Entre Chávez y el general Rodríguez

Este bien pensado cronista siempre creyó que Blas Pinar era un demócrata por la misma razón que supone que José Julio Rodríguez Fernández, Teniente General del Aviación en la reserva y exjefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) con Zapatero, ha entrado en Podemos para lograr que sus afiliados deseen servir a la bandera española, al Rey y, sobre todo, a la Constitución.

Blas Piñar fabricó muchos demócratas por reacción a su espantoso ultraderechismo; parecía agente de algún organismo secreto de la democracia encargado de provocar simpatías contrarias al fascismo que predicaba.

No parece lógico que Rodríguez, con su historial militar, se sienta confortado con los aliados de Podemos, como el tirano Maduro, los ayatolás iraníes, los proetarras de Bildu, , las herriko tabernas en las que Iglesias dice comprender los motivos del terrorismo, algunos separatistas catalanes, y otras ultraizquierdas antisistema hostiles a la idea de España.

Es difícil que un exgeneral que juró defender la bandera española hasta la última gota de su sangre pueda unirse a los que, como Pablo Manuel Iglesias, dicen que es un trapo indecente y pisoteable.

Para Podemos el fichaje del ex JEMAD es un triunfo sobre el PSOE, que del mundo castrense exhibe a un jefe menor, Zaira Cantero, comandante conocida únicamente por haber triunfado en su lucha contra un coronel acosador sexual.

Podemos está fascinado con los militares, el primero de ellos, del que recibía consejos y al que aconsejaba, el teniente coronel golpista --“mi Comandante”, decían embelesados los podemitas-- Hugo Chávez, que presidió luego democráticamente su país desde 1999, y lo arruinó dictatorialmente hasta su fallecimiento, en 2013.

Este bien pensado cronista cree que Rodríguez, como experto en inteligencia, se propone que los podemitas sirvan a la España constitucional, también a la OTAN, porque no quiere sospechar que cuando era militar fuera un perjuro anticonstitucionalista.

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SALAS