“La literatura infantil es un campo de libertad individual muy grande donde reconectas con los narradores primigenios, con el sentido verdadero de contar historias para los otros”.
Por Carmen F. Etreros.
Esta semana hemos charlado con la escritora Ángeles González-Sinde, autora de la serie infantil Maya Papaya junto a la ilustradora Laura Klamburg, que acaba de llegar a nuestras librerías de la mano de la editorial Edebé.La protagonista de la serie es Maya una niña alegre, divertida, testaruda y sensible. Y como a todos los niños, le gusta jugar y disfrazarse, sueña con que sus padres le dejen hacer lo que le da la gana y se entristece cuando encuentra un pajarito muerto en el jardín. La serie comienza con tres títulos que entran en el mundo de los niños, con sus fantasías, juegos y dilemas dentro de este extraordinario lugar que es la vida cotidiana.La escritora viene de una familia de gente dedicada al cine y estudió filología clásica y cine en distintas universidades españolas y extranjeras.Ha escrito guiones de películas y series de televisión y ha ganado dos premios Goya. Le encanta escribir para niños porque son más libres y más sabios que las personas mayores. Tiene dos hijas muy divertidas que le inspiran muchas historias. También ha escrito teatro infantil y para adultos. Fue presidenta de la Academia de Cine y, entre 2009-2011, ministra de Cultura. Nada le gusta más que conocer a los niños lectores que siguen las aventuras de Rosanda y Maya Papaya.P. Has escrito numerosos libros para niños, ¿qué te impulsó a comenzar a escribir para los más pequeños?No lo decidí. Surgió de manera natural. Tenía hijos pequeños y fabular es mi oficio, disfruto contando cuentos de mi cosecha. Un día mientras cenábamos se me ocurrió una idea y al día siguiente me pidieron un paso más en el relato y así día a día fui construyendo a Rosanda, la protagonista de mis novelas. Por otro lado yo buscaba recuperar el disfrute de la escritura, de la invención más pura. El oficio de guionista te puede ir robando el placer de tu vocación porque en cine estás sometida a mucha presión y la mayor parte del tiempo ejecutas los deseos de otros que no siempre compartes. La literatura infantil es un campo de libertad individual muy grande donde reconectas con los narradores primigenios, con el sentido verdadero de contar historias para los otros.P. ¿De dónde nace el personaje de Maya Papaya? ¿Te han inspirado tus hijas?R. Así es. Por lo general las situaciones de los cuentos parten de experiencias reales, de conversaciones con ellas, aunque en los cuentos yo las lleve al extremo. Maya Papaya tiene rasgos de varias amigas de mi hija menor, Valentina, que son muy graciosas y muy filósofas y miran el mundo con asombro y decisión.P. Maya Papaya es una niña alegre, divertida y testaruda y sobre todo muy preguntona. ¿Qué puede aportar a un niño la lectura de la serie Maya Papaya?P. Cuando yo era niña me interesaban los libros en los que yo encontraba un reconocimiento de mi propia experiencia. Digamos que me sentía legitimada, acompañada si las cosas que yo sentía también le pasaban a otros niños en los cuentos, si veía familias similares, colegios parecidos, abuelos, maestros, temores y preguntas cercanos… Supongo que me ayudaba a comprender y también a encontrar en la lectura algo muy útil, necesario para vivir y disfrutar que hasta el día de hoy me acompaña. Intento generar lo mismo en mis lectores infantiles. También busco que para un adulto todos mis libros sean placenteros de leer en voz alta a un niño. Mi abuela me leía mucho y eso fue muy importante para mí.P. Aunque Maya Papaya parece muy segura, a veces el miedo y las dudas la preocupan y necesita el apoyo de su mamá. ¿Qué papel tiene la madre de la protagonista en su vida?R. Un papel central como en la vida de todo niño. La madre y el padre para un niño pequeño son el universo entero, son sus traductores de experiencias, sus guías y modelos. Maya se confronta con ellos, a veces en exceso porque Maya, de momento, es hija única, como muchos niños hoy, y eso hace que dependa todavía más de los padres y que los padres estén más presentes.P. ¿Cómo ha resultado el trabajo con la ilustradora Laura Klamburg?Extradordinario. Es algo que he disfrutado muchísimo, más que escribir los cuentos. Cuando Laura me va enviando las ilustraciones y las abro es una fiesta en mi casa. Es como una planta que florece. Conozco a Laura desde hace muchos años y nuestra compenetración es total. Aunque vivimos en ciudades distintas, Maya nos vincula y nos tiene sincronizadísimas creativamente.P. Los temas de los primeros libros reflejan las preocupaciones habituales de los niños de la edad de Maya Papaya, el orden de la habitación, el miedo a la muerte o los primeros problemas con la ortografía, ¿qué temas se tratarán en las siguientes aventuras de Maya Papaya?R. En la siguiente tanda Maya se muda de casa y tiene que desechar juguetes, lo cual es duro para ella. También tiene que afrontar el miedo a la oscuridad y aprender las diferencias entre la noche y el día. Y en el sexto cuento, Maya vuelve a enfadarse con su madre y ésta propone una solución muy drástica para sus diferencias. Hay niños muy peleones, Maya es de ésos.P. Y después de Maya Papaya, ¿qué tienes pensado escribir? ¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?R. Estoy con una novela para adultos y algunos proyectos de teatro, pero escribiré más cuentos de Maya. Tengo otros tres en desarrollo. Soy lenta con Maya, es una escritura que requiere tiempo de reposo entre una versión y otra. Cuanto menos texto más preciso tiene que ser y esa claridad sólo te la da la perspectiva del tiempo.Publicado en Pizca de papel