Hoy quiero traeros a un autor pacense de nacimiento y sanvicenteño de sentimiento. Jesús Carnerero (Badajoz, 1984) es un autor indie que busca encontrar su sitio dentro de la literatura a base de esfuerzo y dedicación, sin editoriales de por medio. Ha escrito cuatro novelas y una novela-blog, aparte de haber participado en numerosos concursos literarios, ganando alguno y siendo finalista en otros. Sus libros pueden ser comprados tanto en físico como en digital en Amazon. ¡Espero que os guste esta entrevista!
Esta entrevista puedes encontrarla en la web de BadaGame (sección Entrevistas) o de forma resumida en el número de Abril de 2016.
-Antes de nada, muchas gracias por concedernos entra entrevista. ¿Podrías presentarte al público?
Me llamo Jesús Carnerero, tengo 31 años, soy de San Vicente de Alcántara (Badajoz), soy Técnico en Producción Audiovisual y actualmente trabajo como Técnico de Comunicación en el Ayuntamiento de mi pueblo. Pero creo que la entrevista irá mejor si añado que también soy escritor independiente y que he autopublicado tres novelas desde octubre del 2014.
-¿Cómo entraste en el mundo de la literatura?
Llevo escribiendo con estricta regularidad desde hace cuatro años, cuando decido tomarme un tiempo sabático que terminó siendo el más productivo de mi vida y salgo del armario a finales de 2014 publicando por mi cuenta dos novelas en cuestión de dos meses. Y ahí sigo, luchando por hacerme leer, moviendo todo por mi cuenta tanto como me permiten las fuerzas, de forma totalmente independiente, sin editoriales, ni agentes, ni representantes ni nada de nada. El picotazo de la pasión por escribir llegó en la adolescencia tardía; el de la inspiración tardó bastante más pero lo mantengo, que es lo que cuenta.
-¿Podrías describirnos tus libros? ¿En qué te basaste para crear las diferentes historias?
Las historias que escribo tienen, y deben, resumirse en una premisa clara y concisa, una preocupación personal o una crítica. UN LOBO COMO YO es la lucha por salir adelante, por progresar y mejorar, por superar fantasmas personales, además de ser un humilde homenaje al cine de mafiosos y a la música rock, nexo que comparte con la segunda publicación, ALGÚN PECADO RARO, ambas tan embadurnadas de música que las he catalogado como «novela negra a ritmo de rock», porque no es más que eso, novela negra o noir: cada capítulo es una canción, el título también lo es, abundan los personajes basados en músicos míticos, así como los ambientes, leyendas o las libres interpretaciones de las letras que componen las historias. Es una forma de volcar la frustración que siento por no poder ser músico, por no haber aprendido a tocar ningún instrumento. Aunque dicen que nunca es tarde…
En cuanto a LA BRUMA, publicada en abril de 2015, tira más hacia el thriller psicológico con tintes de ciencia ficción. Y curiosamente es por ahí, sacándole jugo a ese género, al que respeto tanto como temo y en el que no me atrevo a catalogarme ni de lejos, por donde he podido llegar a bastante más público del que han llegado las dos historias anteriores, es la que mejor se ha vendido. Toda una sorpresa.
-¿Tienes algún personaje hecho a imagen y semejanza tuya?
Si me pillas un poco despistado te contesto que no y me quedo tan ancho. Pero después, cuando pasa el tiempo y regresas a la trama, cuando te paras frente a cualquiera de los personajes de cualquiera de las tres novelas, piensas: joder, ¡si soy yo todo el rato! Tanto es así que en LA BRUMA, que tiene un reparto coral de cuatro personajes protagonistas, me dividí entre los cuatro y entré (aunque sea un poquito) en cada uno de ellos, cada uno con una personalidad distinta, claro, y, creo y espero, bien definida, incluso llevada a ciertos extremos para que fuesen más diferentes entre ellos. ¡Pero no dejo de ser yo todo el rato! Obviamente no he pertenecido a un clan criminal como Jeff Hyman de UN LOBO COMO YO ni he sido asesino a sueldo como Neil Oldman en ALGÚN PECADO RARO, pero sí que me he tenido que partir la cara con fantasmas, monstruos, miedos y trabas, y también me he sentido fuera y lejos de lugar, como que no encajaba con nadie, me he sentido prematuramente viejo. Vincular todo con el mundo del crimen no es más que una apetencia personal, ya lo he dicho. Mis fantasmas no eran mafiosos, no, pero por no pertenecer al hampa no fue más sencillo librarse de ellos, qué más hubiese querido yo. Me hubiese ahorrado unos cuantos disgustos y algún que otro episodio depresivo.
