Revista Opinión

ENTRE MOHAMED ALI Y EL CORDOBÉS. Hoy, hace 20 años. 18 de enero de 2002

Publicado el 18 enero 2022 por Cronicasbarbaras

Decenas de encuestas estadounidenses coincidieron esta semana en designar al exboxeador Mohamed Ali como el mejor deportista mundial del siglo XX, noticia que se reprodujo sin crítica en el resto del planeta, donde hay otros muchos candidatos en deportes diferentes.

Ali, que cumplía 60 años estos días, es un típico tótem norteamericano: vivía de la violencia pero se opuso a la guerra del Vietnam, a la segregación racial, y se hizo musulmán.

Hoy es un juguete roto por la enfermedad de Parkinson, aunque su vida pase al cine y le tributen homenajes los presidentes de su nación y las universidades, que lo nombran doctor honorario.  Es, además, el rostro de una campaña para convencer al mundo musulmán de que Estados Unidos no es el enemigo, y que los buenos islámicos son héroes en el país.

Ali es, así, el relaciones públicas de Washington en un mundo hostil a su política exterior. Y no es la primera vez que ejerce de embajador en áreas difíciles, con gran éxito político y económico para él y su nación.

Esta utilización de los tótem nacionales como embajadores internacionales es un sistema anglosajón que otros países no explotan. Por ejemplo, si Estados Unidos tuviera la fiesta de los toros, espectáculo de dolor y sangre como el boxeo, los toreros míticos como El Cordobés resolverían los problemas diplomáticos o económicos con México, Colombia, Venezuela, Perú y España.


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