Entrevista a Ángeles Bellinfante

Entre cartas marcadas y sueños imposibles es una novela muy diferente desde todos los puntos de vista. Primero se disfruta con la vista, con esa portada tan bonita, luego al tenerlo en las manos es muy agradable al tacto, transmite calidez y delicadeza. Y luego se disfruta mucho mientras se lee. ¿Cómo fue el proceso creativo? Desde la portada hasta la idea para escribir la novela.

El proceso fue muy largo, varios años. Ha pasado varios períodos aparcado. Suelo dejarlos reposar mucho entre borradores y hago bastantes, creo que unos ocho o nueve. El reposo es muy importante para despegarme de la historia y de los personajes, sobre todo a la hora de recortar. Con los primeros borradores la historia crece desde el esqueleto, le pongo carne, órganos, la piel, la visto, le voy probando prendas, la engordo y hago algunos experimentos con los personajes. Llega un momento que ha engordado demasiado, jeje, y la pongo a dieta. Para Stefan Zweig la fase de recortar era la mejor y, la verdad, una vez le coges el gusto, te das cuenta de que con cada párrafo que quitas la novela gana en claridad y agilidad.

La portada fue lo último en aparecer. La editorial me preguntó si tenía alguna idea y, la verdad es que no tenía ninguna, pero una tarde, mientras estaba en el taller de pintura, pensé que en vez de utilizar imágenes ajenas, podía echar mano de una de mis pinturas, así que me puse a trabajar en ellas.

El título es la peor parte. Encontrar unas pocas palabras que reflejen el contenido del libro y, a la vez, suenen bien por sí solas, no me resulta nada fácil. Espero haberlo conseguido.

¿Cómo la definirías tú? ¿En qué género?

La verdad es que esto mismo me preguntaba yo, jeje. En un informe de lectura me la clasificaron de juvenil, lo que me sorprendió bastante, y me recomendaron eliminar algunas escenas que podrían ser un poco subidas de tono para adolescentes, pero no les hice caso. Caligrama editorial la ha clasificado como de fantasía y reconozco que algo de fantástica tiene, con el cuaderno y lo que implica. Pero las novelas de literatura fantástica suelen asociarse a las de ciencia ficción, cosa que no es. Yo habría dicho que es más de aventuras, así que me sorprendió la clasificación de la editorial. Es verdad que hay fantasía, pero también hay aventuras, hay toques románticos en fase de tentativa. Pero, sobre todo, hay relaciones humanas, con todo lo que ello implica.

Es una historia con muchas mujeres, todas con personalidades fuertes, muy marcadas. Mi favorita es "la madre" pero Carlota me provoca todo tipo de sensaciones. Es un personaje sencillo y complicado a la vez, con muchos altibajos, llena de contradicciones pero también muy empática y humana. ¿Qué supuso para ti crear estos personajes femeninos?

Por lo que a Carlota se refiere, no era fácil crear un personaje tan caótico y contradictorio y que, a la vez, pudiera ser humano y creíble. Me la jugaba un poco pero imagino que precisamente por eso, porque era un personaje arriesgado, seguí adelante. Lo que hay detrás es, sobre todo, una labor de observación de muchos años. Es curioso, pero personas contradictorias y caóticas hay muchas, sin embargo, trasladadas al papel dejan de ser creíbles, así que hay que transformarlas un poco para adaptarlas al formato.

Los demás, en el fondo, servían para apuntalar y contener a Carlota. Ramona era necesaria para contenerla, hace las veces de escudera que, cuando la ocasión lo requiere, le pone un espejo delante. La madre también era arriesgada por atípica pero eso era precisamente lo que la hacía tan interesante.

¿Cuáles son tus autores preferidos o qué tipo de libros crees que te influyen a la hora de escribir?

Uff! Elegir unos pocos autores es difícil. Y saber cuáles me influyen, aún más. Imagino que lo que esté leyendo en cada momento debe afectar a lo que escribo. Si tuviera que dar unos pocos nombres, diría que me encantan Sarah Waters y Eduardo Mendoza, dos estilos muy diferentes, pero geniales cada uno en lo suyo. También Neil Gaiman, a quien he descubierto hace poco pero me parece un escritor con una imaginación impresionante y un gran sentido del humor. Cuando, de adolescente, leí El Castillo de Kafka quedé impresionada y aún lo estoy con cada libro suyo que he leído. Y Zweig, cuyos libros son de una profundidad y una ligereza que ya me gustaría lograr.

No he echado nada en falta, creo que la trama está bien desarrollada de principio a fin, sin embargo hay algunos aspectos que dan para más. ¿Habrá segunda parte?

No lo descarto. A Carlota la dejaré volar sola. Pero creo que la madre, precisamente, tiene mucho que contar, aunque de momento voy a dejarla descansar un tiempo mientras escribo otra historia.

¿Algún proyecto entre manos del que nos puedas adelantar algo?

Proyectos siempre hay, más que tiempo para dedicarles. Pero no sé hablar de ellos, temo que se rompan.

Desde Libros que voy leyendo te damos las gracias por dedicarnos este rato. Ha sido un verdadero placer leerte y esperamos que Entre cartas marcadas y sueños imposibles llegue a muchos lectores.