Entre la vida y la muerte: Otra vida es posible

Por Nacho Cañas.

Leo Castañeda es un español que reside en Bélgica. Un día, su vida tranquila como conductor del metro en la estación del Atomium queda alterada por un suicidio de un muchacho que se tira a las vías del tren. Leo conducía y el hilo de acontecimientos que surgen a raíz del suceso cambiarán su vida para siempre. Entre la vida y la muerte: Otra vida es posible Antonio de la Torre es uno de los mejores actores de su generación y cada película que hace lo demuestra. En esta producción belga vuelve a meterse en la piel de un personaje torturado que le permite lucirse una vez más.
Marine Vacth hace de inspectora que sigue, siempre un par de pasos de pasos por detrás, el camino de Leo, y, aunque lo intenta, no llega a destacar en ningún momento. Olivier Gourmet, actor fetiche de los directores Dardenne hace en este caso un pequeño papel de comisario pero que deja deslumbrar toda su calidad. Con la venganza como leitmotiv podemos encontrarnos con una suerte de personaje que hemos visto anteriormente en otras producciones últimamente al estilo de Rescate o John Wick. Sin embargo, esta carece de tanta acción y se queda un tanto descafeinada en ese aspecto, aunque lo suple con escenas de tensión y la resolución del misterio que se nos presenta en el primer fotograma. Entre la vida y la muerte: Otra vida es posible
Un guion con unas piezas que encajan a la perfección carece de agujeros, pero deja un poso de artificialidad que uno no puede evitar ver. Además, los lazos familiares de varios personajes protagonistas quedan un tanto forzados y puestos ahí solo para que nos importen más estos.Planos muy cercanos y en ocasiones largos contrastan con los pocos, pero frenéticos, planos de acción. Antonio cumple muy bien con su papel de “héroe” real y con peleas que parecen salidas totalmente de una grabación callejera, dando una pátina de realidad a la cinta. Entre la vida y la muerte: Otra vida es posible
Tanto la música como la producción en general belga no tienen nada que envidiar a cualquier trabajo americano de primer nivel en cintas similares y demuestra que el cine europeo cuenta con una salud excelente.En definitiva un thriller clásico que gustará tanto a los fans de Antonio de la Torre como a los que simplemente quieran deleitarse con desentrañar un misterio e ir resolviendo las dudas que se presentan en los ciento diez minutos que nos harán olvidar los problemas que dejamos en la puerta de la sala.