Cuesta creer que se ha marchado para siempre, tal vez, porque los grandes jamás se van del todo; perviven –gracias a su obra- corno perviven los mitos, las leyendas o esa memoria de la propia tierra que se revela a través de sus tradiciones, creencias y ritos más arraigados.
Quienes hemos tenido el privilegio de contar con su amistad y sus enseñanzas, además del entrañable recuerdo de un ser humano extraordinario, guardamos numerosas anécdotas sobre la carismática y, a veces, desconcertante personalidad de este auténtico sabio. Tras ese aire entre despistado y distante que tanto podía llegar a confundir a quienes no lo conocían bien, se ocultaba un hombre sensible y afectuoso y una mente excepcional, que a sus innumerables conocimientos unía una memoria sorprendente. Una de sus facetas menos conocidas era la de minucioso dibujante. En cierta ocasión, a raíz de su exposición en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, comento: "Pintar es una liberación: voy a lo que salga, que será dictado por la libertad de la fantasía y por la libertad mayor de saber que no ha de preocuparrne lo que vaya a opinar el público o la crítica".
Recuerdo que, siendo yo niña, durante una visita a la ciudad de Trujillo junto a Caro Baroja, el conde de Canilleros -otro sabio- y mi padre Carlos Pérez Alonso, me llamó profundamente la atención que en lugar de hacer fotografías como los demás, Caro Baroja dibujara en su cuaderno de campo todo aquello que suscitaba su interés. En los congresos, al igual que en las sesiones de la Real Academia, también se le solía ver dibujando los temas más insospechados en los folios para apuntes: lo mismo esbozaba un paisaje o unas casas típicas de pueblo que un desfile de brujas, duendes, sirenas y otros seres extraños. Esta actividad no le impedía, sin embargo, enterarse de todo cuanto se estaba diciendo.
Desde que se publicó la primera edición de su libro Las brujas y su mundo, Caro Baroja se encontró atrapado por el terna de forma insospechada. A pesar de ello, solía comentar que nunca llegó a aborrecerlo y bromeando añadía que, aunque profesionalmente se había dedicado a numerosas actividades, en la que parecía haber tenido más éxito era como "especialista en brujas". Sobre este tema charlarnos en la presente entrevista.
Pregunta: ¿Cuándo comenzó su interés por la brujería?
Respuesta: Comenzó siendo muy niño, cuando sentado al calor de una boquera escuchaba fantásticas historias sobre brujas, lugares mágicos, hechizos y hechizados. Sin embargo, nunca me sentí atraído por la práctica de la magia. P - ¿Pueden las brujas del País Vasco, como herederas de un conocimiento ancestral recogido en los cultos matriarcales, revelarnos algunas claves sobre el misterioso origen de los vascos?
R - El origen de este pueblo es el de su lengua que muchos suponen protohistórica y que sólo tiene cierta semejanza con dialectos bereberes y caucásicos. Su origen podría remontarse al hombre de Cromañón. Por otra parte, en el libro 111 de la Geografía de Estrabón, nos encontramos la sorpresa de que una de las primeras descripciones en que aparece una sociedad matriarcal, que el geógrafo griego denomina ginecocracia, se refiere a los pueblos del norte de la Península Ibérica: los cántabros. Según Estrabón, en estas tierras existía un sistema de derecho materno transmitido a través de las mujeres, así como de ritos asociativos, como los cultos de tipo lunar. En las sociedades matriarcales, la mujer es sacerdotisa y controla diferentes cultos privados y públicos. Esta misión religiosa de la mujer está casi siempre relacionada con las divinidades lunares.
P - La complicidad de las brujas con la Luna, legado indiscutible de ese conocimiento ancestral, es sumamente reveladora, así corno su relación con la noche. ¿Hasta qué punto ha influido en las costumbres cotidianas y agrícolas del pueblo vasco?
R - Los misterios de casi todos los cultos protohistóricos están ligados a la noche y a la oscuridad. Las divinidades lunares y nocturnas suelen tener un carácter mucho más misterioso y hermético que las diurnas. No sólo en las religiones clásicas, ya que en las germánicas y en las de otros pueblos advertimos que la mujer está asociada a los ritos nocturnos y a las divinidades de la noche. Diosas como Selene y Hécate se han comparado siempre con nuestro satélite y ellas presidieron actos religiosos en la antigüedad.
Las brujas siempre se regían por las fases lunares; incluso en nuestros días muchas personas tienen éstas en cuenta tanto en las actividades agrícolas como en las cotidianas (cortes de uñas, de pelo, etcétera).
En el calendario vasco actual se aprecia un carácter luni-solar ya remoto, unido al agrícola. Este calendario está ligado de un modo tan estrecho al culto de la Luna que los vascos no contaban por días, sino por noches. En Vera de Bidasoa (Navarra) he observado personalmente la preocupación de los labradores que mantienen arraigadas estas antiguas creencias, por ajustar sus trabajos a los cuartos crecientes -gorapen- y menguantes -berapen-. En Vera creen que para cosechar buenas hortalizas, hay que esperar a sembrarlas en el menguante. En creciente se cortan los palos de aliso para que duren más tiempo, pues en esta fase la madera es quebradiza y frágil. El roble, sin embargo, debe cortarse por las mismas razones en menguante, pues en creciente tiene el centro abierto.
