Estas últimas semanas he tenido la inmensa fortuna de trabajar y aprender con el actor Enrique Villén. Este extraordinario artista marca la diferencia entre actor e intérprete como ninguno.
Reconozco mi mal disimulada debilidad por los actores, y dentro del grupo de estos, por los que conocen el oficio y son capaces de dotar al personaje de vida a través de la inteligencia. Con Enrique el personaje no solo vive, también fluye, y lo hace porque él les dota de la organicidad que precisan a base de trabajo. No es un truco, no hay artificio; Enrique es concienzudo en la elaboración, machaca el guión, lo desmenuza y cuando ya ha incorporado cada letra escrita sobre el papel, entonces, comienza a ser un sargento, un perdedor, un hijo de puta o un colega gracioso. La técnica me tiene fascinado, más por lo simple que por otra cosa. Nada de métodos extravagantes; solo estudio, observación y trabajo.
Rodando con él un episodio de Los hijos de Mambrú, he aprendido tanto que desearía rehacer mi filmografía solo por aplicar lo adquirido a través de la sabiduría de este señor actor, don Enrique Villén Cruz.
En unos días vuelvo a rodar con él, esta vez le acompañarán mis queridos hijos de Mambrú, Aitor Allué, Miguel Catarecha, Clemente Beltrán y Julián Teurláis, escoltados a su vez por Javivi y David Venancio Muro, otros dos señores de la comedia que compondrán un cóctel de carcajadas único en mi carrera.
Anoche, tras colgar con Enrique Villén, tratando de asimilar cada brizna de sabiduría que, generosamente, me ofrece, recordé una frase del maestro Berlanga en sus últimos días: morirse es una mierda. Y lo es, admirado maestro, cuando uno disfruta tanto de este continuo gilipollear que es sentirse feliz.
Villén, Javivi y David V. Muro
Gracias, Enrique Villén Cruz. Tal cuál.
Por cierto, el año pasado el cortometraje Adiós papá, adiós mamá, de Luis Soravilla, interpretado por Enrique Villén, Gracia Olayo y Miguel Ángel Muñoz, estuvo nominado al Goya. A punto de repetir el galardón que sí se llevase en 2007 cuando lo ganó con el cortometraje A CIEGAS; basado en una historia de su amigo José Luis Garci. Aquí os lo dejo.