Una de las grandes ideas del libro Getting Things Done es el concepto de dividir1 la lista de tareas utilizando los criterios de contexto, tiempo disponible y energía disponible.
En la actualidad, el primer criterio de contexto ha quedado obsoleto, pero los factores tiempo y energía son más importantes que nunca. Desde hace cuatro años he dejado de trabajar por contextos2 y planifico mis días basándome en el tiempo libre que tengo en mi agenda y mi capacidad de enfocarme.
José Miguel Bolivar todavía utiliza los contextos, pero ha publicado un excelente artículo en que explica cómo funcionan estos dos criterios en la práctica:
Sin embargo, a efectos prácticos, «tiempo disponible» y «energía disponible» pueden ser considerados contextos ya que, según Allen, contexto es lo que necesitas para poder completar una siguiente acción. Es por esto por lo que yo vengo llamando tradicionalmente pseudocontextos al tiempo y a la energía ya que, al combinarlos con los contextos propiamente dichos, dan lugar a unos nuevos contextos, más potentes en mi experiencia a la hora de tomar buenas decisiones que los originales que plantea Allen, tal y como explico en «el contexto como factor clave para decidir con enfoque».
En lugar de psuedocontextos, yo habitualmente hablo de modos.
- o etiquetar o categorizar… ↩︎
- Con la excepción de mis recados y los contextos de personas ↩︎
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