Revista Religión
Saben hermanos, hay muchas cosas en nuestra vida que todavía tenemos que cambiar y lo malo es que nosotros pensamos que hemos cambiado y de vez en cuando salen esos retoños que son del VIEJO HOMBRE.
Muchos decimos que amamos al nuestros hermanos, pero tenemos un complejo de colador, somos tan quisquilloso que hasta para obedecer este mandamiento del amor seleccionamos a quien vamos a amar.
Mateo 22:
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Éste es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mi pregunta sería, igual que aquel personaje, ¿quién es mi prójimo?, será que el prójimo es quien me trata bien, será que el prójimo es mi mejor amigo.
Parece ser que hay algunos que son prójimos y otros no lo son, pues nosotros seleccionamos a quienes vamos a amar; amo a Fulana, pero no paso a Perencejos y lo lamentable es que así estamos en la Iglesia.
Otros hermanos son tan cínico, que dicen que aman al hermano tal; hay hermano cuanto te amo, esto es cuando lo tienen de frente; cuando este se va , pues le clavan el cuchillo en la espalda, o sea comienzan a hablar de él.
La soberbia se apodera de nosotros de vez en cuando, pensamos que somos mejor que el otro hermano, que nadie puede enseñarnos, pues yo estudié en la mejor Universidad, estudié en los mejores colegios, tanto bíblico como secular.
Después decimos como dice el coro, "me voy con El, me voy con El, yo no me quedo, me voy con El", ju. , como dice mi amiga de España, en el cielo abran muchas sorpresas.
Se hace necesario, imprescindible que ENTERREMOS EL VIEJO HOMBRE de una vez y para siempre, que todo lo que hay del viejo hombre en nuestra vida sea sepultado, debemos tomar las cosas del Señor en serio.
Cristo viene pronto.