La incoherencia nos está invadiendo, el problema es que está a todo nivel, alguien dijo alguna vez, «no es la gente, sino la onda que tiene la gente» y la verdad es que es una onda bien rara.
Por un lado todos estamos conscientes del cambio climático y las autoridades para apaciguar las malas ondas que ello traerá, intentan involucrar al ciudadano común haciéndolo responsable de este hecho, como si de ellos dependiera reducir las emisiones de CO2, con el solo hecho de no usar bolsas plásticas en los supermercados.
El problema es que la gente común cree todo lo que le dicen sin patalear en lo más mínimo. Basta entrar a un supermercado y encontrar miles de productos empaquetados en plásticos, llega a ser rídiculo ver tanta incongruencia.
Entonces me pregunto, cual es el verdadero afán detrás de esta estúpida prohibición y no significa que yo sea inconsciente frente a este tema, todo lo contrario, por esa razón me doy cuenta cómo los gobiernos avalan a las grandes empresas para que continúen contaminando el medio ambiente con una desfachatez extraordinaria.
Tan grave es la situación del cambio climático, que la única solución es apagar los motores de todas las industrias contaminantes del planeta, así también nuestros autos, pero eso jamás sucederá, al menos no por voluntad propia, pero sí se apagará todo cuando quedemos en un planeta devastado por la contaminación.