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Entrevista a Horacio Alcalá: «En «Fragmentos» no hay personajes buenos ni malos, solo personas que son víctimas de su pasado»

Publicado el 12 diciembre 2025 por Cineenserio @cineenserio

En plena gira promocional de Fragmentos, nos hemos encontrado con el director de origen mexicano Horacio Alcalá para conversar sobre el amor, el desamor y las grietas de las relaciones de pareja que atraviesan su película. A pocas horas de su estreno en cines de toda España, este 12 de diciembre, el cineasta desmenuza cómo Lanzarote se convierte en un personaje más y de qué manera los silencios, los reproches y la incomodidad cotidiana van configurando el paisaje emocional de sus protagonistas.

Fragmentos parte de una idea de Frank Ariza, sobre la que tú empiezas a trabajar. Eres un director de origen mexicano, residente en Madrid, que se va a rodar a Lanzarote. ¿Cómo surge todo este viaje?

Yo estaba visitando a unos amigos en México cuando me llegó el guion. Al leerlo, sentí que muchas de esas frases yo las había dicho o me las habían dicho, porque en estas situaciones no hay verdugos ni castigadores. Entonces empecé a imaginarme la historia en Lanzarote. Conozco muy bien la isla porque paso allí muchísimo tiempo, así que ya iba asignando qué escenas podían ir en qué localizaciones. Cuando se lo presenté a Frank y a Manu Vega, que además de actor es productor, les gustó la idea.

Emma Suárez y Manuel Vega

¿Entonces no estaba previsto en el guion que la historia transcurriera en Lanzarote?

Había una situación planteada, pero no una localización concreta. Al principio, en la primera reunión, se habló de hacerlo en la Sierra de Madrid o en algún lugar de bosque donde la pareja pudiera ir de vacaciones, un sitio para descansar, pero no había una decisión cerrada. Para mí, al final, la isla se convierte en un personaje. Sentía que los protagonistas, lo primero, tenían que estar caminando sobre la lava. Esa fue la razón principal para llevar la historia a Lanzarote. Lo segundo es que, estando en una isla, es muy difícil que los personajes huyan el uno del otro: al ser tan pequeña, están obligados a encontrarse sí o sí, y además hay muy pocos lugares donde puedan esconderse. Solo pueden refugiarse en la casa o en el bar; el resto del tiempo están a la intemperie.

Yo quería que los personajes estuvieran desprotegidos. Hay muchos planos en los que los ves arrinconados, en una esquina del encuadre, y el resto de la imagen es la isla, porque la isla tiene que estar presente como un personaje. Quería darle protagonismo a través de las imágenes. Hay momentos en los que sabemos que los personajes se despiertan, pero lo que vemos es la isla despertando, y se genera una especie de vibración durante toda la película que es, en realidad, la tierra vibrando.

Fragmentos (Horacio Alcalá, 2025)

Se habla de la película como un reflejo del amor contemporáneo. Yo diría que, en realidad, es un reflejo del amor en general.

Es que no creo que exista algo llamado “amor contemporáneo”; el amor es el mismo desde hace millones de años, desde que éramos monos hasta lo que lleguemos a ser. El amor no ha cambiado ni va a cambiar. Una cosa es que evolucionemos físicamente, pero emocionalmente eso no se transforma tanto. Podemos hablar del tipo de amor que viven estos personajes, muy concreto en la película, pero no podemos hablar de un amor universal. Para estos personajes, en ese lugar, el amor duele.

Además, en la película cada personaje tiene su propia idea de lo que debería ser el amor. Para Diego, el amor es que Alba le pertenezca; para Alba, el amor es que la dejen en paz; y para la otra pareja, el amor es estar cómodos. Hay un momento en el que Diego dice: “Alba me quiere mal. Me quiere, pero me quiere mal. No me sabe querer”. Pero, en realidad, ¿quién sabe querer? Creo que ahí hay una cuestión de ceguera: ser ciego ante las situaciones que estás viviendo, cuando no sabes reaccionar o, más aún, cuando no sabes decir que no a una situación. Ahí es donde te expones a convertirte en cualquier cosa.

