Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Antonio Garrido

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Entrevista a Antonio Garrido     Antonio Garrido nació en Linares, Jaén, en 1963. Desde niño sintió pasión por la literatura empujado por sus lecturas de Julio Verne, aunque la vida le llevó por el camino de la ingeniería, su profesión actual. Sus publicaciones se limitarían a lo técnico hasta que publicara La Escribá, El lector de cadáveres y, su último libro, El último Paraíso. Ha obtenido premios como el Prix des Lecteurs Sélection 2010, el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, fue finalista del Prix Fullbert de Chartres y, finalmente, el Premio de Novela Fernando Lara. En la actualidad compagina su profesión como docente en la Universidad con la de escritor, habiendo sido traducidos sus libros a más de 15 idiomas.
- Con tu segunda novela, El lector de cadáveres, ya conociste el éxito. Pero aún así, ¿recuerdas lo que sentiste al enterarte del Premio Fernando Lara?
- Claro que lo recuerdo. De hecho, no creo que lo olvide nunca. Me encontraba sentado junto a mi mujer en un entorno maravilloso como es el patio de la Montería de los Reales Alcázares de Sevilla, incapaz de probar un bocado por los nervios mientras el jurado iba desgranando lentamente los títulos eliminados. Por último, cuando tras quedar solo dos finalistas dijeron mi nombre, me levanté emocionado y me dirigí hacia el estrado donde se iba a proceder a la entrega, casi sonámbulo. Escuchaba aplausos lejanos y destellos de flashes y yo solo pensaba en si sería capaz de agradecer apropiadamente al jurado, al público y a mis seres queridos.
- La Gran Depresión es una época relativamente frecuente en la literatura, sin embargo, la parte de la historia que nos relatas en El último paraíso, es desconocida para una gran parte de la gente. ¿Cómo llegas a ella?
- En efecto, es una historia tan escondida que ni siquiera los propios norteamericanos la conocen. Nadie podría imaginar que en los momentos más duros de la gran depresión, con millones de personas sin nada que llevarse a la boca, el New York Times publicara una noticia en la que se ofrecía trabajo y felicidad para quienes se atrevieran a embarcar hacia la Unión Soviética. Yo tuve la fortuna de conocerla mientras ojeaba un ensayo en una vieja librería de Broooklyn y enseguida advertí la dramática epopeya que se escondía tras aquellos miles de americanos que creyeron en aquel anuncio y lo dejaron todo para buscar el paraíso en la Unión Soviética, sin imaginar que se dirigían hacia su propia perdición.
- ¿Ha sido muy difícil documentarse para esta novela? ¿Cuánto tiempo te ha llevado?
- Ha sido trabajoso a la par que difícil. Cuando comencé a recopilar información encontré el tremendo sesgo que la teñía en función de su procedencia americana o soviética. Afortunadamente durante el proceso de investigación tuve el privilegio de contar con la ayuda del Dr. Boris Shpotov, miembro de la Real Academia de las Ciencias Rusas de Moscú y de la Dra. Graham Deham de la Universidad de Brighampton en Nueva York y responsable del departamento de Estudios Orientales. Ambos me asesoraron sobre los archivos secretos soviéticos y sobre la realidad de las familias que emigraron a Rusia, y de las que muy pocos miembros lograron regresar. En total, empleé un año y medio en recopilar, analizar y extraer la información precisa que me permitió abordar con confianza el proceso de escritura.
- Hablando de documentación, tuve la suerte de asistir durante una de tus presentaciones a un momento que, a la fuerza, debes de recordar. Cuéntanos cómo fue ver que un asistente se levantaba en Santander, y te comentaba que podría haber sido un descendiente de uno de tus personajes.
- No podía creerlo. Había buscado durante años a algún descendiente de aquellos americanos que emigraron a la Unión Soviética de forma infructuosa, y de repente, en aquella presentación un hombre de pelo canoso y acento extranjero me  hizo un par de preguntas curiosas sobre aquella gente. Fue verdaderamente emocionante averiguar que aquel hombre era nieto de uno de aquellos hombres que pagaron con su vida las masacres estalinistas.
- Los personajes yo creo que son el punto realmente fuerte de la novela, los llevas hasta el extremo una y otra vez consiguiendo que sean seres complejos, vivos, ¿es difícil explorar y exponer de ese modo a tus protagonistas hasta conseguir esa sensación de realidad para el lector?
