Revista Economía
Entrevista a Carlos Losada, director general de Esade
Publicado el 25 junio 2010 por Quim @Quim_Marques“Las escuelas de negocio hemos de reflexionar sobre lo que hemos hecho mal”
Este catalán nacido en Logroño ha sido durante una década el máximo responsable de la institución académica. Ahora ha decidido pasar el testigo a una nueva responsable, Eugenia Bieto Caubet, que tomará las riendas después del verano.
LLegó a la dirección de Esade con el nuevo siglo y la abandona una década después.¿Qué ha cambiado desde que usted llegó?
En diez años he tenido la suerte de ser testigo de un cambio radical en la sociedad. A finales de los 90 se produjo la segunda gran revolución tecnológica de internet que comportó un cambio importante desde la perspectiva económica porque aceleró los procesos de internacionalización y confirmado el actual escenario de globalización. Tan solo hace diez años el mundo era unipolar. Actualmente tenemos una situación muy diferente, con un mundo multipolar, con carencias de gobernanza importantes, que en Esade hemos querido poner de manifiesto. Creemos que la multipolaridad es buena si se tienen sistemas de gobernanza fuertes.
¿Pero cómo la encontró y cómo la cede?
Lo primero que he de decir es que cuando llegué vi muchas posibilidades. Ha sido un reto precioso y un regalo profesional poder estar al frente de esta institución.
Cuando llegué estaba cambiando el mundo y en Esade tomamos una serie de decisiones estratégicas con altos niveles de riesgo pero que nos ha salido bien. Contra la tendencia dominante a la diversificación que existía en la época decidimos especializarnos y focalizarnos. Diversificamos en el ámbito geográfico, eso sí. Pero nos centramos en la comunidad empresarial y el management. En el ámbito de la formación jurídica decidimos dirigirla hacia el derecho empresarial por la vía de los postgrados. Incluso la escuela de idiomas, el 5% de nuestra actividad, se ha especializado en formar a directivos de empresas y profesionales en procesos de internacionalización.
En suma, alinear nuestra estrategia en acompañar a la comunidad empresarial en sus retos. Ello ha supuesto para nosotros cambios internos muy profundos. Por ejemplo, no podíamos hacer creíble ese acompañamiento si nosotros mismos no nos internacionalizábamos. Cambios en el portfolio de programas, en el idioma principal de la entidad que es el inglés, en la composición del claustro, en el personal de administración y servicios, etc.
Nuestro MBA full time está compuesto por un 80% de extranjeros de 40 nacionalidades. Hemos internacionalizado la docencia y la investigación que se ha orientados a Journals internacionales de prestigio.
En innovación hemos hecho un esfuerzo muy grande en acompañar a las empresas en ese campo. Creapolis es un ejemplo de ello.
La RSE se ha convertido en un eje central de toda la actividad. Tenemos uno de los equipos más reconocidos a nivel mundial en ese campo.
La escuela se ha adaptado bien a esos retos y ahora le quedan otros para el futuro.
¿Nos puede aportar algunas datos concretos de esa evolución?
En diez años han pasado 70.000 participantes en diferentes programas.
En facturación hemos crecido 2,5 veces pasando de 28 millones de euros a 75 millones. En centros también hemos crecido, creando el campus de Sant Cugat en Barcelona, dos edificios en Madrid y otro en Buenos Aires.
En producción académica multiplicamos por cuatro. La presencia en medios es espectacular. En rankings internacionales también se ha mejorado mucho. En todos los de referencia estamos entre los diez primeros en Europa y los 25 del mundo.
¿Y hacia dónde vamos?
A más multipolaridad. Un trabajo del Banco Mundial de hace tres años que genera seis diversos escenarios de lo que será el mundo a futuro y hay una variable clave: ¿qué rol jugarán las potencias emergentes? Todo el mundo acepta que a nivel militar solamente hay una potencia, Estados Unidos, a largo plazo. En términos económicos van a existir varias, multipolar, mientras que a nivel cultural vamos a tener una proliferación brutal. Seremos mucho más heterogéneos de lo que nos pensamos.
La sociedad tiene un mandato. Ha de crear los mecanismos de gobernanza citados, tanto en el ámbito político pero sobre todo en el económico y fundamentalmente en el financiero. Tenemos que dotarnos de instrumentos de gobernabilidad para afrontar problemas globales y que solo desde la globalidad se pueden afrontar como los medioambientales, la seguridad energética, etc. Ahí hay un escenario deseable que haya mucho más gobierno en torno a esos temas.
A nivel militar y de seguridad, un mundo unipolar controlado por Estados Unidos, en el plano económico, multipolar y en el cultural se va a producir una eclosión ya que los medios tecnológicos permiten que sobrevivan comunidades culturales pequeñas pero con vitalidad.
¿Cree que podemos tener un crash en un futuro cercano?
Hemos corrido riesgos y los estamos corriendo aún hoy pero no creo que se vaya a producir ese escenario. Los datos objetivos nos indican que la economía mundial está creciendo al 4% con un gran reparto de riqueza a nivel mundial. Con la globalización han salido de la pobreza cientos de millones de personas.
Pero a la vez también ha crecido la pobreza en las sociedades desarrolladas.
Es verdad, la pobreza en esas sociedades se acumula en un 10% de la población que debía ser el objeto directo de la atención pública y no como ahora que lo somos todos. Hasta yo mismo cuando no lo debería ser. El 90% de nuestra sociedad no es pobre. Y hemos parado el ritmo de crecimiento pero las rentas per cápita de esos países son muy altas. En España se sitúa entre 25.000 y 30.000 euros por persona/año.
¿En qué medida cree que las escuelas de negocios tienen parte de culpa en la generación de la crisis?
La responsabilidad está muy compartida. La culpa la tiene quién vende la hipoteca subprime como quién la compra porque ambos saben que difícilmente se va a poder pagar. Tienen culpa los definidores de la regulación financiera que lo permitió. El órgano regulador que posibilitó la situación con tipos de interés bajísimos. Los sistemas de supervisión bancaria, la ausencia de regulación, especialmente quienes crearon los CD’S y los desarrollaron y así indirectamente muchas partes de la población mundial que exigimos a nuestros ahorros una mínima rentabilidad… Todos tenemos la culpa. Las escuelas de negocios también. Nosotros hemos de reflexionar sobre lo que hemos hecho mal y, concretamente, hasta qué punto nos hemos limitado a reproducir una cultura dominante sin plantear alternativas. El mundo académico no puede estar en una zona de confort, siempre tiene que ser un ámbito crítico.
¿Y ahora qué?
Quiere tomarse un año sabático, después de tres décadas en posiciones directivas. Mis planes inmediatos pasan por cuatro meses de actualización en España, después Canadá, Estados Unidos, India en períodos cortos para después dedicarme a la vida académica.
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