Hoy vengo para traeros un pedacito de una joya que estoy leyendo actualmente. Seguramente muchos habéis oído hablar de La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joël Dicker, novela aclamada por la crítica francesa y de la que se ha hablado mucho últimamente.
Sinceramente el libro me esta gustando muchísimo y, sobre todo a aquellos que os gusta escribir, os lo recomiendo muchísimo: grandes consejos, frases inspiradoras y mucho que pensar sobre el mundo literario, no solamente sobre el misterio que encierra el libro.
Espero que este párrafo os guste y contadme... ¿Lo habéis leído o le tenéis ganas? ¿Os llama la atención?.
- Ese, ¿Qué le dije?
- Que la vida tenía muy poco sentido. Y que escribir daba sentido a la vida.
- Eso es, Marcus. Y ése es el error que cometió hace unos meses, cuando Barnaski le reclamó un nuevo manuscrito. Se puso a escribir porque tenía que escribir un libro, no para dar un sentido a su vida. Hacer por hacer nunca ha tenido sentido: así que no tenía nada de extraño que fuese incapaz de escribir una sola línea.
El don de la escritura es un don no porque escriba correctamente, sino porque puede dar sentido a su vida. Todos los días hay gente que nace, y otros que mueren. Todos los días, millones de trabajadores anónimos entran y salen de enormes edificios grises. Y luego están los escritores. Los escritores viven la vida más intensamente que los demás, creo. No escriba usted en nombre de nuestra amistad, Marcus. Escriba porque es el único medio para usted hacer de esa minúscula cosa insignificante que llamamos vida una experiencia válida y gratificante.