Revista Cultura y Ocio

Entrevista a César Pérez Gellida

Publicado el 20 marzo 2015 por Jack Moreno @jackmoreno

Suma de Letras acaba de publicar Khimera, la nueva novela de ciencia ficción del escritor vallisoletano afincado en Madrid César Pérez Gellida. Tuve ocasión entrevistar a César en las oficinas de Penguin Random House de Madrid con motivo de la promoción del libro.

Aquí os dejo lo que dio de sí nuestro encuentro.
Mi agradecimiento a César, Pepa Benavent, Patricia San José y a la editorial Suma de Letras.

César Pérez Gellida
César, acabas de publicar y de triunfar con una trilogía que se encuadra dentro de la novela negra. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Para un autor novel que empieza en el mundo de la literatura, y que ya desde mi primera novela, Memento Mori, empiezas a recibir muchas reseñas positivas, tanto desde la crítica especializada como desde la opinión del lector, puede considerarse como un buenísimo comienzo. Al final, en muy pocos meses, la trilogía se ha convertido en un éxito literario y editorial, con gran venta de ejemplares. También aúna una calidad literaria que la crítica ha afirmado poseer. A partir de ahí, como escritor me planteo varias ideas, entre ellas la que ha desembocado en Khimera, que para mí está todavía por etiquetar.

César, me atrevo a decir que todavía no eres un escritor especialmente conocido dentro del mundillo de la ciencia ficción. ¿Cómo te presentarías al fandom nacional?

Difícilmente me sabría presentar porque no sé los gustos que tiene el público de la ciencia ficción en este país. No sé tampoco las etiquetas que se trabajan, ni sabría hacer comparaciones entre autores. Lo que sí les diría es que Khimera es un thriller distópico. Narra un futuro que es cercano, tangible y que es una prolongación de nuestro presente. Me he documentado muchísimo en todos los aspectos, desde la tecnología, la ciencia, la medicina, la evolución de la sociedad, la economía… y a partir de ahí lo que he ido haciendo es una proyección particular de cómo esto va a afectarnos en un futuro que está a la vuelta de la esquina. El 2037 está ahí mismo; el 2054, un poquito más allá. A los lectores de ciencia ficción les diría que prueben con Khimera.

Khimera
Descríbenos, en pocas palabras, de qué trata Khimera, por favor.

La novela es un thriller en el que se trata de averiguar qué hay de verdad en torno a la figura de un personaje que es el bogatyr y que ha tenido mucho que ver en lo que ha sucedido durante los años 2037-2041, que es cuando se desarrolla la Guerra de Devastación Global, y que ha desembocado en ese futuro distópico que yo he pintado en el 2054. En torno a esta figura del bogatyr, del que todo el mundo habla pero nadie conoce, hay distintos motivos por los que distintos grupos de personas quieren llegar a él. Está el motivo de la venganza, el científico, el de la información periodística, y otros motivos más que hacen que confluyan cinco viajes desde distintos puntos del planeta en un mundo que ha cambiado para conocer la verdad que supuestamente está en manos de este bogatyr.

¿Dirías que Khimera tiene una correspondencia real con lo que está ocurriendo hoy en el mundo? ¿Crees que nos encaminamos a la misma situación? ¿Estamos ya en ella?

Yo creo que estamos muy cerca de vernos envueltos en lo que propongo en la novela. De hecho, diría que incluso hay poco mérito en lo que he desarrollado en mi cabeza porque esto es lo que se predice que puede pasar en los distintos campos que he barajado. Ahora bien, si hablamos desde el punto de vista geoestratégico y la confrontación bélica, diría que lo que he hecho es reflejar la realidad de hoy. Por una parte está la Alianza Islámica, como la he denominado, que es la unión de los países de religión islámica, y que ahora mismo cuenta con un pequeño reducto de chiies, que son el 15%, y el resto son sunies. Esto tiene un final muy claro: los sunies se terminaran imponiendo. Veo también un Bloque Asiático, que ya existe hoy, dado que Rusia y China son dos países que tiene una alianza desde el año 2001, y al que se han sumado Corea del Norte, cinco años después, y las ex repúblicas soviéticas. Por último estaría lo que desde nuestra óptica occidental conocemos como el mundo libre (en oposición a lo que llamamos países autocráticos donde los ciudadanos no son libres). Pero, claro, ¿quién es más libre? Esa es otra cuestión.

Khimera tiene tintes orwellianos, ¿crees que la tecnología nos ha dado más libertad o bien nos ha recortado la privacidad y nos ha hecho más pasivos, más dependientes y más innecesarios?

En Khimera hablo mucho de un término que me he inventado (por lo menos no está en el diccionario de la RAE) que es la palabra tecnofagia. La tecnofagia entendida como la tendencia del ser humano a convertirse en el alimento de los dispositivos, del avance, de la tecnología. Creo que no somos capaces de digerir los avances, la rapidez con la que se están produciendo los cambios tecnológicos. Está claro que, en los años venideros, las nuevas tecnologías y la aparición del grafeno y otros materiales van a hacer que todo esto se acelere muchísimo más, que los dispositivos tengan muchísima más capacidad y que se integren más en nosotros. Por ejemplo, cuando ya no sean necesarios los cables para recargar un teléfono móvil, este aparato va a poder integrase dentro de ti para siempre; va a formar parte de ti. Porque, en estos tiempos que corren, una de las peores cosas que te puede pasar es dejarte el móvil olvidado en casa. Al menos, así lo pienso yo. Y eso que hasta hace bien poco no teníamos móviles. Y vivíamos perfectamente sin ellos. Ahora somos muy dependientes y estamos hiperconectados.

