Quería plantear qué pasaría si existiese un mundo en el que hay que hacer todo lo contrario: no hay que lavarse los dientes antes de dormir, hay que desordenar el cuarto, hay que comer hamburguesas en vez de comida sana… Un mundo con todo lo que un niño podría desear...
Por Carmen Fernández Etreros.
Esta mañana soleada de mediados de abril hemos charlado con el escritor y periodista Juan Soto Ivars, un autor divertido y con un gran interés por la literatura infantil. Hemos hablado de su primer libro infantil Prohibida la ducha, publicado recientemente por Siruela. Una novela muy original en el que sus cinco protagonistas, una pandilla de niños de diversas edades que se juntan en la ciudad en un aburrido verano, se teletransportan sin querer al país Péstor. Un curioso lugar que inventó Edward Lacoste en el que nadie les dirá que se duchen o se laven los dientes. Todo al principio es maravilloso pero poco a poco se darán cuenta de que el curioso país Péstor ha perdido el equilibrio y se ha vuelto un lugar peligroso…
Para Juan Soto Ivars (Águilas, Murcia, 1985) es su primera novela infantil aunque ha escrito novelas para adultos como Ajedrez para un detective novato (Premio Ateneo Joven de Sevilla de Novela 2013), Siberia (Premio Tormenta al mejor autor revelación de 2012) o La conjetura de Perelman (2011). El escritor nos confiesa que "se ha quedado enganchado en el país Péstor" después de hablar con él de su original novela, de lo aburrida que puede ser una ciudad en verano, de las duchas, de los niños de Top Chef y de la importancia de que los niños aprendan que leer es muy divertido.
P. ¿Cómo se te ocurrió la historia de ‘Prohibida la ducha’? ¿Y el título?
R. Ese cartel Prohibida la ducha es el que me hubiera gustado ver cuando era niño en cualquier sitio. Yo era un niño de los que no se quería duchar y me consta que hay muchísimos niños que temen a la ducha. De esos a los que había que decirles vamos que es la hora de la ducha, tienes que lavarte los dientes… Hasta que no intentas ligar y eso, piensas ¿para qué me voy a duchar? Hay niños higiénicos pero entras en una clase de sexto de primaria y dices cómo canta… Es una novela que parte de estos recuerdos de la infancia y de qué pasaría si existiese un mundo en el que hay que hacer todo lo contrario no hay que lavarse los dientes antes de dormir, hay que desordenar el cuarto, hay que comer hamburguesas en vez de comida sana… Un mundo con todo lo que un niño podría desear y cuáles serían las consecuencias.
P. ¿De dónde nacen los cinco curiosos personajes que forman la pandilla de la Avalancha? ¿Te has inspirado en algunos niños reales?
R. Ni siquiera diría que me he inspirado, sería hacer trampas porque los niños de verdad son personajes. Hay algún niño rancio también pero en general hablas con un niño media hora y las cosas que te cuenta son más propias de un libro o una película que de la vida real. La conversación con un niño se convierte en la semilla para un personaje. En estos cinco niños hay algunos que yo he conocido, primos míos o niños que recuerdo de mi infancia.P. Gracias a un rayo azul, los cinco niños se desperdigan por el país Péstor, ¿serán más felices en ese extraño lugar (sin hacer spoiler)?
R. Los niños están en la ciudad en verano que es una situación aburrida y además porque sus padres no tienen dinero y eso les está pasando ahora a muchos niños. Se juntan con otros niños de otras edades y los protagonistas de la novela acaban en un laboratorio donde un rayo azul les teletransporta. Al principio les parece muy divertido el país de Péstor.
También hay que aclarar que para unos más que para otros como por ejemplo Uma, una niña que le encanta pintarse las uñas y lo encuentra horroroso, pero la mayoría están encantados. El país de Péstor además tiene la capacidad de cambiar a los niños, va exagerando sus cualidades y el protagonista se va dando cuenta de que sus amigos con este viaje han cambiado bastante, al que le gustaba arreglar aparatitos se convierte en un científico por ejemplo. Además después del rayo azul cada niño ha caído en un sitio y tiene que ir encontrándose y la aventura es divertida pero da lugar también a muchos problemas…
Como en Alicia en el País de las Maravillas o El mago de Oz es un sitio donde pasan cosas increíbles.