P - El aquelarre comenzó celebrándose la noche del lunes, día especialmente regido por la Luna. ¿Qué motivó su cambio?
R - En principio el aquelarre se celebraba los lunes de once a dos de la madrugada; pero segun recogen ciertas actas, el demonio cambió su día a la noche del viernes por considerarlo mayor ofensa a Jesucristo, que murio crucificado en ese día.
P - Los megalitos constituyen uno de los enigmas más fascinantes del pasado. Estos colosales monumentos se encuentran erigidos sobre las principales líneas, de energía telúrica del planeta. Considerados en la antigüedad enclaves sagrados, fueron reconocidos y utilizados posteriormente por las brujas como lugares mágicos. ¿Pone esto de manifiesto una vez más la pervivencia de ese conocimiento ancestral que ellas han custodiado de alguna forma a lo largo del tiempo?
R - En el año 1953 se registraron 340 dólmenes en todo el territorio vasco. Todos estos monumentos protohistóricos guardan relación con los antiguos cultos y religiones y más recientemente con la brujería. En el País Vasco se suele llamar al dolmen "casa de la bruja" o "casa de la hechicera".
P - ¿Es Vera de Bidasoa, donde está Itziar, la casa museo de los Baroja, una población mágica?
R - Si, en cierto modo. Yo recuerdo que cuando era niño había algunas personas a las que se les consideraba poseedoras de conocimientos mágicos, brujas; durante nuestra Guerra Civil, esas creencias y temores se acentuaron. Una de las historias mejor documentadas es la de unos niños embrujados que fueron encomendados al párroco de Vera.
P - De todos los lugares que sirvieron de centro de reunión a las brujas, uno de los más enigmáticos es la famosa cueva de Zugarramurdi. Ellas inspiraron al humanista y filósofo extremeño Pedro de Valencia -ilustre discípulo del gran heterodoxo Arias Montano- su libro Discurso de Pedro Valencia acerca de los cuentos de las bridas y cosas tocantes a la magia. ¿Qué destacaría de este interesante trabajo?
R - Sobre Zugarrarnurdi hay que admitir que en otros tiempos pudo servir de lugar de reunión o culto. Existe constancia histórica en las Actas de la Inquisición referentes al proceso de Logroño de 1610. Las brujas allí detenidas declararon actos que guardan una gran semejanza con los misterios de otros cultos como las bacantes griegas o las bacanales romanas. Este proceso de Logroño motivó las investigaciones de Pedro de Valencia, llevado por la compasión y el dolor que le produjeron las ofensas a Dios cometidas por tantas personas. A lo largo de todo su discurso se puede apreciar el espíritu amplio del docto humanista. Su pensamiento final sobre las brujas de Zugarramurdi es que la "torpeza carnal" -como él lo define- era el fin que realmente movía a quienes acudían a estas juntas; llegando a la conclusión de que en ningún momento intervenía físicamente el demonio, ni las brujas tenían la capacidad de volar, siendo todo sencillamente producto de los ungüentos que se aplicaban. El doctor Laguna, en su comentario sobre Dioscórides, menciona una planta Solanum (hierba mora) cuya raíz tomada con vino produce imágenes tan vivas en la fantasía que parecen reales. Explica Laguna que estando él curando al duque Fernando de Lorena el año 1545, fueron apresados dos brujos a los cuales se les encontró un bote de ungüento verde que debía de ser una mezcla de hierbas -cicuta, hierba mora, beleño y mandrágora-. Con este ungüento fue ungida una mujer que no podía dormir y al despertar describió experiencias y sensaciones muy similares a las descritas por las brujas. Ella las había vivido como reales y sin necesidad de realizar ningún pacto con el demonio.
P - ¿Quién es en realidad la mítica Mari, la dama de Amboto? ¿Bruja, genio, diosa?
R - Mari es la señora de todas las brujas, y se le atribuyen sus mismas acciones y características, si bien en otras lugares se dice que sus compañeras son las lamias, genios que se vienen confundiendo con las brujas desde hace mucho. Es una mujer de extraordinaria belleza que tiene la particularidad de aparecer con varias formas raras. Su carácter ígneo es el más frecuente. En Elosúa (Vizcaya) se presentó a un cura envuelta en llamas; al cambiar de cueva va también rodeada de fuego. En otros informes recogidos en Cegama, Ataún, Zuazo de Gamboa, se describe como una hoz de fuego. En otras ocasiones adopta la forma de diferentes animales.
En las leyendas que corren acerca de Mari, predominan especialmente las que la muestran como una divinidad infernal de carácter arcaico y misterioso; o aquéllas en que aparece como regidora de las lluvias y sequías; facultad que comparte con su hijo Odel. Para aplacarlos se queman algunas hierbas recogidas en San Juan y ramas de laurel bendecidas el día de Ramos.
El título que se le otorga de dama o señora no puede ser más significativo, teniendo en cuenta que en Grecia los campesinos rinden culto a una divinidad de características muy similares, a la cual también llaman "la Señora" o "la Señora del mundo", atribuyéndole el título y los poderes de la antigua diosa Deméter, que representaba a la Naturaleza y la Madre Tierra. Fuente: AKASICO