Es una de las cosas que más me gusta de escribir, la posibilidad infinita de sacarte personajes de la manga sólo con tirar de uno de los hilos de tu personalidad o distorsionando alguno. También es verdad que luego meto la pata repitiendo ciertos rasgos míos, como no ser fumador o no conducir. Me divertí mucho dándole forma a esa historia, pese a que no estaba siendo ni de lejos un buen momento personal, cosa que va intrínseca en toda la novela, ya desde el título. Y es que no puedo evitarlo, escribo sobre lo que vivo, es decir, vivo, asimilo, lo mezclo con inspiración e imaginación, y finalmente escribo. Creo que no hay mejor fórmula para sentarse a escribir: vive y mézclalo con imaginación.
-¿Participas en la elaboración de las portadas?
Cuando vas por libre tienes que implicarte al 100% en todo el proceso, desde que pones la primera palabra hasta que empiezas a promocionarlo para (intentar) venderlo. Me gustaría implicarme tanto o más si estuviese con una editorial, pero quizás puedas desentenderte un poco más, porque pensar en una portada me gusta, además tengo la enorme suerte de que mi pareja es artista y dibuja genial, pero me encantaría librarme de cosas como la promoción en redes sociales que cada vez me agota más y entiendo menos, la verdad.
Con las portadas, mentando de nuevo a mi pareja, funciona un poco como sigue: yo digo que tengo una idea, mi chica le da la vuelta y lo mejora un millón de veces y ya está, esa es la ganadora. Es todo en común y todo se habla y se discute, pero es ella quien maneja y de quien me fio más que de mí mismo. Para LA BRUMA recurrimos a una fotografía de otro colega artista, pero las dos primeras salieron de sus manos.
-De tus libros, ¿tienes alguno favorito o con el que tengas un sentimiento especial?
Antes comentaba que con LA BRUMA me he llevado una gran sorpresa que todavía colea: que se descargue más de 1000 veces, bastante más (ya he perdido la cuenta, cuenta que nunca he llevado demasiado a rajatabla, dicho sea de paso), llegar a los puestos más altos de los rankings de sus categorías en Amazon, ponerte el 400 del mundo hispano cuando hay publicadas 200000 novelas, etcétera, etcétera, es algo que te transmite un sentimiento muy raro, contradictorio, por muchos y muy diferentes motivos que no vienen al caso ahora. También es una pasada que se siga vendiendo un año después de su publicación. Y que se pueda seguir vendiendo toda la vida. Ventajas de la independencia.
También le tengo un cariño especial a ALGÚN PECADO RARO, porque al ser la segunda ha quedado un poco tapada por la primera (no porque se vendiese muchísimo, sino por el mero hecho de ser el debut) y el discreto “éxito” de la tercera. Siempre que puedo la reivindico porque creo que es una historia que merece la pena, se lee rápido y fácil, no tiene un minuto de descanso, tiene varios giros, etc. Es una novela de la que estoy bastante satisfecho.
-¿Quiénes son tus referentes, si los tienes, dentro de la literatura española y mundial?
José Saramago, Charles Bukowski y Paul Auster son mis tres pilares básicos, a los que leí justo en el momento en el que algo en mí germinaba y los que me transmitieron ese algo que me llevó a decidir que quería ser escritor, o escribir seriamente, porque lo de ser escritor admite muchas discusiones.
Del panorama español me cuesta más decantarme por alguno, peco de leer a pocos autores españoles, pero de las últimas novedades me gusta mucho Jesús Carrasco, por ejemplo, un autor de nuestra tierra muy recomendable, crucial diría yo para entender lo que se cuece a nuestro alrededor, que emplea un lenguaje muy rico, y muy de aquí. En su primera novela, Intemperie, encontré palabras que creí que eran inventadas de mi pueblo, de mi casa o de mi familia.
-Me consta que tus libros pueden obtenerse tanto en digital como en físico. ¿Has intentando contactar con alguna editorial? Sí es así, ¿podrías contarnos tu experiencia?
No, no lo he intentado. Como curiosidad diré que son ellas las que suelen contactar conmigo, en general editoriales pequeñas a las que tienes que pagarles hasta por mandarles un correo, así que la relación es breve. Me resulta muy curioso la de veces que me han recomendado recurrir a ellas, da igual cómo sean, sobre todo en presentaciones y otros eventos relacionados con los libros. Y lo mejor es que me lo suelen decir casi como si estuviese en una secta o tuviese una enfermedad: ¡Métete en una editorial, que das mucha penita siendo independiente, que no vas a vender nada! Yo acepto y agradezco todos los consejos, pero es que la mayoría no sabe lo que hay detrás de muchas editoriales y acepta sean cuales sean las condiciones con tal de tener su libro entre las manos, cosa que entiendo, que conste, pero hay que andar con mil ojos.
