El próximo 25 de octubre más de 30 millones de argentinos tendrán la obligación de votar por su próximo presidente —el primero no-Kirchner desde 2003— en comicios en los que también elegirán vicepresidente, 130 diputados (de 257), 24 senadores (de 72) y 43 miembros del Parlamento del MERCOSUR y en los que por primera vez desde 1989 no se presentará a ningún cargo electivo la actual presidente Cristina Elisabet Fernández Wilhelm de Kirchner —decisión riesgosa porque pierde la inmunidad de arresto frente a las investigaciones por irregularidades de algunas empresas familiares—, aunque sí su hijo Máximo, líder de La Cámpora.Aunque 9 frentes se presentarán a las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) del 9 de agosto —el oficialista Frente para la Victoria y los opositores Cambiemos, Una Nueva Alternativa, Progresistas, Compromiso Federal, Frente de Izquierda y de los Trabajadores, MST-Izquierda Unida, Frente Popular y Nuevo Mas— para definir sus candidatos —los que alcancen más del 1,5% del padrón—, las posibilidades de ser elegidos para presidir la República Argentina el próximo cuatrienio se reducen a Daniel Scioli Méndez, gobernador de la provincia de Buenos Aires, por el kirchnerismo —aunque el retaceo de la postulación a la que CFK le sometió en los últimos años, además de los continuos desplantes y críticas de la presidente, pueden ser motivo de infidelidad—, el disidente kirchnerista Sergio Massa Cherti, diputado nacional —Una Nueva Alternativa— y Mauricio Macri Blanco, actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por Cambiemos.Pronósticos electorales muy fluctuantes —de junio 2014 a junio 2015, Massa se movió entre 31 y 12%, Scioli 45,2 y 17,5% y Macri 35,8 y 17,4%—, los últimos acercan más a Scioli —40,8%— y Macri —33,1%— y apartan a Massa —18%.Al próximo presidente le tocará: Reencauzar la economía argentina, desideologizándola; solucionar el aislacionismo financiero; mejorar los indicadores económicos, racionalizando recursos y transparentando indicadores; abandonar el populismo y clientelismo, y combatir, racional y sin prebendas, la pobreza.Trabajos de Hércules.