Revista Cine
Ryan Reynolds metido dentro de un ataud. Un teléfono móvil. Un zipo y un lápiz.
¿qué puedes pensar de un inicio de película tan desconcertante?
Paul Conroy hace una llamada para pedir ayuda. Empezamos a conocer a Paul. Su trabajo, én qué ciudad se encuentra, lo que recuerda. Conocemos su voz y su agobio. Su genio, su lógica, cómo piensa, los tacos que dice. Su ironía ante la adversidad.
¿Quién le va a ayudar si todo el mundo conocido de Paul tiene el buzón de voz operativo? Los que sí están al otro lado de la línea exasperan y sorprenden al propio Paul y a nosotros mismos. LLegas en algún momento de la película a odiarlos por su falta de humanidad.
Conroy desglosa en hora y media de tiempo real una auténtica frustración, una batalla donde tú tienes mucho que ver porque te sientes partícipe de la agonía de este hombre y piensas en cómo podrías ayudarle, mientras los hechos se suceden en la película, se pasa muy mal rato cuando Paul escucha sandeces que no le servirán de nada.
Durante hora y media la película de Rodrigo Cortés, que es española al ciento por ciento salvo el guión, un pobre hombre enterrado sin esperanza, todo esto lo lamentas lamentas y mandas a tomar por saco el sistema establecido: el empresarial, el gubernamental y todo lo que tiene que ver con Paul Conroy.
17 días de rodaje y seis meses de montaje(del propio Cortés) para que te lleves más de una reflexión a casa, para que vivas el cine de las sensaciones, el aire pesimista que se respira en el ataud de madera. Agobio del protagonista encadenado a tu propio agobio. Desasosiego. Soledad. Temor. Rabia, mucha rabia.Desolación.
La osadía de Rodrigo Cortés como director es una de sus mejores bazas. Dirigir un guión que absolutamente nadie pretendió dirigir en Hollywood, echarle ganas al proyecto y triunfar en Sundance y otros festivales internacionales tiene que significar mucho para los directores de cine españoles, y más cuando Cortés se ha implicado en la producción de Buried.
Enterrado inaugura una nueva forma de hacer cine para el espectador. Algo está pasando con el nuevo cine. Y los espectadores lo agradecemos un montón.