Revista Cultura y Ocio

Entrevista a Gonzalo Garrido

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Entrevista a Gonzalo Garrido     Gonzalo Garrido nace en Bilbao, ciudad en la que desarrolla su trabajo de consultor de comunicación que lleva ya unos años compaginando con la literatura. Conocido en las redes tanto por su espacio, Literatura basura, como por promover el Encuentro Blogs Literarios, acaba de anunciar la segunda edición de su novela El patio inglés, una apuesta valiente que se aleja de la novela con la que lo conocimos, Las flores de Baudelaire, y que no puedo dejar de recomendaros.
     - Tras el éxito de tu primera novela, Las flores de Baudelaire, ¿no hubiera sido más fácil mantenerte en el género negro, tan de moda en este momento?
     - Sin duda, pero siempre he creído que los autores debemos de escribir sobre aquello que nos apasione y, en este caso, tenía un tema universal que me interesaba mucho como son las relaciones familiares y, en concreto, las relaciones entre padres e hijos, todo ello en una época muy dura como fueron los años ochenta. Además, soy de los que cree que hay que arriesgar ligeramente, que los escritores debemos crecer, que no podemos ser conformistas por comodidad o por cuestiones puramente comerciales. La honestidad con el lector también es importante.
     - ¿Por qué partir de un suicidio (o intento) tan expuesto; al lector, a los padres que fueron testigos...?
     - Me interesaba contar la historia de una familia normal, aunque de una manera diferente. Para ello, quise tensionar desde un principio las relaciones al máximo y pocos hechos pueden revolucionar más un entorno familiar como el suicidio. En especial, si es de una persona que tiene toda la vida por delante. Pero, además, quería dar voz a tantas personas que han sufrido esta situación, directa o indirectamente, y se encuentran solas porque la sociedad los mira con recelo. Hoy en día es tabú, cosa que no ocurre en otras sociedades europeas.
     - Un salto al vacío es prácticamente insalvable, y digo prácticamente porque no conocemos el desenlace, ¿es así como ves tu las relaciones entre padres e hijos?
     - No, claro. Soy más optimista. Pero las relaciones familiares pueden conllevar lo mejor y también lo peor. E incluso en una misma familia se pueden dar ambos extremos. En el seno de cualquier familia se producen muchos hechos que condicionan la evolución de los hijos, incluso con la mejor intención del mundo. Pero también condiciona la evolución de los padres, tan poco entendida en muchos casos. La vida de un hijo no es fácil, pero la del padre tampoco. Y esas dos fuerzas no siempre alineadas pueden chocar.
     - En tu libro, el paso a la edad adulta se ve en una brecha generacional que produce un distanciamiento entre padres e hijos, ¿es así como lo ves tú? ¿estamos condenados como padres a sufrir el distanciamiento que hicimos padecer a nuestros progenitores?
     - Creo que sí, aunque con muchos matices. El distanciamiento existe porque los puntos de partida son diferentes y el encuentro entre dos generaciones nunca es fácil. Por ello pienso que lo mejor del libro es que nos permite conocer las realidades del padre y del hijo y ponernos en el lugar del otro. Y ser compasivos con ambos, ya que cada uno hace lo que puede.
     - Una de las cosas que me llamó la atención de esta novela fueron las formas. Vas desde el tono apático propio de un adolescente insatisfecho, hasta los saltos por asociaciones que se producen en la mente del padre mientras espera. ¿Fue difícil alcanzar esos tonos?¿Cuánto se tarda en escribir un libro así?
     - La forma ha jugado un papel fundamental en toda la narración. La propia estructura de libro con dos voces que alternan provoca un diálogo inacabado. En cada capítulo se cambia la perspectiva, intercalando la visión de Pablo con la de su padre como si de una conversación se tratase. Uno habla desde el presente. El otro desde el pasado. Cada uno con su tono, con su forma de escribir y de pensar, con su circunstancia. Eso me ha costado mucho, sí.
No sabría decirte exactamente porque nunca escribo de un tirón. Soy bastante lento y, en este caso, a pesar de ser una novela corta había mucha carga emocional.
     - Al leer El patio inglés uno tiene la sensación de participar en un experimento de introspección en el que el lector, invariablemente, reconoce alguna escena. Me gustaría saber si es algo pretencido y qué sensaciones esperas despertar durante la lectura.
     - La novela es un viaje al interior de esa familia y de esos personajes. Quería mostrar dos realidades confrontadas muy diferentes. Vemos la vida de Pablo con toda su fuerza e ingenuidad, y la del padre con toda su madurez y desencanto. Los protagonistas nos desvelan no solo los hechos que suceden a lo largo de la historia, sino también los sentimientos y emociones que éstos les provocan. Ambos personajes nos son muy cercanos como lectores porque todos hemos sido hijos y muchos somos padres. Ahí nos vemos reflejados con nuestras propias historias familiares. Cada uno sentirá cosas distintas. Desde luego, no dejará indiferente a nadie.
     - Y tu libro no ofrece consuelo, otra de las cosas que me ha llamado la atención. No hay un solo momento en que tiendas la mano al lector y le ofrezcas, no ya un final feliz, sino un camino fácil. ¿Por qué? ¿No hubiera sido más fácil poner un par de almohadones al final de la historia?
     - La vida es muy injusta con algunas personas y no seré yo como autor quien la dulcifique para que las conciencias de mis lectores se queden tranquilas. Dejo libertad para que cada uno elija el final de la historia, dependiendo de su propia situación, de su experiencia, de su sensibilidad, etc...
     - Comentabas el otro día, Gonzalo, en una presentación, que escribes por obsesión. Me gustaría que desarrollaras eso un poco ya que me pareció una afirmación sumamente interesante.
     - Para mi escribir es una necesidad. En mi cabeza bullen una serie de temas que siempre están ahí y que buscan salir al exterior. Y no puedo obviarlos. En mi caso lo hago a través de la escritura y necesito buscar el formato adecuado para cada uno de ellos.
     - Ambas novelas, pese a ser totalmente diferentes, comparten un estilo austero y directo capaz de llegar al lector en apenas un puñado de palabras. A partir de ahí, poco o nada tienen que ver, por eso la pregunta se impone, ¿qué podemos esperar de Gonzalo Garrido en sus siguientes obras?
     - Intentaré seguir mis propios instintos, sacar lo mejor de mi mismo como narrador, tocar más registros, comprometerme contra la injusticia... Ya veremos.
     - Por último, y por satisfacer mi curiosidad que me ha hecho llevarme grandes sorpresas, me gustaría saber qué estás leyendo.
     - Siempre tengo varios libros abiertos, mezclando historia, ensayo y ficción. En ficción he acabado Dora Bruder, de Patrick Modiano, un escritor con el que disfruto mucho desde que lo descubrí hace varios años.

     Tengo que dar las gracias a Gonzalo tanto por su amabilidad como por su cercanía y, sobre todo, por una presentación sumamente interesante de su novela a la que asistí hace unos días.
     Y, por supuesto, gracias a todos los que pasáis por aquí.
     Bibliografía:
     - Las flores de Baudelaire
     - El patio inglés

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