- Sí que es difícil. Quizá sea la parte más compleja, pero es la que proporciona vida y realidad a una novela, la que transforma a meros personajes en seres humanos cercanos, a los que podremos admirar, amar u odiar, de los que aprenderemos o nos compadeceremos. Esa es la parte más mágica de la escritura, y también, la más complicada, porque te obliga a alejarte de estereotipos y profundizar con sensibilidad en el interior de cada uno de los hombres y mujeres que protagonizan esa historia.
- Jack, el protagonista, es un hombre obligado una  mil veces a superarse, un superviviente nato podría decirse, ¿cómo es Jack para ti?
- Jack es un joven ambicioso y trabajador, un luchador que equivocadamente cree que si se esfuerza lo suficiente conseguirá encontrar la felicidad a través del éxito profesional sin comprender que el verdadero paraíso se encuentra dentro de cada uno de nosotros, y que para descubrirlo, es preciso afrontar situaciones que pongan a prueba el verdadero carácter del individuo, Jack, a través de sus confrontaciones con otros personajes, deberá valorar qué es lo que realmente importa en la vida y tomar decisiones vitales que le encaminarán hacia la redención o hacia la destrucción.
- ¿Podrías, para quien aún no se ha acercado a tu novela, dar una pequeña pista de lo que se van a encontrar en El último paraíso?
- Yo creo que el lector encontrará una novela llena de emociones, de situaciones desconocidas pero a la vez cercanas que le harán viajar hasta las vidas de unos personajes que lucharon desesperadamente por encontrar la felicidad. Creo que se contagiará de la fuerza y la honestidad de Jack, que se turbarán con las historias de amor que se sucederán y que se inquietará ante la despiadada acción de los hombres que pusieron por delante sus ideas sin importarles el destino de millones de personas. Creo que su corazón se encogerá y realmente disfrutará más que con una historia auténtica, con una auténtica historia.
- No me gustan nada las etiquetas: tu novela por ejemplo, es histórica, de misterio, tiene amor... ¿serías capaz de clasificarla?
- A mi tampoco me agradan las etiquetas. Casi te diría que las odio por su capacidad para encorsetar y limitar. ¿Cómo clasificarías una vida? ¿Y miles de vidas? Porque de eso se trata. Es cierto que El último paraíso se enclava en un periodo histórico trascendental, pero también lo fueron quienes hubieron de vivirlo y contribuir con sus vidas al legado que posteriormente hemos recibido. Y en esas vidas hubo amores y traiciones, hubo mentiras, suspense, odios y sorpresas. Hubo egoísmo y bondad. Todo eso está en esta novela, a la espera de que el lector lo descubra y lo disfrute.
- El final, del que no voy a hablar en absoluto, creo que tiene una "lección de vida" para el lector medianamente avezado. ¿Eres de los que piensan que siempre se aprende algo en los libros?
- Los libros son maravillosos porque, además de entretener, a veces nos ofrecen algo más. A veces ocultan en su interior esa pequeña chispa que te anima a reflexionar y a preguntarte cosas importantes y me gustaría pensar que esta novela esconde ese punto de profundidad que te pellizca el corazón, que no te deja indiferente. Porque para tocar el corazón del lector, no basta con contar algo. Es preciso tener algo que contar.
- Entiendo que ahora estás sin apenas tiempo para nada, pero dime, ¿te ronda ya alguna historia la cabeza?
- Muchísimas historias. Mi mayor problema ahora consiste en hacer la mejor elección, y en ello espero emplear mi tiempo los próximos meses.
- Por último, como no podía ser de otro modo, me gustaría saber qué estas leyendo en este momento

- En estos momentos estoy terminando Hombres fuera de serie de Brett Martin, un ensayo sobre las series de televisión norteamericanas más apasionantes.
- Muchas gracias por tu amabilidad, aprovecho además para recomendar a quien tenga la ocasión de acudir a la presentación de El último paraíso que no se lo piense.
- Gracias a ti por brindarme la oportunidad de responder a tus preguntas y por tu asistencia a la presentación de Santander. Entonces y ahora, ha sido un auténtico placer.
     Bibliografía:
    - El último paraíso
     - El lector de cadáveres
     - La escriba

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