Revista Cultura y Ocio

Entre las páginas...(13): Bajo la misma estrella

Publicado el 30 junio 2012 por Poy
Entre las páginas...(13): Bajo la misma estrella Estoy segura de que a estas alturas ya habéis oído hablar de Nube de Tinta, y de sus dos títulos inaugurales. Uno de ellos es Bajo la misma estrella, de John Green, libro que he tenido la suerte de leer y que directamente me ha encantado. A grandes rasgos trata sobre Hazel, una chica con cáncer que vive su vida sumida en una depresión que la hace un tanto cínica. Un día conoce a Augustus, no menos cínico e irónico, y ambos deciden conocer al autor que ha cambiado, con su libro Un dolor imperial, su forma de ver la vida.
Este libro es maravilloso, tiene unos personajes muy cercanos y una historia que cala muy hondo. Se ha convertido en uno de mis libros favoritos.
Os dejo con tres citas que me han llamado la atención:
-Llegará un día en que todos nosotros estaremos muertos- dije-. Todos nosotros. Llegará un día en que no quedará un ser humano que recuerde que alguna vez existió alguien o que alguna vez nuestra especia hizo algo. No quedará nadie que recuerde a Aristóteles o a Cleopatra, por no hablar de vosotros. Todo lo que hemos hecho, construido, escrito, pensado y descubierto será olvidado, y todo esto- continué, señalando a mi alrededor- habrá existido para nada. Quizá ese día llegue pronto o quizá tarde un millón de años, pero, aunque sobrevivamos al desmoronamiento del sol, no sobreviviremos para siempre. Hubo tiempo antes de que los organismos tuvieran conciencia de sí mismos, y habrá tiempo después. Y si te preocupa que sea inevitable que el hombre caiga en al olvido, te aconsejo que ni lo pienses. Dios sabe que es lo que hace todo el mundo.
En esta escena Hazel está en el grupo de apoyo, cuando conoce a Gus. Él comenta al grupo que tiene miedo a ser olvidado, y ella le responde de ese modo.
-Este me encanta. ¿A ti no?
Supongo que yo estaba mirando el estímulo de encima de la tele, un dibujo de un ángel con la leyenda: «Sin dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?»
(Podríamos analizar este estúpido y poco sofisticado argumento sobre el sufrimiento durante siglos, pero baste decir que la existencia del brócoli en ningún caso afecta al gusto del chocolate.)
-Sí -contesté-. Una idea preciosa. 
Este diálogo tiene lugar la primera vez que Hazel visita la casa de Augustus, cuando él le explica lo que hacen sus padres para animar: bordan y enmarcan frases estimulantes a las que llaman estímulos. 
Me di cuenta de que tenía los ojos cerrados y los abrí. Augustus estaba mirándome, sus ojos azules más cerca de mí que nunca, y detrás de él una multitud había formado a nuestro alrededor una especia de grueso corro. Pensé que estaría enfadados. Horrorizados. Estos jovencitos y sus hormonas, pegándose el lote debajo de un vídeo que reproducía la voz quebrada de un padre que había perdido a su hija.
Me separé de Augustus, que me dio un beso en la frente mientras yo miraba fijamente mis Converse. Entonces empezaron a aplaudir. Toda aquella gente, aquellos adultos, empezó a aplaudir, y alguien gritó “¡Bravo!” con acento europeo. Augustus se inclinó hacia delante con una sonrisa. Yo, riéndome, hice una ligera reverencia justo cuando volvía a estallar un aplauso.
Esta escena es muy emotiva, y la verdad es que me gustó mucho leerla. No puedo explicar el contexto por si los spoilers, pero desde luego trasmite mucho.
¡Espero que os hayan gustado las citas! ¿Con cuál os quedáis? ¿Habéis leído el libro? ¿Lo pensáis hacer? ¡En uno días, reseña! ¡Nos leemos!
Poy


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