Año: 2010.
Género: Suspenso.
País: España - Estados Unidos - Francia.
Duración: 95 minutos.
Dirección: Rodrigo Cortés.
Intérpretes: Ryan Reynolds, Robert Paterson, Samantha Mathis.
"Paul Conroy es un obrero norteamericano que se encuentra trabajando en Iraq. Luego de que un grupo de iraquíes ataquen el lugar donde él se encontraba trabajando, Paul se despierta y descubre que se encuentra en un ataúd: lo han enterrado vivo.
Con sólo un encendedor y un celular comenzará la carrera contra el tiempo para escapar de esta claustrofóbica trampa mortal."
Un ataúd de madera, un hombre decidido, un guión fascinante, y algunos elementos son los únicos materiales de los que se vale la película de Rodrigo Cortés, un director que con un par de ideas y buena predisposición ha unido todos los puntos adecuadamente y logró así uno de las mejores películas de suspenso de este 2010.
Ya de por sí, el ser enterrado vivo es uno de los mayores miedos que una persona posee; con ese dato, uno ya se euncuentra predispuesto a sufrir en menor o mayor medida con el protagonista. Uno debe pensar "No hay mucho lugar para expandirse en un claustro tan cerrado." pero se equivocan (yo también me equivoqué): Buried tiene varios aces bajo la manga que va desarrollando conforme Paul va utilizando los recursos que tiene a su alrededor, siendo su mayor ayuda un celular último modelo con el cual se comunica con el exterior.
Cada situación se vuelve orgánica con el tiempo, hay algunos momentos que se merecen una risa nerviosa, pero a medida que pasa el tiempo y pasan cosas (que no voy a revelar... mucho) el tiempo se agota y no hay mucho espacio para la equivocación. La crecida constante del nerviosismo es rauda, brutal y no deja lugar al respiro.
Siete ataúdes fueron utilizados para la filmación de Buried, y Cortés los utilizó a su antojo: hay muchas tomas, algunas extensas, otras bastante cortas, que te hacen pensar cuánto tiempo habrán tardado en filmar todo desde distintos ángulos (la verdad, sólo tardaron 17 días en completar la filmación) sumado al hecho de que el juego con la iluminación es sorprendente: hay un encendedor y una linterna con luces amarillas, naranjas y cálidas, la misma linterna tiene un foco rojo, el celular despide luz azul y luego están los bastones luminosos que despiden una luz verde - durante toda la película se juegan con esos tonos y la verdad, es un toque mínimo utilizado a la máxima potencia.
Ryan Reynolds es un apartado diferente: tiene un pasado de mucha comedia, y era difícil verlo en un papel así (desmotró un poco de talento para el suspenso y el horror en The Amityville Horror) pero todos los prejuicios fueron infundados, ya que no veo a otro actor para pasar una hora y media de tensión en un cajón, enterrado; te hace reír, te hace sufrir, te transmite todo el horror y la incredulidad de lo que está pasando, inclusive el final tan dramático - lo puedo comparar al final descorazonador que tuvo Eden Lake, me provocó la misma sensación. La película termina como debe terminar, con un cierre bastante convincente (aunque uno no lo quiera así)
Hay que admitir, si, que hay algunas escenas bastante ridículas no por su planteo pero por su ejecución (ver la serpiente en el cajón) pero en general sale bien librada.
Buried es tensión pura por 95 minutos, es un volcán de sensaciones angustiosas bien dirigida, con unas ideas muy ingeniosas, una gran actuación por parte de Ryan Reynolds y un final para el infarto. De lo más detacable del año que se acaba.
Calificación: A-