Revista América Latina

¿Ensayos y acciones para un estallido?

Publicado el 25 febrero 2016 por Jmartoranoster
Luego de los anuncios económicos del Gobierno Bolivariano el pasado 17 de febrero, ocho episodios que han sido presentados como supuestas “reacciones populares al paquetazo rojo” han tomado la escena nacional. Lo estrictamente político por más que se borronee está siempre presente.

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¿Ensayos y acciones para un estallido?
En otra maniobra de intoxicación, que aporta material para el expediente venezolano de la “crisis humanitaria”, y que responde a la acción del Gobierno Bolivariano de los últimos días por recomponerse y estabilizar el frente interno ante la ofensiva por salir del chavismo, es que se entienden las siguientes coordenadas:
  • El puntapié inicial fue dado el jueves 18 de febrero en Ciudad Piar, estado Bolívar, donde fue saqueado un centro de acopio de Mercal. El Correo del Caroní presentó el hecho como “El día que Ciudad Piar se rebeló contra la política alimentaria de Maduro y saqueó un Mercal“. Siameses de éste como El Pitazo, Runrunes, El Estímulo, La Patilla, El Nacional y NTN24 se hicieron eco del episodio con la misma intensidad, mientras que por el hecho fue detenidala concejala de Primero Justicia en Ciudad Piar, Lourdes Carreño, acusada de organizar el saqueo.
  • El mismo jueves 18, la web Sumarium sacó unos videos registrados vía Twitterpor Sairam Rivas, dirigente estudiantil y protagonista de las guarimbas en 2014. Bajo el título “Larga cola en Abasto Bicentenario terminó en trifulca”, el “reporte” de Rivas desde el Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela en Caracas mostró la supuesta “trifulca” que empezó con la población presente intentando derribar una reja para pasar directo hacia los establecimientos de la red pública de expendio. Uno de sus tuits hace alusión explícita a que los anuncios económicos presentados por el presidente Maduro son capaces de forjar sacudones sociales:
  • El recuerdo guarimbero de los dos años de detención de Leopoldo López trajo consigo los dos acontecimientos mencionados bajo la etiqueta #18F, que se posicionó en los Trending Topic.
  • Por supuesto, toda la mediocracia repitió la noticia como un solo ente bajo elprincipio de vulgarización del propagandista nazi Goebbels, con la adición de Efecto Cocuyo y el montaje de una crónica en la que hizo especial referencia a frecuentes hechos de “represión de policías nacionales bolivarianos y guardias nacionales” a las personas en la cola de este Bicentenario, además de la presencia de colectivos armados que se aprovecharon de la situación para “colearse”. La crónica cierra con el testimonio de una persona presente en la “trifulca”, donde se afirma que “el presidente aumentó el salario pero es insuficiente porque ahora con la gasolina más cara, todo va a subir”. Pese a los deseos de las infomercenarias de esta web, ninguno de los reportes sobre el hecho demostró una situación cercana al estallido social, como hace bastante tiempo vienen anunciando.
  • Estos dos episodios trazaron la línea perceptiva para el fin de semana y el inicio de la siguiente con el evidente refuerzo de un supuesto nuevo intento de saqueo el sábado 20 de febrero en el Abasto Bicentenario de Terrazas del Ávila. Si bien la Caraota Digital tituló una nota con “¡Hambre! Intentaron saquear Bicentenario de Terrazas del Ávila”, ni el video citado en su nota lo demuestra, ni tampoco hay reportes que contrasten o complenten información sobre que el hecho haya sucedido, algo muy extraño dada la costumbre de cartelizar la línea “informativa”.
  • Dos días después, el lunes 22 de febrero, El Pitazo anunció en el título de una nota el saqueo de un Farmahorro en Los Teques, estado Miranda, y medios impresos como El Nacional y 2001 reportaron “situación irregular” e “intento de saqueo” en este establecimiento y otros comercios aledaños a Los Teques. La mayoría de las fuentes concuerdan en que no hubo ni siquiera conato de saqueo.
Todo remite a una orientación calculada de los objetivos de intoxicación mediática y en mitificar situaciones
  • El mismo día del acontecimiento anterior se reportaron protestas en Petare por la existencia de mafias que se lucran con el negocio de las cisternas de agua en el municipio Sucre. La queja pasó a formato guarimbero en las zonas barriales de La Alcabala y 5 de Julio. Y NTN24 se encargó de banalizar y aplanar la noticia con la supuesta represión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). A esto se adhiere que hubo otro intento de saqueo en el Makro de La Urbina, según tuiteros que viven en la zona, aunque El Pitazo desinformara con la afirmación de que efectivamente hubo un desmantelamiento del establecimiento privado por parte de manifestantes.
  • En sincronía, El Nacional reportó el mismo día la realización de una protesta por falta de agua en Las Tunitas, Catia la Mar, estado Vargas. El centro de la noticia, basado en lo comunicado por usuarios de la red social Twitter, consistió en que la protesta fue reprimida con perdigonazos por la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y un día después (martes 23 de febrero) Efecto Cocuyo publicó una crónica en la que primero se cita a presentes que sostienen que la GNB “nunca los trató mal”, y que la aparición de la PNB terminó con el disparo de perdigonazos al aire cuando se arrojó un objetivo incendiario contra una moto. “Nunca los vi disparando contra las personas, sí hubo un vecino al que le golpearon la cara y a otra también la golpearon, pero no sé si dispararon contra de la gente, yo arranqué a correr”, expresó uno de los citados. Nuevamente, las interpretaciones antecedieron a la veracidad de lo ocurrido.
  • El secretario general de la MUD Chúo Torrealba lanzó en el mediodía del martes 23 de febrero un tuit con alusión al secuestro de un camión de Pdval en la población de Osma, estado Vargas, el día sábado 20 de febrero. El tema del saqueo toma filo a medida que el expediente “crisis humanitaria” va tomando rango en el seno de la Asamblea Nacional y en los medios internacionales vanguardia en la campaña contra Venezuela.
  • Luego de que el lunes 22 de febrero una falla eléctrica afectara al municipio de Chacao, el día martes el presidente de Corpolec, Luis Motta Domínguez,informó sobre el sabotaje del suministro eléctrico en la zona oeste de Caracas.El Nacional reportó que el corte generó “cacerolazos” en el oeste de Caracas, basado en fuentes de Twitter, una vez más. Por el hecho fue detenida una persona y dada la sincronía y acumulación de factores, nuevamente la agenda política intenta proyectar descontentos en zonas reconocidas por chavistas.
Un saldo provisional que traza zonas y vectores comunes de los episodios ilustra el siguiente rumbo en la creación de atmósfera: 1) la obvia instalación de supuestos saqueos en la red pública de alimentos; 2) el pica y se extiende hacia los medicamentos y las protestas por la falta de agua; y 3) una última que colude con las últimas medidas económicas, la proyección a ultranza de la impopularidad del Gobierno y los brotes de descontento reprimidos por las demonizadas PNB y GNB. Todo remite a una orientación calculada de los objetivos de la intoxicación y en mitificar situaciones, a priori poco claras en lo inmediato, como brotes de descontento social y “saqueos”, aun si uno solo es comprobable y guarda relación con una concejala de Primero Justicia como presunta organizadora.
Los tiempos les hacen correr y no quieren desaprovechar su victoria electoral sin ninguna aventura violenta

