“Tú habla, yo intentaré parecer que me interesa…”
- Y dime… ¿Por fin algún chico?
- No, y la verdad que mejor así.
- Bueno, no te preocupes eso llegará.
- ¿Sabes eso de “mejor sola que mal acompañada”? Pues algo así.
La pregunta mágica, la pregunta del momento. Todo el mundo ha decidido que ya es hora de que aparezca alguien en mi vida, que me quiera, me mime, y todas esas cosas propias al 50% de las películas y al 50% de vida real. Las personas no entienden que esté cansada, que prefiera francamente dedicarme mas el tiempo a mi misma que a citas baratas de sabor a refrito. De intentar acercamientos nulos cuando hay un muro de hielo o de piedra, o tal vez de acero, todo puede ser… Entiendo que se acerca la primavera y que todo el mundo esté feliz con sus nuevas parejas o “novios que no son novios”, entiendo que muchas de mis amigas se pasen horas hablando de los perfectos e imperfectos que son ellos pero que mariposas aparecen en el estómago y que ganas de matar creciendo aparecen cuando menos te lo esperas, lo entiendo, entiendo incluso que estén 1 hora al teléfono o en persona mirándote sin mirar hablando de su mundo de color de rosa, mientras tu intentas sonreír y no mandarle cerca, ahí mismo, porque claro, eres su amiga. Pero cansa amigos, cansa mucho, mucho, mucho…
Sin más hace unos días me llamó una amiga, a la que no veía desde hace bastante y con la que hablo por teléfono cuando le llamo yo, o cuando ella me llama. Pero si me llama se que estaré 1 hora al teléfono diciendo “mmm”, “ahá”, “claro…”, “no me digas”, “tienes razón” y otras tonterías por el estilo mientras se desahoga. Cuando se desahoga del todo te pregunta que tal estás, le dices que bien, te pregunta si hay algún chico nuevo, le dices que no y te comenta que es muy tarde y cuelga. ¿Alguna vez os he dicho que tengo cara de psicóloga? Yo creo que en mi anterior vida fue consejera, psicóloga o cualquier cosa del estilo, porque no lo entiendo. Tal vez ahora cuando quede con la gente, tenga que cobrar por cita previa.
El caso es que esto de estar entre lo dulce y lo amargo…. No me gusta, solamente intento que los demás comprendan por qué ahora mismo me encuentro dolida, porque no quiero arriesgarme por nada y por qué prefiero seguir con mis estudios y mis trabajos, a salir. Lo cierto es que últimamente no me apetece vestirme para la noche, y mucho menos conocer a lindos mininos. Aunque debo reconocer que últimamente estoy haciendo nuevos amigos, pero solo eso, para lo otro estoy demasiado cansada, dolida y rota por dentro. Así que: “no, gracias”. Mientras tanto probemos un dulce y después un plato amargo.