Ésta es la triste, falsa, pero verosímil historia de una actriz. Una que, como tantas, descubrió su vocación en el colegio. En concreto en el curso 91-92, gracias a su papel de árbol de hoja caduca en la representación de "Las estaciones del año". Los aplausos de los padres despertaron su interés por la interpretación.
En el insti se apuntó al grupo de teatro. Así consiguió engancharse a los porros de maría que se fumaba después y a veces incluso en vez de los ensayos. Y también consiguió protagonizar todas las obras, ésas que nadie se leyó pero de las que se hablaba mucho en los manuales de literatura: "La vida es sueño", "3 sombreros de copa", "Historia de una escalera"...
Al cumplir los 18 la actriz quiso estudiar arte dramático, pero sus padres le dijeron que naranjas de la China, que mejor una carrera seria y luego, si eso, que probara con lo de actuar. Ella eligió Comunicación Audiovisual, porque le pareció A) que era seria y B) que era lo más cercano a su vocación que podía ofrecerle la universidad. Se equivocó en las dos cosas.
En la facul aprendió mucho sobre teoría de la comunicación (teoría del discurso, epistemología de la comunicación, teoría de la comunicación I y II), bastante de periodismo (redacción, historia de la prensa escrita) y algo de audiovisual viejuno, ya que una vez usaron una cámara betacam.
Nacidos después de 1985, esto es un equipo Beta.
Para quitarse el gusanillo, la actriz interpretó 6 de los 9 cortometrajes que se realizaron durante los últimos años de carrera. Las clases eran un peñazo y los cortos no llegaron a ningún sitio (exceptuando el premio del público que "Mi historia contigo" consiguió en Mangurriana del Monte, de donde era natural el director), pero la actriz se sentía súper realizada. Toda la facultad la conocía, la felicitaban por sus papeles y 5 de los 7 directores con los que había trabajado le habían pedido rollo. En el star system de la facul, ella era Charlize Theron.
Con su diploma de Comunicación Audioviausl en la mano, la actriz estaba dispuesta a comerse el mundo. Contaba con experiencia teatral (la del insti), videobook (con los cortos de la facul) y unas fotos en blanco y negro súper elegantes que le hizo un amigo que estudiaba un módulo de fotografía. Completó su curriculum con cursos de interpretación ante la cámara, de preparación al casting, de improvisación, de esgrima escénica, de la técnica Stanislavski, la de Meisner y la de Layton, de clown y del enagrama para actores.
E hizo castings. Muchos castings. Cientos de castings. Y un anuncio del Lidl. Y por fin llegó. Su papel protagonista en cine. En un corto, sí, pero con subvención. En la entrevista antes de grabar el corto ella dijo al director:
- Me ha encantado el guión.
Cuando el director la eligió le dijo:
- Me encanta el guión pero en la escena de cama, ¿se me verá algo?
- Nooooo, se grabará todo en planos cortos.
- Ahhhh. Oye, ¿y estará todo el equipo ahí cuando grabemos esa parte?
- Nooooo, sólo los imprescindibles.
Y efectivamente, cuando tocó la escena de cama del equipo sólo estaban los imprescindibles: el director, la script, el ayudante de dirección, el cámara, el director de foto, 3 eléctricos, dos de producción, el pertiguista, el de sonido, la directora de arte, peluquería y vestuario. Ella, muy profesional, hizo su escena como si tal cosa, y no se quejó al director, que para eso están los de producción. A esos sí que se quejó. Y de paso les pidió un café con leche de soja y sacarina.
Meses después, por fin la actriz podía invitar a sus padres a un estreno en el cine, en pantalla grande. Por fin podía enseñar algo con lo que contestar a las indirectas de su madre de que se sacara una oposición. Por fin iba a sentir esos aplausos otra vez. En el estreno, antes de presentar el corto, el director la nombró y agradeció "su talento" y "su valentía". La actriz estaba más feliz que el día de la representación de "Las estaciones del año". Hasta que empezó el corto. Y vio sus tetas. Ahí, en pantalla grande. Que hubo 37 segundos en los que su pezón izquierdo ocupaba tres cuartas partes de la pantalla. Fueron los 22 minutos más largos de su vida. Acabado el corto, felicitada por unos y otros, en el coche de su padre de vuelta a casa, la actriz le dijo a su madre:
- Me tienes que pasar el teléfono del sitio ése de las oposiciones.
Fin.
Pensaréis que me he tomado una semana de descanso del blog. Que he estado en la playa, en la montaña o, simplemente, tocándome la barriga a dos manos... ¡Pues no! He empezado hace poco a trabajar aquí y las series diarias son una melé. Pero prometo organizarme mejor y seguir actualizando semanalmente, ¡lo juro!, ¡a Dios pongo por testigo!
Mientras tanto os cuento que "La leonera" está de gira por festivales. Como suelo contarlo por facebook y twitter, voy a dejar de daros el coñazo en el blog. Sólo en esta ocasión, por ser en el centro de Madrid, y además muy cerca de mi casa. Este miércoles, a las 21.00, proyectan "La leonera" en la muestra de cortometrajes Angelika, en el bar del mismo nombre de la Cava Baja. Ah, y en el corto hay escena de cama. Si queréis saber si hay teta o no, tendréis que venir a la proyección.