Revista Religión
Efesios 6: 1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Si los hijos no aprenden a honrar a los padres, el irrespeto aumentará durante su vida de adultos. Si ellos tienen hijos, el problema se manifestará con más rapidez en la generación siguiente. Pronto, toda una sociedad estará plagada de falta de respeto en hogares, escuelas y lugares de trabajo. Parece que estuviéramos hablando de nuestra generación, ¿verdad?
En nuestra cultura no hay respeto, porque los padres han renunciado a su responsabilidad. En vez de mantenerse en el lugar de honor que Dios les ha dado, se han retirado y tolerado la conducta insolente de sus hijos. He aquí varias razones:
La ignorancia acerca de la disciplina: Algunos padres no reconocen que la falta de respeto es un asunto serio que requiere acción inmediata. Si usted deja que esas actitudes y conductas sigan, no está criando a sus hijos según los preceptos bíblicos.
La idea equivocada acerca del amor: Algunos padres tratan de ser amigos de sus hijos en vez de padres. Pero si los hijos los ven como sus iguales, estarán menos propensos a respetarlos o amarlos.
El ajetreo: Enseñar a los niños a respetar exige tiempo y constancia. Pero muchos padres hoy están demasiado ocupados para ocuparse con seriedad de esta tarea. No tienen fuerzas para hacer frente a las actitudes y comportamientos irrespetuosos de sus hijos.
Cuando usted es firme de una manera amorosa con sus hijos, está demostrando la posición que Dios le ha dado como un padre que debe ser honrado. Nuestros hijos no vienen a nosotros sabiendo que el Señor les manda que nos respeten. Nuestra tarea es enseñarles eso.
Fuentes: EnContacto