Aquel que construye puentes
está tendiendo las manos
al que está en la otra orilla
pues todos somos hermanos
Construye puentes
derriba muros
los puentes unen
muros desunen Por: Yoel Rivero Marín Hace ya 20 años, cuando estudiaba en la capital de Cuba, descubrí que aún, cuando existían en la isla 14 provincias y un municipio especial, el país estaba dividido solo en tres partes: Oriente, Centro y Occidente. Llegaba a la universidad y recuerdo aquel primer día, cuando en una acera nos hicieron esperar las asignaciones de hospedaje, casi instintivamente todos ocupamos una posición natural. Los estudiantes de las provincias orientales a un lado, (un muro) los de occidente al otro (un muro) y yo, simplemente en el centro, sin entender nada, incluso hasta las palabras muy peculiares de cada región. Miré a un lado y al otro y he demorado 20 años en comprender la realidad que se mostraba de forma evidente, algo que escapa de la identidad regional.
Quien solo construye muros
de hermanos hace enemigos
está separando el mundo
crea rencor entre amigos
Pasaron veranos e inviernos y aquella realidad se fue despejando. En cada uno de los viajes que he realizado a las provincias occidentales, fundamentalmente a La Habana, palpaba como se menosprecia y estigmatiza al oriental, pero algo irónico siempre ha sido que cuando llegaba a Santiago de Cuba o el resto de las provincias de la región encontraba en muchas personas un rechazo hacia el habanero que les corre por las venas, aún cuando todos visiblemente buscaban oportunidades en la capital. En el centro siempre existió la creencia de sentirse por encima de esas pobrezas humanas, pero aún así, están los que miran a los dos extremos predispuestos por el criterio de ambos.
Tal división no sólo se palpa en esas tres partes, pues localismos estrechos lastran las relaciones territoriales dentro de cada una de ellas. Por ejemplo, en Granma los municipios de Bayamo y Manzanillo conservan un orgullo tan intolerable que llega a influir hasta en las decisiones políticas y gubernamentales. Pero más cerca aún, el habitante de Sagua la Grande nunca se ha sentido cómodo con el término de villaclareño y siempre rectifica: “Yo soy sagüero”, aún cuando esté en otro lugar de Cuba o el Mundo. Y es que entre Sagua y Santa Clara existen recelos insalvables que han afectado hasta el propio desarrollo económico de ambas partes, sobre todo en el último medio siglo, donde la Villa del Undoso ha resultado notablemente lacerada, aún cuando nunca se reconozca. No dejes que muera el día
sin que mueran los rencores
con los muros crea puentes
con los puentes relaciones
Tal división la veo, incluso, entre los cubanos de adentro y de afuera del país, entre los cubanos que trabajan y los que no, entre los cubanos que ordenan y los que mandan, entre los cubanos negros y los cubanos blancos y los cubanos con diferentes preferencias sexuales y los cubanos con otras formas de pensar y los cubanos que hablan y los que actúan y los cubanos y cubanos y cubanos, esos que veo diariamente en las colas y los que no necesitan hacerlas, los que marchan y los que ya se han cansado, los que temen a los ciclones y los que no, los que temen a las palabras y los que las usan para vivir. ¿Será acaso que para que una sociedad moderna funcione debe tener toda clase de divisiones? Aquí y allá la gente está dividida, pero no le importa.
En esta sociedad compleja que se ha enriquecido y se enriquece con su diversidad, no veo otra forma de crecer que no sea saltando por encima de esas divisiones que heredamos y aquellas que también somos culpables de crear. Y comprender que la unión de lo diverso nos hace mejores. Un pueblo ha de construir más puentes y menos muros, cada división que se ha creado o se crea nos impide conocernos mejor, ayudarnos y comprendernos más. Tengo excelentes amigos en todos los rincones de Cuba, de todas las procedencias sociales, con todo tipo de religiones, ideologías y culturas. Son mis amigos, juntos hicimos esos puentes que hoy nos enorgullecen y juntos derribamos aquellos muros que otros crearon. También juntos derribamos algunos muros en los cuales alguna vez pusimos una piedra nosotros mismos. He soñado siempre con puentes, tal vez esté en mi naturaleza, al vivir en una ciudad dividida por un río que nunca ha podido existir sin esa unión que debemos construir los hombres. Es importante, crear puentes que unan ideas,que unan creencias. Es básico e indispensable construir un puente hacia todos los lugares, para unir, para amar, para perdonar, Y entender como funciona un puente, como verdaderamente debe funcionar un puente. De muros está llena la tierra, nuestra tierra, de puentes estamos carentes. Muros dividen a oriente y a occidente, muros dividen a la gente, aquí sólo he mencionado algunos con los que he tropezado a cada paso en estos 20 años y es una realidad, de ellos estamos llenos y de nada sirven. Construye un hombre feliz
solo puentes que los unan
todos dándonos las manos
en un mundo sin censuras
Construye puentes
derriba muros
los puentes unen
muros desunen. Poema: PP Arias