Trabajador incansable, honesto y confiable por parte de sus compañeros y pacientes. Así es Enric y así nos da a conocer su quehacer diario:
H.P.: ¿Cómo y por qué decidiste dedicarte a la Reproducción Asistida?
E.C.: La verdad es que fue un momento en el que acababa de terminar el ciclo formativo de Técnico de Laboratorio en Diagnóstico Clínico y la única experiencia que tenía era a nivel ambulatorio (pasar tubos de sangre, cultivos de orina, etc.). Me surgió esta oferta de trabajo, que nunca antes había contemplado, de un campo de la medicina totalmente desconocido para mí. Entonces empecé a trabajar aquí y me di cuenta de que era un mundo muy distinto a todo lo que había visto anteriormente y me pareció tan interesante y enriquecedor que sigo en el CIRH desde hace seis años y espero continuar trabajando en esta especialidad durante mucho tiempo más.
H.P.: ¿En qué consiste el trabajo diario de un técnico del laboratorio de Andrología? ¿Cuáles son vuestras funciones? ¿Qué diferencias hay entre un biólogo y un técnico?
E.C.: Principalmente, lo que hacemos nada más llegar al laboratorio por la mañana, es poner en marcha todo el laboratorio y preparar los medios de cultivo con los que trabajaremos durante el día. Revisamos la agenda y luego van llegando las muestras de semen programadas. A primera hora, suelen llegar muestras para inseminaciones y tenemos que capacitarlas (prepararlas, seleccionando los espermatozoides más adecuados y eliminando las células estáticas que pueden interferir negativamente en la fecundación). Hacemos lo mismo con las muestras para punciones de FIV. Luego pueden llegar congelaciones de muestras para ciclos de FIV. Algunas muestras son especialmente delicadas, como las previas a tratamiento de quimioterapia o las de pacientes con lesión medular. En éste último caso, tenemos que estar atentos a la recepción de muestras que proceden de centros especializados como Guttmann, en donde se recupera la muestra mediante electroeyaculación o vibroestimulacion. Todo esto está programado en la agenda. Así podemos tener una previsión del día. También realizamos pruebas diagnósticas: Seminogramas, seminogramas avanzados, seminogramas post-vasectomía, etc. Otra de nuestras funciones es entrar a quirófano para ayudar al andrólogo a realizar las biopsias testiculares de pacientes que van a realizar un tratamiento y no disponen de suficientes espermatozoides en una muestra de esperma y al salir de quirófano analizamos el tejido extraído y recuperamos los espermatozoides. También nos encargamos del mantenimiento del Banco de Semen de pacientes y donantes, preservando las muestras en bombonas de nitrógeno líquido, las cuales tenemos que ir revisando y rellenando regularmente. Mientras van llegando muestras, hay momentos en los que pasamos informes a bases de datos, hacemos control de material (dispensación de medios, etc.), preparamos la agenda del día siguiente, realizamos las llamadas necesarias a los pacientes y contestamos sus correos electrónicos. También registramos datos de pacientes para recoger fenotipos (características físicas) y les hacemos una foto cuando tienen que realizar tratamientos con donante de semen. Buscamos donantes de esperma y los entrevistamos. Otra función que tenemos es la de revisar las analíticas de sangre. Y en los últimos años, que hemos puesto en marcha las vacunas linfocitarias, nuestro papel también es el de tratar la preparación de dichas vacunas. Todo esto es nuestro día a día.
En cuanto a las diferencias entre el biólogo y el técnico, el biólogo es el encargado de elegir los protocolos a seguir, las técnicas que aplicamos y suele llevar los temas de investigación y los burocráticos. Aunque los técnicos siempre tenemos voz a la hora de elegir la técnica más adecuada, la decisión final corresponde a los biólogos. Y los técnicos podríamos decir que somos más los encargados de llevar a cabo las técnicas. De todas formas, en puntas de trabajo, los dos podemos realizar prácticamente las mismas tareas.
H.P.: En ocasiones obtener una muestra de semen en el entorno de una clínica de Reproducción Asistida puede resultar complicado para algunos pacientes. ¿Cómo intentáis aligerar la presión que pueden sentir? ¿Cómo se intenta facilitar ese momento tan íntimo que requiere cierta tranquilidad?
