Entre nosotros (Maren Ade, 2.009)

Ficha:
Título Original: Alle Anderen.
Director: Maren Ade.
Guionista: Maren Ade.
Intérpretes: Birgit Minichmayr, Lars Eidinger, Hans Jochen Wagner, Nicole Marischka, Mira Partecke, Atef Vogel, Paula Hartmann, Carina Wiese.
Productores: Janine Jackowski, Dirk Engelhardt, Maren Ade.
Fotografía: Bernhard Keller.
Música: Varios Artistas.
Montaje: Heike Parplies.
País: Alemania.
Lugares de rodaje: Cerdeña (Italia).
Año: 2.009.
Duración: 119 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Drama, Romámtica.
Distribuidora: Karma Films, S. L.
Estreno: 25-06-2.010.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 20.685.
Recaudación: 124.613,55 €.
Calificación: 5,798.
Sinopsis:
Gitti y Chris son una joven pareja de vacaciones en la mediterránea isla de Cerdeña. Debido a un suceso aparentemente insignificante - el encuentro con otra pareja - su relación empieza a tambalearse. Sin embargo a Hans y Sana no les va mucho mejor, ya que tras su fachada de pareja moderna esconden una distribución convencional de roles entre el hombre y la mujer. Chris empieza a imitar los comportamientos de la otra pareja e intenta mostrar a su caprichosa novia sus límites, con lo que la confianza de Gitti en su novio sufre una sacudida profunda. Su intento de adaptarse a los deseos de él empieza como un juego pero acaba convirtiéndose en una lucha silenciosa contra si misma. Mientras Chris resplandece con su nuevo papel de hombre fuerte, Gitti parece que va perdiéndose poco a poco.
Comentario:
En su segundo largometraje, la directora alemana Maren Ade, miembro destacado de la consolidada Escuela de Berlín, aborda el universo de la pareja con un ímpetu quirúrgico que no deja títere con cabeza. Las víctimas de dicho experimento son una pareja que pasa unas supuestamente idílicas vacaciones en Cerdeña. Allí se entregan a la representación de los juegos del rol de la seducción para luego adentrarse en los crudos tránsitos del amor al odio, con la ruptura anunciada en una esquina de esta certera radiografía.
Crítica:
29-06-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Corazones sin rumbo
Irregular melodrama alemán enmarcado en el siempre resbaladizo mundo de la pareja, que en "Entre nosotros" aparece descrito a través de las vivencias más íntimas de un joven matrimonio y sus cambiantes estados de ánimo, consigo mismos y con los demás. Sentimientos encontrados que tendrán su catarsis en un viaje de 'placer' por la isla de Cerdeña. La realizadora alemana Maren Ade se las apaña para dotar de intensidad dramática a los rifirrafes sentimentales y existenciales de sus protagonistas, aparentemente felices, acomodados en su apacible vida privada, que queda hecha trizas cuando se confronta con otra de parecidas características y que, sin embargo, les devuelve su reflejo condicionado.
Curioso tratamiento el plasmado por su máxima responsable de un cierto modo de vida en nuestro frágil mundo contemporáneo, donde a una crisis económica sin precedentes a escala mundial ¿estará caduco el sistema actual?-, se añade en "Entre nosotros" una confusión sentimental que raya en lo ridículo, visto y comprobado el mal rollo, las mentiras y las falsedades reinantes hasta el desvarío entre las parejas que desfilan por la pantalla. Aun así, no es que el filme de Maren Ade se decante en profundidad por la introspección psicológica, pero sí merece verse.
Porque de lo que se trata aquí es de reflejar de forma minuciosa el lado oscuro de las personas, un equívoco mal de vivir, a veces de un nihilismo atroz, donde la infelicidad más desoladora parece ser el destino al que se ve abocada una humanidad desnortada, en trance de devorarse a sí misma, en medio de lo que se ha dado en llamar el 'estado del bienestar', que al paso que vamos tiene visos de convertirse en el 'estado del sálvese quien pueda'. En fin, la batalla moral que desgrana la película de Ade es violenta: la barbarie ha acabado por apoderarse de la cultura, el hemisferio no verbal ha ganado el combate, el clip ha domeñado a la conversación, la sociedad ha acabado por volverse adolescente. Pero la lucha continúa...