Aún desde aquí abajo, en la península, fuimos conscientes del mazazo que supuso para la tranquila y desarrollada sociedad sueca el asesinato de Olof Palme, primer ministro, en 1986. Un golpe al eje de la sociedad paradigma del estado del bienestar.
Sin mencionarlo una sola vez por su nombre, Leif GW Persson, un criminólogo que trabaja para la policía sueca elabora una tesis que acaba con el asesinato del Primer Ministro, pero que sobre le sirve de excusa para dar un despiadado repaso a la policía y los servicios secretos suecos, (la Sapö que salía tanto en la trilogía de Millenium). Un repaso del que la solvencia y profesionalidad de los polis de la cuasi perfecta Suecia no sale demasiado bien parado, porque la novela es sobre todo, más que una novela policíaca, una novela de policías.
El aparente suicidio de un anónimo ciudadano americano será el punto en que la madeja se empieza a desliar, o a liar, -quien sabe-. Dos investigaciones paralelas, de la policía convencional y de la policía secreta nos van contando la historia que ya saben como acaba. Lamentablemente, una buena idea de partida se queda un poco por el camino, porque los valores literarios son un tanto justitos y es demasiado larga para lo que cuenta.
En suma, un libro que podría ser mejor, pero interesante al fin, así que igual hago hueco para ver en qué para este declive del estado del bienestar. Será por la crisis.
