Ser judío (o antisemita)
Ser historiador (o ducho en la materia)
Ser megalómano (o psicólogo)
Ser muy de izquierdas (o fascista)
Leer toda su obra (libros, borradores, cartas, biografías)
Nietzsche necesita lectores extremos, que sufran con él o que disfruten con él. Al filósofo del martillo hay que odiarle o amarle. Los unos lo usan para prepararse, los otros para crecerse. Los moderados, en cambio, no terminan de necesitarle, y por ende, de comprenderle.
PD. Posibles factores que disminuyen dicha probabilidad: ser profesor de filosofía (gremialismo, «conflicto de intereses»), ser relativista, leer los prólogos de los «expertos», leer indiscriminadamente las obras sobre Nietzsche.