Revista Cultura y Ocio
Enrique de Gante utiliza un argumento de Peckham para negar la eternidad del mundo. Razona que si cualquier día pretérito fue futuro, entonces todos los días fueron futuros y hubo un comienzo absoluto del tiempo, del mismo modo que si cualquier hombre corre es verdadero, también lo es todo hombre corre, sin que el valor de verdad de esta última proposición se vea afectado por el hecho de que haya hombres en número infinito. Con ello ilustra que nada cambia la naturaleza del tiempo el que lo supongamos en una sucesión infinita, dado que en todo tiempo hay mutación y en toda mutación hay comienzo.