Un maravilloso dormitorio llama nuestra atención, como un soplo de aire fresco, sus cálidos tonos tierra nos transportan hasta el infinito y delicado desierto. Elementos naturales como maderas, algodón y lino, entre los que descansan dos huéspedes que ya han escogido el mejor rincón de la estancia.Serenidad absoluta, paz y calma... no creo que haya mejor manera de describir lo que transmiten estas preciosas imágenes.Adoro los farolillos marroquíes que cuelgan al lado del cabezal de la cama, los portavelas, cuencos y jarrones con un marcado estilo vintage y la luz penetrante que refleja en ellos.