La atmósfera alrededor

Estos episodios no sólo están en sincronía con las medidas económicas y la Operación Ataque al Gorgojo a lo interno de Abastos Bicentenario, sino que dan pie a sustentar “en la calle” dos encuestas que ruedan homogéneamente por los medios nacionales e internacionales: una de Venebarómetro que sostiene que al 80% de los venezolanos no le alcanza el dinero para alimentos y medicinas, y otra de Datincorp que plantea que el “72% de los venezolanos quiere una salida anticipada de Maduro”. Bajo esta tónica es que se desarrolla el debate autista de la MUD sobre la “salida de Maduro” en el que Henrique Capriles Radonski remarca que “el revocatorio o la enmienda son para evitar una explosión social”, mientras que el representante de Leopoldo López, Freddy Guevara, anuncia “que la oposición debe tomar las calles”. Por otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup,prevé una confrontación con el Tribunal Supremo de Justicia y afirma que “el organismo que preside está comprometido con salir del desastre”. Bajo esta radicalizada atmósfera discursiva y mediática contra el gobierno de Nicolás Maduro, acompañada de rumorología varia, como mensajes de textosobre un eventual golpe y escasez de productos o la fantasmagórica azonada militar gobierno adentro agitada mediáticamente por Ramos Allup, es que se construye la narrativa de una confrontación de poderes y el consecuente “calentamiento de calles”, que nuevamente anuncia Voluntad Popular a partir de su campaña por la liberación de su pran mayor, Leopoldo López. Siguiendo esta secuencia de acciones, es que el análisis más acabado por evitar que el chavismo se recomponga ante sus últimas acciones de gobierno y la inexistente explosión social a partir de sus medidas económicas, lo da el secretario de la MUD, Chúo Torrealba, quien en su “informe personal sobre la situación” del país expresa: “Maduro, consciente de que cualquier solución política a la crisis actual pasa por que él salga del poder, decidió entonces que no haya ‘solución política’ sino ‘desenlace’. Poco le importa que ese desenlace le cueste al pueblo venezolano más dolor, más escasez, más inseguridad, más sangre y más muerte. Para él, cualquier sacrificio (…de los demás!) está plenamente justificado, si el resultado es alargar la vida artificial de este gobierno incompetente y corrupto. Porque están provocando al pueblo, buscando un ‘desenlace’ que haga abortar la construcción de una solución pacífica y constitucional a la crisis, y que les sirva de excusa para la represión o de coartada para un eventual retorno (leáse recomposición)”. Aún invirtiendo la carga y alegando demencia, la sistemática prefabricación de supuestos brotes de “descontento social” ante la crisis económica lo que demuestra es la necesidad de coludir ciertos episodios mitificados con una clara agenda política. Y estos no se construyen a partir de la “verdad” sino de lo que se proyecta como “verdad”, por lo que este vector ciudadano se plantea como un nuevo paraguas de la guerra informativa, y quizás irregular, donde también se escenifique su “calentamiento de calle” y una eventual guarimba a mediana y gran escala. Los tiempos les hacen correr y no quieren desaprovechar su victoria electoral sin ninguna aventura, antes de que se consolide el proceso de recomposición económica.

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