Revista Educación

Enseñar teatro 5: el teatro en la ESO

Por Fuensanta

Enseñar teatro 5: el teatro en la ESO

El teatro en los niveles de Educación Secundaria Obligatoria puede enseñarse como actividad extraescolar en su práctica directa (representación y puesta en escena) y como formación de espectadores. De una manera formal, dentro del currículo de Lengua Castellana y Literatura, se enseña como género literario y parte de la historia literaria.

Durante un tiempo (mientras estuvo en vigor la LOGSE) existió la posibilidad de que los centros educativos de Secundaria ofrecieran el teatro como asignatura optativa mediante la creación de un taller que venía tipificado en la misma ley de Educación; se realizaban en tercero o cuarto de la ESO. Hoy en día esto no es frecuente y rara vez se autoriza un taller de teatro como optativa, aunque nada impide utilizarlo como recurso didáctico. Su práctica, más o menos continuada, por tanto, está relegada a la tarde, en algunos programas de actividades extraescolares, guiados generalmente por monitores contratados por los Ayuntamientos u otras instituciones. Rara vez se hace cargo de ellos un profesor o profesora del centro, puesto que no tiene consideración de horario lectivo.

Dentro del horario lectivo podemos encontrar tres formas de aparición de los contenidos del teatro con carácter ocasional:

  1. Como género literario, en ciertas unidades didácticas de la materia de Lengua Castellana y Literatura, dedicadas a los géneros literarios y a la Historia de la Literatura.
  2. Como actividad complementaria, cuando se sale del centro en horario lectivo para asistir a representaciones expresamente realizadas para alumnado de Secundaria por ciertas asociaciones culturales y teatrales dedicadas a elaborar programas de teatro educativo. Rara vez se puede acudir a una representación en el horario normal de los espectáculos escénicos debido a las edades del alumnado, pues suelen darse en horario nocturno.
  3. Como recurso didáctico utilizado por algunos profesores de ciertas materias, generalmente humanísticas y lingüísticas, como las lenguas modernas y clásicas.

Reflexionando sobre la última modalidad, hay que considerar que en la enseñanza práctica del teatro en la Secundaria, existen dos formas de llevarla a cabo, según la intención con que se realiza. Es cierto que en estos niveles todo lo que se enseña, lo que llamamos contenidos, es un medio para conseguir otros objetivos más generales y que siempre el fin último es la formación integral de la persona y de ciudadanos críticos y responsables. Así encontramos que enseñar teatro nunca tendrá como fin último la formación teatral en sí o la profesionalización, sino que más bien se dirigirá a otros objetivos más generales, los de la etapa o los de la materia en que se aplique. Con todo, tenemos que distinguir el enseñar teatro en sí, que sería el caso de los talleres antes mencionados, en los que los contenidos eran directamente relacionados con la representación y la puesta en escena, aunque los objetivos fueran más allá, y el teatro como recurso didáctico, donde las prácticas teatrales, que se ofrecen en niveles muy rudimentarios, son utilizados para conseguir objetivos o impartir contenidos de otras materias, como es el caso del teatro utilizado en lenguas modernas para realizar prácticas comunicativas, o en Cultura Clásica, para formar en el gusto por la literatura clásica griega y romana.

Sea como contenido o como materia de aprendizaje en sí, sea como recurso didáctico, el teatro aporta valores formativos muy amplios y variados a la formación de los jóvenes, por lo que es lamentable que su enseñanza y su práctica se encuentre actualmente tan limitada. Estos valores pueden concretarse en los siguientes puntos:

  1. Potencia el trabajo en grupo y el trabajo cooperativo.
  2. Fomenta el respeto, la tolerancia y la resolución pacífica de conflictos.
  3. Mejora las formas de interrelación y las habilidades sociales.
  4. Desinhibe, resuelve problemas de timidez y de baja autoestima.
  5. Aumenta el control de uno mismo y de las emociones, regulando la manifestación de los sentimientos y facilitando la verbalización de problemas y conflictos.
  6. Mejora la memoria verbal y visual.
  7. Mejora la capacidad espacial y figurativa.
  8. Introduce en ciertos aspectos técnicos y tecnológicos.
  9. Aumenta y fomenta la creatividad y la autonomía personal.
  10. Ofrece un medio lúdico de integración social y de buen uso del ocio.
  11. Fomenta el respeto y el aprecio por la cultura y por el patrimonio cultural de los pueblos.
  12. Transmite de modo global contenidos y valores de otras materias y las aúna y coordina dentro de un proyecto más amplio.

Esto se debe a que el teatro nace con la misma cultura humana y como un hecho social y no aislado del resto de la vida. Está enraizado en la misma evolución de la civilización y nunca es un hecho aislado de creatividad, sino que tiene la capacidad de aunar las iniciativas creativas individuales en un proyecto colectivo. Esto es algo que otras Artes Escénicas, como la Música, también ofrecen, o en ciertos aspectos también el deporte de grupo; sin embargo, el teatro tiene la ventaja de poder integrar en su práctica incluso estas actividades, pues la música ha sido su compañera inseparable, y la actividad física le resulta imprescindible, en la danza, en la expresión corporal, en las acrobacias y habilidades especiales, y hasta en los simples movimientos escénicos.

Por otra parte, la ESO ocupa prácticamente todo el duro tránsito desde la infancia hasta la edad adulta, es decir, la crítica adolescencia en todo su rigor, y en este paso el teatro se muestra como una actividad integradora y liberadora que puede ayudar a los jóvenes en sus conflictos personales y en su adecuada integración social. Muchas veces resulta ser una actividad muy completa para la atención a la diversidad, pues en el teatro, que es trasunto y representación de la misma vida, toda diversidad tiene cabida y es bienvenida, pues puede ser armonizada en el grupo.

No es un beneficio menor su carácter interdisciplinar, pues en un proyecto teatral pueden colaborar otras muchas materias y áreas de conocimiento. Como hemos dicho, Música y Educación Física tienen estrechas relaciones con el teatro desde sus orígenes y serán las materias que más puedan colaborar en la práctica teatral, pero también se puede y se debe integrar en el proyecto a otras materias; en primer lugar, la Educación Plástica, que tiene un papel fundamental en los diseños necesarios para la puesta en escena: escenografía, vestuario y objetos escénicos. En la construcción y elaboración de escenografías y objetos escénicos tendrá un papel protagonista la Tecnología, así como en el diseño e instalación de luces. En muchas ocasiones, y según la obra que se vaya a representar, podrán hacer sus aportaciones al trabajo previo de investigación la Geografía y la Historia. En ciertas obras, incluso la Biología puede colaborar (por ejemplo, obras donde los protagonistas sean animales o elementos de la naturaleza, que requerirían investigaciones previas para vestuario, interpretación, sonorización, etc.) Es evidente que la Lengua y la Literatura tendrán su papel principal en la elección del texto, en su adaptación, análisis e interpretación.

Por lo tanto, podemos decir que en la ESO el teatro presenta una materia privilegiada para la integración de conocimientos y habilidades, para el descubrimiento de la relación interdisciplinar, y para la formación personal del alumnado.

Al mismo tiempo, es necesario reseñar que de volver a ser contemplados los talleres de teatro en la ESO, como materia optativa en ciertos itinerarios o en los primeros cursos (donde quizás tengan su mejor aprovechamiento), se generarían horarios suficientes, junto con las Artes Escénicas, para que fueran impartidos por un único profesor o profesora, lo que solucionaría uno de los problemas administrativos para que los licenciados en Arte Dramático accedieran a este trabajo. Es una idea y una propuesta, pero no sé si las administraciones educativas están por esta labor.

 


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