Revista Literatura
Aquél día al sentir tu distancia cerca a la mía… El cielo un cántaro de aguaTu cabello gris flotaba entre truenos y rayosEn tus manos el huracán… ciclope Tratando de escarbar tu intimidad…
Buscaba el ojo que le faltaba.
Aquel día fue un encuentro fascinante
La vida y la muerte se dieron la mano
Los más diestros seres de esta existenciaEstaban colgados en la balanza de la nada
Tú fuiste la perfecta reina en esta constelación Fortuita de mis sentidos… sin duda
Sin duda que mi duda es una escalera…pues cada vez que subo… caigo
Será su deseo asquerosoDe que viva ella para siempre en míComo una paria que trepa sin permiso¿Por el árbol de mis sentidos?
La aprieto con mis manos...Agoniza pero no se muere...Me provoca la enferma...
No me atrevo… la lluvia azota a mis ojosY siento que su cuerpo frío Llegó hasta mis huesos… tiembloY el gusto que tengo en mi boca es desabrido
¿Quién de ustedes le da respiración de boca a boca?... ¿Quién la salva con su oxigeno?Para que su intensa cavidad no sean los arpones de los díasQue ensartan locurasEn cada pensamiento sin escondrijo…A mí juicio ella protege de la quimera
Antes que su retrato disipe en el vacío.
En la ráfaga del viento Esconde el tiempo… tu enemigoTengo yo un pequeño presentimiento… De haber sido mi cuerpo
Tocado con su juguete
Más no importa que tú eternidad Perfecta en tu imprudencia Eleves todas las tierras Y dejes caer semillas en los surcosCuando me equivoco o confundo
La decepción es para los ingratosUn reloj de arena que navega por el aire
El verdadero escenario de tu reinoNo es un cielo… sino la capacidad De tu metamorfosis… eres en todas las cosas
Entonces demos brío y demos espacio para la calma
Hay que revivirla… aunque en el intento
Se nos termine el aire.
En el centro del puente descubrí tu universo sin cercosTus ojos son los mismos y a la vez son los otrosMientras que el tiempo
Fluye como el agua
Hay que revivirla… aunque en el intento
Se nos termine el aire.