P. Para mí el personaje más curioso es Roncha el héroe que intenta salvar subido en su dragón su mundo, ¿cómo se te ocurrió la idea?
R. El científico ha creado un mundo en el que está todo en su sitio, la ciudad de Porcoburgo, unas simpáticas aldeítas, sus bosques, sus criaturas… Y al llegar los niños el desequilibrio se produce y empiezan a pasar cosas raras. El héroe que dejó allí el científico para solucionar los pequeños problemillas se ve desbordado. Y ellos pronto se irán dando cuenta de que ellos tienen que ver con que el país de Péstor esté dejando de funcionar.
Los hermanos Pulcros están inspirados en los chicos de Top Chef Junior porque cuando los veo ahí intentando hacer nouvelle cuisine con lo que a mí me gustaban los huevos fritos y las hamburguesas pienso en qué repipis, qué serios…P. Y los Pulcros, esos niños que quieren engordar a los demás para comérselos, como en la Casita de chocolate, ¿de dónde surgen?
R. Los hermanos Pulcros están inspirados en los chicos de Top Chef Junior porque cuando los veo ahí intentando hacer nouvelle cuisine con lo que a mí me gustaban los huevos fritos y las hamburguesas pienso en qué repipis, qué serios… Si los niños comienzan a alimentarse de nouvelle cousine ya lo habrán visto todo cuando sean mayores. Empezarán a comer pienso para probar algo nuevo. Me parece meterlos en el mundo adulto, de lo repipi… Los malos son tres hermanos aficionados a la nouvelle cousine. Tan aficionados que si le echan un humano mejor…
P. ¿Qué aprenderán los niños al leer ‘Prohibida la ducha’ o simplemente quieres que se diviertan un poco?
R. Lo que quiero que aprendan es que leer es muy divertido. No quiero que aprendan nada más. Jugar a la consola es divertidísimo, yo juego a la consola y es divertido desde el minuto uno. Leer un libro necesita un poco de entrenamiento y hasta que tienes soltura es un poco soso. A veces los libros infantiles además les llevan a sitios donde los niños no se reconocen. Yo solo quería demostrarles que leer es divertido. Creo que ese aprendizaje ahora mismo es fundamental porque hay mucha competencia con las consolas, la televisión… Los niños están aburridos de las leccioncitas.P. En cuanto a las divertidas ilustraciones, ¿cómo te pusiste de acuerdo con María Serrano, la ilustradora?
R. Tenía la novela escrita e impartí un curso en Murcia sobre cómo encontrar editoriales y María era una alumna. Me enseñó sus ilustraciones y me gustaron mucho. Le pasé la novela y le dije que la ilustrará cómo quisiera y si no le gustaba que no lo hiciese. Y los bocetillos que me hizo me gustaron tanto que le dije a mi agente que la novela iba con estos dibujos y que si alguna editorial quería otro ilustrador no firmábamos. Hubo una química total. María la ilustradora dice que ha hecho unos dibujos muy bien hechos pero de aspecto sencillo para que haga pensar a los niños que dibujar es fácil.
Yo solo quería demostrarles que leer es divertido. Creo que ese aprendizaje ahora mismo es fundamental porque hay mucha competencia con las consolas, la televisión… Los niños están aburridos de las leccioncitaP. Prohibida la ducha es tu primer libro infantil, ¿has disfrutado con la experiencia? ¿La volverás a repetir?
R. Me he quedado encerrado en el país de Péstor. Voy a escribir sin parar libros infantiles porque te permiten no pensar en lo que va a decir el crítico como suele ocurrir con los libros para adultos, porque los niños implacables y también inesperados, imprevisibles. Los niños hacen simplemente lo que les divierte y si es así has triunfado y sino la cagaste. Si un niño dice esto no me gusta, yo al destierro y acepto mi condena porque lo que diga un niño sobre mi libro para mí va a misa.