Khimera es tu primera incursión en la ciencia ficción. ¿Sueles leer este género habitualmente?

No es un género que lea mucho. Quizá lo consumo más en televisión y en cine. Ha sido al terminar de escribir Khimera cuando he empezado a descubrir alguna de las distopías clásicas de la ciencia ficción. De hecho, cuando escribo no suelo leer otras novelas que traten sobre el mismo tema. Con esto busco no tanto evitar una intoxicación sino obligarme a innovar, por decirlo de alguna forma. Ahora que he leído 1984 entiendo que en su momento fueron grandes obras, pero ahora, para mi gusto y con el tipo de consumo que tenemos hoy en día, se me quedan cortas; es como leer una novela de Julio Verne (a pesar de que reconozco que es el padre de la novela de aventuras y de su gran talento). Con todo respeto, a mí estos autores me resultan lentos.

Todo autor ha sido antes un voraz lector. ¿Cuáles son tus influencias literarias? ¿Dirías que algún determinado autor ha dejado huella profunda en tu estilo o en tus temas?

Soy más de novelas que de autores, pero para responder a tu pregunta diría que sí hay algunos autores que me han marcado, como Lorenzo Silva en novela negra o Juan Gómez Jurado en thriller, que son dos ejemplos de literatura de altísima calidad, de muchísimos quilates, y además hecha en nuestro país. Carlos Ruiz Zafón me parece un fenómeno en el manejo de la palabra y Pérez Reverte fue el germen de todo, porque me enganchó con el capitán Alatriste y me convirtió. No soy un devorador de libros, pero sí tengo la lectura como uno de mis entretenimientos principales.

¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Qué proyectos tienes? ¿Vas a seguir dentro de la ciencia ficción?

Ahora mismo tengo escrita otra novela negra, que ya está entregada a la editorial y que escribí después de Khimera, titulada Sarna con Gusto, y que se publicará a finales de este año o principios del próximo. Es una novela muy muy negra. Y el siguiente proyecto en el que estoy metido podría tener que ver con el género, pero no puedo darte ningún detalle todavía.

¿Cómo ves el panorama literario actual?

Las editoriales están en un proceso de cambio y de adaptación a una facturación muchísimo menor, a ventas más bajas, a menos recursos, a una coyuntura económica poco favorable… Pero observo que cada día los autores españoles tienen más presencia en el lineal y eso me alegra. Además veo a gente conocida, con la que he desembarcado casi al mismo tiempo, como Dolores Redondo, que nos ha dado una lección a todos respecto a lo que se puede vender en este país en novela negra, y eso siendo una escritora novel. Hay muchos otros ejemplos que invitan a ser optimistas, pero no es fácil vivir de esto como dedicación profesional, no es nada sencillo: se vende poco, se descarga mucho de forma ilegal, las editoriales pagan tarde… Esto es así.

¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con Suma de Letras?

Todo positivo. Desde la aparición de Memento Mori había una apuesta clara por mí como autor, y no nos hemos decepcionado el uno al otro. Hemos estado siempre a la altura. Dentro de los recursos con los que cuenta Suma de Letras, creo que han sido muy coherentes respecto a la apuesta en el número de ejemplares, inversión en marketing, etc. Así que solo tengo alabanzas para ellos.

¿Puedes decirme cuántos ejemplares de Khimera se han tirado?

Hemos salido en una primera edición con 12000 ejemplares. Y a los pocos días se ha preparado una segunda edición.

¿Por qué escribes?

Soy profesional a jornada completa. Incluso más de la jornada normal, porque escribo entre diez y doce horas diarias, a lo que hay que sumar el proceso de documentación, lecturas y entrevistas con expertos. Escribo, principalmente, porque me lo paso de puta madre. No concibo el sufrimiento que dicen tener otros escritores a la hora de crear. Son muchas horas dándole a la tecla, pero me lo paso muy bien.

Por cierto, ¿qué es la Cantina del Calvo?

Es una sección que tengo en el periódico El Norte de Castilla. Una columna en la que hablo sobre lo que quiero. Es mi cantina y en ella escribo sobre actualidad, cine, literatura, música… Es una columna de opinión que se publica los lunes, en digital y en papel.

¿Tienes algo más que decir a mis lectores?

Que prueben y que indaguen en este autor. Hay ya algunas etiquetas que hablan del “estilo Gellida” en cuanto a que mi forma de escritura es muy audiovisual, muy adictiva, que trata de enganchar un capítulo con otro. Para mí la escritura es más un entretenimiento, aunque en Khimera hay un toque de atención, una alarma encendida. Pero, al robarle el tiempo a una persona que me está leyendo, por lo menos el entretenimiento debe estar asegurado. Y si además le saca algo de partido, mejor. Pero entiendo que tus lectores van a ser capaces de enganchar con la trama. Además hay muchos conceptos y escenas que conectan directamente con la ciencia ficción.

Eres Guillermo de Baskerville. El malvado Jorge de Burgos ha prendido fuego a la biblioteca y tienes que escapar rápido. ¿Qué libros salvarías y cuáles dejarías que se quemaran?

Dejaría que se quemaran todos los libros religiosos. De todas las religiones. ¿Que cuáles salvaría? Pues, salvaría El Quijote. Pero los míos no; que sean pasto de las llamas. Salvaría también la Crítica de la Razón Pura y Así habló Zaratrusta.


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