Entrenador italiano, nacido en 1947, uno de los más exitosos de la década de los 90, desapareció casi por completo en el s. XXI. Repasemos su trayectoria.
Su carrera como jugador fue bastante exitosa, jugó, durante las décadas de los 60 y 70 en varios de los mejores clubes de su país, Milán, Roma e Inter, entre ellos aunque fue en el Foggia donde disputó el mayor número de partidos. Quizá le faltó debutar con la selección azzurra.
Tras retirarse en el 1981, comenzó un periodo formativo para ser técnico, que concluyó en 1988, cuando debutó en los banquillos del Reggina, al que ascendió de Serie C a Serie B hecho que le sirvió para sustituir a Arrigo Sacchi en el emergente Parma, también de Serie B.
Por aquel entonces el presidente del Parma era Calisto Tanzi, fundador de la todopoderosa Parmalat, lo que permitió que el pequeño club pudiera competir con los más grandes del país. Lo primero fue el ascenso a Serie A, conseguido en un histórica promoción contra el Reggiana, uno de los máximos rivales de los parmesanos, su rivalidad forma parte del Derby del Grana (modalidad de queso emiliano).
Al año siguiente se consiguió la primera participación europea, fue en la Copa de la Uefa de 1991. posteriormente llegó el primer título, la copa de Italia, ante todo un clásico italiano, la Juventus de Turín, remontando el 1-0 de la ida en el Ennio Tardini con goles de Melli y Osio.
Esa victoria en la Copa, permitió al equipo parmesano participar en la Recopa Europea, donde tras eliminar a equipos como el Atlético de Madrid, se plantó en la final del Wembley ante el semidesconocido equipo belga del Royal Antwerp. No fue sencillo pero los italianos se trajeron el trofeo por 3-1 en un estadio londinense semivacío. Se redondeó la temporada con una victoria ante el Milán en la supercopa europea, lo que colocaba al equipo de Nevio Scala en el olimpo europeo.
El dinero de Parmalat seguía fluyendo, trayendo a cracks como Brolin, Faustino Asprilla, Nestor Sensini, Gianfranco Zola, Fernando Couto o Dino Baggio y permitiendo que se siguiera compitiendo a gran nivel tanto en Europa, con otra final de Recopa, esta vez perdida ante el Arsenal pre-Wenger y con un triunfo en la Copa de la Uefa de 1995, contra la Juventus de Turín, como nacional, con otra final de Copa de Italia perdida precisamente ante los juventinos.
Pese al cariño que se había ganado entre la afición parmesana, Scala abandona la nave en 1996 dejando un gran recuerdo tanto en títulos como por el juego vistoso desarrollado.
Scala recibió varias ofertas de grandes clubes europeos, entre ellos el Real Madrid, pero no se llegó a concretar ninguna. Lo que si se concretó es su fichaje por el modesto Perugia, al que no pudo salvar del descenso a Serie B. No volvería a entrenar en Italia.
Su primera parada en el extranjero fue el Borussia Dortmund post-Champions League, donde consiguió ganar la Intercontinental. Tras un parón de un par de años emigró a Turquía, donde no ganó títulos.
De allí a Ucrania, a un equipo que daría mucho que hablar en años venideros, el Shakhtar Donetsk, ganando doblete de Liga y Copa. El último equipo entrenado fue el Spartak de Moscú, en 2004, sin títulos.
Posteriormente se dedicó a la política y a colaborar con diversos medios de comunicación, siempre con rumores de su vuelta a los banquillos.
En resumen, se trata de un técnico que propugnó un estilo de juego atractivo en un país que no siempre ve con buenos ojos esto, ganó títulos con él, en varios países, pero le faltó una guinda en forma de título grande, es decir, una liga grande o una Champions.