Revista Cultura y Ocio

Entre la pena y la nada elijo la pena…

Por Alguien @algundia_alguna

Entre la pena y la nada elijo la pena…

“No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.”

Fragmento de “Las Palmeras Salvajes” de William Faulkner.

“Era como si mientras el engaño sucedía en silencio y monótonamente, todos nosotros hubiéramos aceptado ser engañados, favoreciéndolo con nuestra inconsciencia o puede que cobardía, pues toda la gente es cobarde y prefiere de un modo natural cometer una traición, ya que ésta tiene un aspecto cómodo.”

“Recordaba que mi padre solía decir que la razón para vivir era prepararse para estar muerto durante mucho tiempo. Y cuanto tenía que verlos día tras día, cada cual con sus pensamientos egoístas y secretos, cada cual con su sangre distinta a la de los demás y a la mía, y pensaba que al parecer era mi único modo de prepararme para estar muerta, odiaba a mi padre por haberme engendrado. Solía estar deseando que cometieran alguna falta, para así poder zurrarles. Cuando la vara caía, podía sentirla en mi propia carne; cuando les levantaba cardenales y verdugones, era mi sangre la que corría, y a cada golpe de vara pensaba: ¡Ahora vais a saber quién soy! Ahora soy alguien en vuestras vidas secretas y egoístas, soy quien ha marcado para siempre vuestra sangre con la mía.

Fragmentos de “Mientras agonizo” de William Faulkner.

“Mi pueblo dio origen a Jesús, el suyo, lo cristianizó y desde entonces han tratado de expulsarlo de su Iglesia. Y ahora que prácticamente lo han conseguido, fíjense en el vacío que produce su partida. ¿Creen ustedes que el nuevo ideal de servicio, de grado o por fuerza, es mejor que el antiguo ideal de la humildad? No, no me refiero a los resultados. Los únicos que siempre ganan por las maquinaciones espirituales de la humanidad, son la pequeña minoría, por la misma actividad emocional, mental y física que ejerce, nunca la mayoría pasiva por quien se establece la cruzada”.

Fragmento de “Mosquitos” de William Faulkner.



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