Fragmentos sitúa a dos personajes en un punto en el que están al borde de la ruptura, y precisamente lo que se investiga durante la historia es el misterio de si esa ruptura finalmente tendrá lugar. ¿Por qué te interesó esta idea del desamor?

Me interesó la idea del desamor porque son cosas que he vivido y que he visto vivir a mucha gente. Ahora, cuando hacemos proyecciones con estudiantes, siempre pregunto si alguien ha pasado por algo parecido y, aunque hablamos de jóvenes de entre 18 y 25 años, el 90% levanta la mano. Estamos destinados a pasar por este tipo de situaciones.

Hay un momento en la película, cuando los cuatro personajes se sientan a compartir una comida, que vertebra el relato donde realmente entra en juego el título de Fragmentos. Creo que la película toma un fragmento de la vida de cada uno de nuestros personajes y lo coloca sobre una mesa; la isla pone esos fragmentos frente a ellos y empiezan a reflejarse, pero son trozos rotos. No sabemos nada de la vida de estos personajes antes, no conocemos a sus familias; lo único que nos interesa es cómo están cuando llegan allí.

Quería que los personajes estuvieran desprotegidos; por eso la isla de Lanzarote es casi un personaje más, la tierra que vibra bajo sus pies.

Horacio Alcalá, director de «Fragmentos»

¿Tenías miedo, mientras hacías la película, de que alguno de los personajes quedase como “el malo” de la historia?

A ver, el personaje de Asia Ortega quizá podía caer en eso, pero hemos sido muy cuidadosos a la hora de darle momentos de luz, casi de resplandor, al final, para entender por qué ella es así. Quiero pensar que en esta película no hay personajes buenos ni malos; hay personajes que son víctimas de su pasado o de una situación que no saben controlar.

En la película hay dos parejas: una formada por Emma Suárez y José Luis García Pérez, dos actores con una larga trayectoria en España, y otra por Manu Vega y Asia Ortega, dos intérpretes más jóvenes. ¿Cómo trabajaste esas diferencias de recorrido y de experiencia?

Hemos trabajado los personajes de manera individual con cada uno. Lo primero que hicimos, antes incluso de entrar en el personaje, fue contarnos nuestras propias historias amorosas, las situaciones por las que hemos pasado. Eso, por supuesto, nos dio mucho lenguaje y material para construir después cada rol. En realidad solo hicimos un ensayo general cuando llegamos a la isla, para la secuencia de la comida. El resto fue todo trabajo individual. Fueron tres semanas de rodaje y una de esas semanas estuvo prácticamente dedicada a la comida, que es la columna vertebral de la historia.

Entrevista a Horacio Alcalá: «En «Fragmentos» no hay personajes buenos ni malos, solo personas que son víctimas de su pasado»

Al inicio en el guion había diálogos en toda la película, pero al trabajar con los actores ellos mismos me decían: “Siento que mi personaje aquí no diría nada”. Entonces quitábamos la frase. Y luego el otro me decía: “Yo tampoco diría nada en este momento”, y así fueron apareciendo esos silencios, porque los personajes los pedían. Esa complicidad con ellos ha sido fundamental y, por supuesto, he aprendido muchísimo de los cuatro. Por eso me gusta que el público se identifique no solo con las frases, sino también con las acciones, con la violencia y con la forma de callarse, en esa manera de estar incómodo con el otro. Creo que eso refleja mucho más cómo la gente puede sentirse identificada que las propias frases.

Fragmentos (Horacio Alcalá, 2025)

Fragmentos (Horacio Alcalá, 2025) Fragmentos (Horacio Alcalá, 2025) Fragmentos (Horacio Alcalá, 2025)

Entrevista a Horacio Alcalá realizada el 11 de diciembre de 2025 en Sevilla por Paco Casado. Editada para aportar claridad.

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