E.C.: Yo tengo una pequeña ventaja en este tema y es que soy hombre. Me he dado cuenta de que para los pacientes suele ser más incómodo tratar con una mujer. Siento que les genero más confianza que mis compañeras. Pero entre todos intentamos quitarles presión, tratarlos con naturalidad, hacerles ver que muchos hombres se encuentran en la misma situación. Es fundamental que nos mostremos comprensivos. Por otro lado, además de tener esta actitud, les damos todo tipo de facilidades para poder recoger la muestra. Disponemos de una sala privada con material erótico e intentamos no presionarles dándoles el tiempo que necesiten. La sala está muy bien acondicionada, nadie les interrumpe, no hay ruido y cuando ya disponen de la muestra son ellos mismos los que nos avisan accionando un botón y entonces vamos a recogerla con la máxima discreción. En algunos casos, si el paciente no vive lejos y tiene dificultades para relajarse, le ofrecemos la opción de recoger la muestra en casa, siempre y cuando no transcurran más de 45 minutos desde la recogida hasta que nos la hace llegar al laboratorio. Si el paciente se encuentra muy bloqueado y se trata de un seminograma o congelación de muestra previa al tratamiento, incluso se le puede proponer hacerlo otro día que se encuentre menos nervioso. Pero a veces hay casos más urgentes que suponen más presión para el paciente, como por ejemplo inseminaciones o capacitaciones para FIV, en los que hay que recoger muestra necesariamente ese día y entonces, si vemos que le puede ayudar, incluso alteramos toda nuestra agenda del laboratorio para poder recoger la muestra en otro momento del día o tenemos el recurso de darles Citrato de Sildenafilo (Viagra).
H.P.: A veces los pacientes, ya sea bromeando o con cierta angustia, nos preguntan sobre la identificación de muestras seminales. A nivel social, existe mucho mito al respecto, incluso el cine ha llegado a tratar el tema de la equivocación de muestras, pero los profesionales sabemos que disponemos de sistemas de seguridad completamente fiables. ¿Puedes explicarnos como garantizáis que no haya errores en este sentido?
E.C.: Ante todo, debo decir que todos estamos muy concienciados de lo importante que es que estemos concentrados cada vez que recogemos y procesamos una muestra de esperma. Aunque continuamente estamos en contacto con muestras de semen, nunca olvidamos que detrás de cada una de esas muestras está el proyecto de vida de cada uno de nuestros pacientes. Como técnico, soy muy consciente de que tengo en mis manos la ilusión de los pacientes y trato cada una de las muestras como un tesoro. Durante muchos años, estuvimos evitando el cruce de muestras mediante lo que nosotros llamamos “sistema de doble comprobación”, que consistía en que cada vez que uno de nosotros ejecutaba una técnica en una muestra debía avisar a otro compañero para que comprobase la identidad de dicha muestra antes de llevar a cabo el siguiente paso. Es decir, existía una doble comprobación de las etiquetas identificativas en cada paso de cada técnica aplicada (al pasar del recipiente de recogida del paciente a los tubos de ensayo, de los tubos a pajuelas, etc). Pero como los fallos humanos pueden existir, actualmente tanto los pacientes como nosotros podemos estar mucho más seguros (de hecho, completamente seguros) de que no haya errores porque en la actualidad en nuestra clínica, además de seguir realizando la doble comprobación de la que te hablaba, disponemos de un sistema sistema electrónico de doble seguridad IVF Witness que elimina cualquier posibilidad de confusión en la identificación de las muestras biológicas en cada una de las etapas del proceso. En el laboratorio, receptores wireless comprueban automáticamente la identidad de las muestras (todas ellas etiquetadas con un microchip único asignado a cada paciente) y, en el improbable caso de que detectasen la menor anomalía en el protocolo de reconocimiento de las muestras, se detendría el proceso en marcha. Y como te decía, a esta barrera de seguridad electrónica, se añade el control humano de los biólogos y técnicos de laboratorio, que seguimos supervisando y revisando todo el proceso.
H.P.: ¿Cómo crees que afecta la Infertilidad a nuestros pacientes a nivel emocional? ¿Qué observaciones tienes de ellos?
E.C.: Yo, como técnico de laboratorio, realmente no acostumbro a tener tanto contacto directo con los pacientes como en otros departamentos, aunque en muchas ocasiones debo atender llamadas o consultas en el propio centro que me permiten observar un poco como viven los pacientes su paso por el mundo de la Reproducción Asistida. La sensación que tengo es que durante los tratamientos se acentúan mucho todos los sentimientos. Igual que en la vida, hay personas de todo tipo. Las hay que viven todo el proceso con mucha tranquilidad, asumiendo todas las posibilidades que se les da y siendo conscientes de que los tratamientos no siempre tienen el resultado esperado. Y también existe el lado opuesto, pacientes que afrontan la infertilidad con una gran presión y ansiedad, comprensible en la mayoría de casos, pero que pueden acabar desembocando en inseguridad y desconfianza hacia los profesionales, sus propias parejas o incluso hacia ellos mismos. Por ello opino que tu figura en este entorno en particular juega un papel vital para el desarrollo personal y emocional de los pacientes.
