Los días grises y oscuros, como hoy, son perfectos para meterse en la cocina, encender el horno y dar rienda suelta a nuestra imaginación... menudo privilegio sería poder pasar la tarde en casa haciendo cupcakes, galletas, etc. pero ya llegarán mejores tiempos.
De momento, me conformo en soñar con cómo sería mi cocina ideal para pasar estos ratos gastronómicos tan entretenidos.
Primera premisa: la mayoría de nosotros (me incluyo) vive en un piso, con una cocina de líneas más o menos modernas, típicas de las construcciones actuales, pero eso no implica que no la podamos decorar a nuestro gusto, en mi caso elegí en obra la cocina totalmente blanca, suponiendo ya que le daría mi toque marroquí con los complementos.
Segunda premisa: no necesitamos un espacio tan amplio como nos dicen en las revistas, la mía tiene escasos 7 m2 y tiene lo justo y necesario para poder hacer lo que nos plazca.
Tercera premisa: Crea un entorno en el que te sientas a gusto, eso te dará ganas de pasar allí más tiempo y que todas tus visitas te pillen "con las manos en la masa".