Entre las editoriales y los autores autopublicados hay dos corrientes que destacan: a los que nos asaltan editoriales a las que hay que pagar desde el minuto cero, a las que muchos compañeros recurren con tal de ver cumplido su sueño de publicar, y las que se ofrecen a autores independientes que han triunfado o con un mayor potencial ofreciéndole cifras que a estos no les compensan las ventas que obtienen yendo por libre. Con eso te lo digo todo.
-¿Qué opinas de la literatura actual?
Pues igual que no leo a muchos autores en español, tampoco estoy demasiado al día de lo que va saliendo, me entero y conozco títulos y pero no suelo leerlos hasta que no pasa tiempo, si es que los leo. Millenium, por ejemplo, lo leí hace poco (aunque aún me falta la 3ª y la 4ª entrega…) y me gustó, nada para tirar cohetes porque no encajo con ese estilo, pero, entretenido, entiendo que fuese un pelotazo. Así que no sé qué opinar de lo que se hace actualmente, supongo que habrá de todo. Lo que sí puedo decir es que si los famosos de turno son los que más libros venden, el panorama debe estar bien jodido…
Lo que leo me viene por recomendaciones personales o por booms irresistibles, pero en general leo lo que me da la gana, voy por libre, muy anárquico; leo a muchos compañeros independientes en digital y después los libros de papel de toda la vida pues los cojo prestados de mi familia.
-¿En qué proyectos estás metido?
Pasé la mitad de 2015 sin escribir nada, y aunque es lógico después de haber pasado casi cuatro años sin parar (tengo inéditas unas cuantas novelas, para ir tirando una buena temporada) no fue nada agradable; ha sido el fin de una etapa en la que comprendí que no pasaba nada por aparcar el asunto un poco, tenía que hacer planes y plantearme hacía dónde quería dirigir mi vida (las maravillas de ser joven, titulado y con ganas de trabajar en este país, ya sabes) pero fueron meses duros, por todo. La parte buena es que justo antes de ese medio año de sequía publiqué La Bruma, el mejor retrato de lo que me pasaba, y como a mí, a tantos. También encontré un trabajo en el que estoy muy a gusto, me deja tiempo para seguir escribiendo, está relacionado con «lo mío», y encima no he tenido que emigrar, toda una suerte. Pero claro, he pasado por la fase de adaptación y cambio y he tenido que pelear por compaginarlo, cosa que todavía está en trámite y que, en los peores días, me trae por la calle de la amargura.
¿Proyectos actuales? Intentaré publicar otra novela negra a ritmo de rock titulada EL ALMA SE COLMA antes de verano, y me gustaría que para finales de año hubiese en la calle otra más, no sé de qué estilo y género, pero como mínimo trataré de sacar dos durante 2016. Ojalá pueda cumplir los plazos…
Tengo pendiente una trilogía de thriller negro, de espías, conspiraciones, un rollo distópico tecno-socio-político, un invento raro. Suena mejor mientras la escribo.
Y me gustaría darle caña a una “macrosaga” de aventuras y ciencia ficción. A ver dónde estoy dentro de un año…
-¿Sueles meterte en blogs de literatura? ¿Y qué opinas de ellos?
No demasiado, pero porque no tengo mucho tiempo y cuando estoy delante del ordenador escribo o miro redes, poco más. Sé que hay algunos que son referentes y muchos no seríamos nada sin ellos, hacen mucho por los indies y trato de trasladarles mi agradecimiento recomendándolos o promocionándolos. Le tengo mucho cariño a algunos como el Escritorio del Búho, de Thelma García, o Las mentiras que escribí, de Miriam Beizana, que hicieron las primeras reseñas de mis novelas, del mismo modo que guardo un recuerdo especial de esos a los que envié ejemplares y nunca más supe de ellos. Creo que hacen una labor encomiable, aunque, como en todo, también te encuentras a algún que otro jeta.
-¿Qué consejos le podrías dar para quién tenga una historia que contar pero no se atreva?
Que escriba aunque sea en la lista de la compra. La época más gris que he pasado en mi vida fue cuando no me daba el tiempo ni la energía para escribir, eso hay que echarlo para afuera como sea. Mi consejo es sencillo: escribe, en una servilleta, en las notas del móvil, lleva un diario, dale forma a esa historia que tienes en la cabeza.
Una de las cosas más bonitas, o por lo menos de las que yo más disfruto, es en mitad del proceso de construcción de una trama. Al final, el resultado no me produce la misma satisfacción, fíjate, no es el mismo gusanillo, y si tengo que elegir me quedo con el periodo de forja.
-Pues estaremos pendientes de tus novedades. De nuevo, muchas gracias por tu tiempo.
Gracias a vosotros por vuestro tiempo y vuestra labor. ¡Un abrazo!
Si os ha entrado ganas de leer algo de este autor, echadle un vistazo a sus novelas.