H.P.: Los pacientes siempre nos preguntan sobre los Donantes de Semen. Aunque es imposible dar un perfil de ellos, ¿Cómo suelen presentarse en el laboratorio?, ¿cuál es su principal motivación para donar?, ¿qué inquietudes te transmiten?
La mayoría de donantes suelen llamar por teléfono porque han visto un anuncio en internet o en las universidades, aunque muchos también nos llaman de parte de amigos o conocidos que ya son donantes del centro. En esa primera toma de contacto, ya explicamos algunas condiciones que deben cumplir como donantes. Si todo es correcto y cumplen las condiciones, les citamos para una entrevista en el centro con el responsable del laboratorio. En la entrevista, se les explica en que consiste un ciclo de donación, se les pasa un test sobre antecedentes personales y familiares, se les realizan las correspondientes pruebas médicas (seminograma, exploración genital, análisis de sangre incluyendo Cariotipo, etc.) y la entrevista y test psicológico. Una vez superado el proceso de selección, si se consideran aptos para la donación, vienen regularmente al centro a dejar un número determinado de muestras. En contra de lo que mucha gente cree, los donantes son chicos jóvenes normales y corrientes que probablemente nos cruzamos por la calle, que vienen con vocación de ayuda, aunque se les compense económicamente. En cuanto a sus inquietudes, se preocupan mucho por su fertilidad. Tenemos casos de donantes que hemos rechazado por mala calidad seminal y cuando se lo decimos, se angustian muchísimo. Entonces, intentamos calmarles explicándoles que los valores que pedimos para ser donante están muy por encima de los valores que se consideran normales para el resto de la población y que no significa que sean infértiles. Otra preocupación es el tema del anonimato, que todos desean preservar. Y cuando las muestras son destinadas a la investigación, también suelen mostrar mucho interés por dichas investigaciones. Sienten gran curiosidad, les gusta participar y se sienten útiles de poder ayudar.
H.P.: ¿Qué te gusta más de tu trabajo y por qué?
E.C.: Lo que más me gusta es ver reflejado el resultado de nuestro trabajo en embarazos y familias con bebes. Hay trabajos que, aunque sean muy productivos, no te permiten ver el resultado reflejado de la forma en que lo ves aquí. Cuando ves que ayudas a cumplir el sueño de tantas personas, el esfuerzo diario merece la pena. Por otra parte, a nivel técnico de trabajo de laboratorio, considero que éste es un campo muy interesante en el que día a día se descubren nuevas técnicas y tratamientos y eso es emocionante.
H.P.: Explícanos la anécdota más curiosa que te haya sucedido trabajando…
E.C.: Anécdotas hay muchísimas. Una muy divertida sucedió un día mientras un paciente se encontraba en la sala de recogida de muestras. Era primera hora de la mañana y había mucho silencio, el señor puso la película erótica a todo volumen, tan alto que se escuchaban los gemidos de los actores hasta en la sala de espera. Fue muy divertido. Tanto los pacientes como los profesionales nos reímos mucho.
H.P.: ¿Cómo te imaginas el futuro de la Reproducción Asistida?
E.C.: Hoy en día, el tipo de estructura familiar es totalmente distinto al de hace veinte años y es de suponer que en un futuro próximo será aún más pronunciado este cambio social. Por esta razón, en los últimos años, han aumentado muchísimo los casos de parejas homosexuales y mujeres solteras que han recurrido a nuestras clínicas y pienso que este tipo de tratamientos seguirán aumentando. Asimismo, puestos a imaginar, me imagino un futuro con la Reproducción Asistida derribando barreras sociales, políticas y en algunos casos éticas. Con todas las investigaciones que se están llevando a cabo, pienso que el papel reparador que tienen hoy día las clínicas de reproducción se verá solapado por un interés social por los tratamientos con posibles elecciones genéticas determinadas, como por ejemplo la elección del sexo (que ya se realiza en algunos países) color de ojos, etc. De este modo, ya no sólo recurrirán a la reproducción asistida aquellas personas que tengan problemas de infertilidad.