breve aventura extraordinaria. La gran obra de culto de todos aquellos que amamos y practicamos los ejercicios del amor y la mentira.
Martes 18 de junio 2019, 10:20 am, Panadería Wilton
Resumiendo, “el bunburismo” es un ejercicio de “enmascaramiento”. Nos inventamos un personaje alterno “en la vida real” porque nos proporciona goce y liberación. Para Wilde, la vida no es más que eso: actuación, máscara, engaño, arte. Seguramente, cuando Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy leyó por primera vez esta obra de teatro, no lo dudo un instante: habría de firmar sus canciones como Enrique Bunbury.
En su nuevo disco, en la canción "Como un millón de dólares", Bunbury, el artista del engaño, se acuerda acertadamente de los usuarios de Instagram:
Y perseguir el latido de flash
La vida en Instagram
Nacimos para brillar
¿INFLUENCIA O PLAGIO?
La recepción del disco "Posible" fue espectacular por parte de los medios, la crítica y el público. Se llevó los primeros puestos en diversos e importantes rankings, y el cantante se lució en la portada de la Rolling Stone Colombia en el mes de junio. Sin embargo, no todo ha sido celebración para el artista español.
Hay un detalle muy importante, aunque bastante nocivo, que va a pelo con el concepto fragmentario de “Posible”. Además de tener al COVID-19 como gran telón de fondo para la presentación de su álbum, Bunbury fue acusado de “plagero”. En realidad, esta acusación ya venía desde hace años, solo que ahora la acusación ha salido en forma de libro: "El método Bunbury" ni siquiera había sido publicado y fue tendencia en redes ya que se publicó como noticia apenas después del lanzamiento de “Posible”, y puso al cantante en el ojo de la tormenta mediática.
El autor del libro, Fernando del Val, ha descubierto más de medio millar de versos descaradamente robados a muchos autores: Fernando Arrabal, Mario Benedetti, Frida Kahlo, Charles Bukowski, Fernando Sánchez Dragó, Blas de Otero, Michel Houellebecq, Nicanor Parra, Antonio Gamoneda, Haruki Murakami… la lista es larga, y Bunbury no los cita.
Como nadie me va a preguntar igual respondo: ¿a quién le importa?. A quién le puede importar cómo se las tenga que ingeniar cada artista para sacar su obra adelante con tal que sepa entretener y arroje una luz por aquí y por allá. Y si se dan las dos cosas con la misma intensidad, como es el caso de “Posible”, pues ¡bravo! En el 2008 Bunbury respondió a estas acusaciones que siempre lo han perseguido como a un hombre su sombra:
“No es ni plagio ni nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ámbitos: recoger frases de la calle, de los periódicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas. La acusación es una chorrada. Y si no que le pregunten a Dylan. ¡No me jodas! Que no sean superficiales. En la misma canción (El hombre delgado que no flaqueará jamás) hay una frase que está sacada de un titular de la sección de Economía de un periódico, y nadie se ha dado cuenta”.
Irónico, como si diera un salto temporal adelantándose a este acontecimiento, pareciera que Bunbury le escribe a del Val en “Hombre de acción”, la segunda canción de su nuevo disco: Y no quise la mano dar / a quien con el dedo me señalaba.
POR OTRO LADO
No me he podido tomar la molestia de mapearlo. De todas formas el libro ya está escrito y solo queda consultarlo. Es interesante reflexionar que tal "señalada de dedo" sobre la totalidad de su obra discográfica, ya que también están incluídas canciones de Héroes del Silencio, solamente es posible en el mundo de hoy. Copiar y pegar cada verso en el buscador de Google ha falicitiado, sin duda, semejante labor inquisitoria.
Bueno, en el disco "Posible", Bunbury "se toca a sí mismo"; propone un juego reflexivo y lúdico con un tratamiento temático que dialoga con nuestro tiempo. La música que sostiene las letras es toda música electrónica y está orquestada deliciosamente, crea un atmósfera nocturna perfecta para escuchar a la luz de una lámpara. Y lo mejor es que cada quien puede explorarlo a su manera.
Y ya que hemos hablado un poco de estas "realidades paralelas", no podemos dejar de mencionar que el cantante peruano Carloman Fidel fue el gran vencedor de la primera temporada 2020 del programa Yo Soy transmitido por Latina. ¿A qué artista imitaba? A Bunbury. Yo lo vi ganar en vivo y me reí mucho, y me alegré por él, y por mí, y por Bunbury. Luego, me puse a ver "Moisés y los diez mandamientos".