Hace tiempo que quería ver esta serie de Netflix pero no había tenido tiempo de ponerme con ella. House Of Cards se instala en mi salón y sé perfectamente que me quedan unas cuantas temporadas para ponerme al día. ¡Lo conseguiré! Aquí va mi primera impresión de ella.
"House Of Cards" es una de esas series que te enseña cómo es la política en realidad y te hace desconfiar de todos aquellos que manejan los intereses de un país. De esta manera, nos metemos en la vida del congresista Frank Underwood, un hombre que sabe lo que quiere en todo momento. Y que no dudará en conseguirlo sea cual sea el coste.
La temporada empezó muy interesante aunque costó meterse en la esencia. Al principio, vimos un matrimonio normal, un hombre que juega con los hilos del poder y los maneja a su antojo. No solo a los hilos sino también a la gente. Y poco a poco se germina una amistad entre una joven periodista y él.
Sí, podría decirse que va a ser ella la que lance todos los dardos que hieran a sus enemigos y que le permitan llegar a la Vicepresidencia de los Estados Unidos. Y a medida que la temporada avanza vemos que surgen nuevos problemas y que no todo es tan sencillo como parecía. Sindicatos, compañeros de partido, nominaciones y un presidente demasiado voluble y manipulable.
Frank Underwood propone a Peter Russo, un hombre que está metido en un gran hoyo negro del que no puede salir. Y el congresista se encarga de que deje las drogas, el alcohol y vuelva a ser un hombre decente. Pero todo esto después de joderle la vida por primera vez. ¡Algo que sabe hacer muy bien!
El matrimonio Underwood también hace aguas a cada paso que avanzan. Así, descubrimos que Claire tuvo una aventura que reinicia con un pintor y que al final dejará nuevamente. Pero Frank también comienza a acostarse con la periodista y se crea una relación complicada entre ellos.
Algo que acaba explotando cuando Peter Russo muere por suicidio. Uno que no es realmente un suicidio porque es el propio Underwood el que le lleva hacia el abismo y enciende el motor que será su muerte. Sí, ese hombre no tiene límites y tampoco tiene escrúpulos. Algo que ha demostrado en toda la temporada.
Y eso despierta todas las alarmas de Zoe, la periodista que ahora mismo odia a Frank Underwood, y que intentará hacerle caer junto a otros dos compañeros. Pero lo que no sabe es que el juego del congresista está funcionando y podría decirse que ya es Vicepresidente de los Estados Unidos aunque no haya sido nombrado formalmente.
El escándalo está casi listo y va a saltar en cualquier momento. La última escena deja patente que las cosas no serán relajadas a partir de ahora y que los Underwood tendrá que pelear con enemigos e incluso con amigos.
Una primera temporada trepidante, que me ha dejado con los ojos abiertos y una valoración por las nubes. Ya he empezado a ver la segunda temporada y estoy deseando seguirla porque promete ser aún mejor. ¿Y tú? ¿La has visto?