Sigo en modo vacaciones, no es que lo esté, ya me gustaría verdaderamente, pero mi imaginación a cogido vida propia y va por libre haciéndome soñar con playas de fina arena, preciosas casitas blancas y un mar inmensamente azul.
La verdad es que aunque todos los veranos a mi imaginación le pasa lo mismo, mis pasos acaban cogiendo otro camino totalmente contrario. Ibiza, Menorca o islas como Mykonos, a la que vamos hoy combinan a la perfección este increíble blanco y azul.Marilena Rizou es una interiorista cuyo trabajo se desarrolla en las islas griegas. Zonas comerciales o casa de veraneo como esta avalan su fantástico trabajo como diseñadora, respetando el entorno, adaptándose a la cultura local y el medio ambiente. Esta casa en Tigani es un ejemplo de ello, junto con el arquitecto Dimitris Rizos han creado una vivienda que parece volar entre el mar y el cielo.
Una transformación de una antigua casa de aldea, se a reinterpretado la vivienda combinándola con piedra de la zona.Marilena explica,"El estilo se basa en el aspecto tradicional de la casa griega, con un toque más abstracto y elegante que es nuestra firma. No despreciamos las piezas folclóricas nativas, pero tratamos de modernizarlas. Basta con mirar a las vigas de madera en el techo, la chimenea en el salón y se detiene a las puertas de madera de saber que estás en Grecia "Lámparas de Ikea, mesas de Padova o sillas de Philippe Starck combinan a la perfección.
Las habitaciones se han pintado de blanco, se han complementado con los dibujos de Buganbilla, una especie muy mediterránea, en las paredes, realizados por la artista Joanna Burtenshaw
Marilena Rizou