Revista Cultura y Ocio
Entrevista a Julio Castedo, autor de Redención
Publicado el 20 abril 2016 por Chema Fernández @chemaupHace un par de años, el mundo blogger escribió muy buenas reseñas de El fotógrafo de cadáveres, de Julio Castedo y el año pasado, este autor, de la mano de Planeta publicó Redención, una novela negra con toques de thriller que está cosechando muy buenas opiniones de los lectores, una pequeña historia que ha pasado desapercibida en la vorágine editorial del momento pero que desde la Revista Comentamos queremos dar a conocer. Hoy nos acompaña en nuestro encuentro digital, Julio Castedo, que nos responderá a pequeñas cuestiones para conocer su obra así como para enganchar a futuros lectores a su última novela.
CHEMA: Lo primero de todo quiero agradecer a Julio por permitirnos un rato de su tiempo para contestar a estas preguntas. ¿Quién es Julio Castedo? ¿Qué nos puedes contar de tí?
JULIO CASTEDO: Es difícil definirse a uno mismo, además yo tiendo a dudar permanentemente de todo lo que hago. Intentaré ser aséptico: Julio Castedo es un médico y escritor español que hasta el momento ha publicado cuatro novelas: El jugador de ajedrez, Apología de Venus, El fotógrafo de cadáveres y Redención, y que está trabajando en la quinta.
C.: Antes has publicado otras novelas como El fotógrafo de cadáveres o El jugador de ajedrez, ¿qué nos puedes contar de ellas?
J. C.: El jugador de ajedrez fue mi primera novela, un intento por demostrarme a mí mismo, después de haber escrito muchos relatos y algún ensayo, que podía abordar el desafío de construir una novela. Se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial, y cuenta la historia de supervivencia de un español, maestro de ajedrez, en una cárcel nazi. El fotógrafo de cadáveres forma con la anterior un díptico sobre la guerra, sobre las heridas que produce la guerra en las personas normales; está ambientada en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.
C.: ¿Por qué te decidiste escribir Redención? ¿Qué ha sido lo que te ha llevado a hacerlo?
J. C.: Redención era una vieja idea para un relato que está representada en la imagen de la portada del libro: dos hermanos adolescentes que para huir del mundo se iban a una vieja autopista abandonada y fantaseaban con la posibilidad de que algún día, por extraño que pareciera, pudiera pasar por allí un coche deportivo a toda velocidad. Cuando empecé a dar forma al relato vi que en las motivaciones familiares de los protagonistas había potencial para ir más allá, y que además podría funcionar con una subtrama de suspense... y así fue como llegó hasta las 315 páginas.
C.: Te voy a poner un "reto" un tanto difícil que siempre me gusta hacerle a los autores que entrevisto. Define tu novela en una simple palabra o frase, una que recoja toda la esencia de ella.
J. C.: No hay redención sin sacrificio.C: ¿Por qué la gente debería leer Redención? ¿Qué es lo que encontrarán en este libro?
J. C.: Porque es honesta y no pone trampas al lector, porque intenta hacerle ver que la verdad es siempre relativa, que depende de cada observador. Porque nadie es completamente bueno o completamente malo.
C.: Estamos acostumbrados que los autores españoles generalmente utilicen a personajes españoles o que la acción transcurra en España, en tu caso es completamente distinto ya que toda la novela transcurre en Reino Unido. ¿Hay algún motivo en especial? ¿Qué es lo que más te ha llamado para llevar toda la trama de la novela ahí?
J.C.: Creo en una identidad europea, en algo posible y concreto que hasta ahora no ha sabido conducir la mediocridad de nuestros políticos. En cualquier caso, nunca me permitiría el lujo de escribir acerca de lugares que no conozco y que no comprendo. España es mi referencia principal, pero no renuncio a un entorno europeo que también considero propio: El jugador de ajedrez está ambientado en España y Francia; Apología de Venus en España; El fotógrafo de cadáveres en Austria y Serbia. Hay entornos físicos que favorecen más que otros el desarrollo de cierto tipo de historias; para esta, me funcionaba bien el ambiente húmedo y de cielos grises del sur de Inglaterra y el norte de España, que son los dos enclaves donde se desarrolla Redención.
C.: ¿Cuál ha sido la parte más difícil de crear en toda la novela?
J. C.: Sin duda, acertar con la estructura. En una primera redacción los acontecimientos sucedían cronológicamente, pero eso no terminaba de convencerme. Entonces pensé en fragmentar las memorias del protagonista, en dosificarlas a lo largo del relato, y a la vez en dar una voz distinta a cada una de las partes de la novela.
C.: Uno de los aspectos que más me han llamado la atención es la construcción de los personajes, ¿con cuál de ellos te quedarías si tuvieras que elegir uno?
J. C.: Siento debilidad por John Ellerman, por su pasado atormentado y por la valentía de saber enfrentarse a todos los que le impiden avanzar. Tal vez a su autor le habría gustado en ocasiones ser tan valiente como él.
C.: Tanto John Ellerman como Paul Lancaster son personajes atormentados por su pasado, ¿crees que el pasado de una persona le puede marcar el futuro? ¿La redención, que hace mención el título, es una manera de arreglar todo lo que se ha hecho en el pasado?
J. C.: El pasado nos marca siempre, en especial si es tan dramático como el de John Ellerman o el de Paul Lancaster. El pasado es un hecho irremediable, mientras que el futuro es algo incierto. La redención, que a veces perseguimos sin saberlo, es una búsqueda de paz interior, no puede cambiar el pasado, pero alivia la conciencia. Me gusta pensar que casi siempre hay esperanza, cierta posibilidad de redención; pero un paso más allá, en las situaciones irreversibles, donde la esperanza es sólo una hermosa palabra, me interesa mucho la entereza del perdedor, la integridad, el ejemplo a los jóvenes. Esas situaciones límite, que abundan en mi obra, encierran con frecuencia un ejemplo de dignidad.
C.: Esta novela es la primera tuya que se ha publicado en una editorial grande como Planeta, ¿cómo ha sido la experiencia con ellos?
J. C.: Las grandes editoriales llegan más lejos y a más lectores que las pequeñas, eso es un hecho, pero también editan muchos títulos al año y son muy dependientes de las cifras de ventas. Todo sucede muy deprisa. La promoción que una editorial tan potente como Planeta decida dar a uno u otro título es determinante. Por razones comerciales, ha habido otras novelas en las que Planeta ha preferido volcarse; la mía es de una línea más literaria, de lectores menos numerosos pero más fieles.
C.: Hablando un poco de tu proceso de escritura, ¿tienes algún ritual, manías o vicios que llevas a cabo cuando te pones a escribir?
J. C.: No soy demasiado ritualista. Tengo que tener la mesa bastante despejada y a mano el diccionario de la RAE, una temperatura agradable y silencio. Mucho silencio.
C.: Todo escritor siempre es un buen lector. ¿Qué libros te han marcado a lo largo de tu vida? ¿Estás leyendo actualmente algún libro?
J. C.: No terminaría nunca. Pero en mi juventud me marcaron las tragedias de Shakespeare y, en mi madurez, la novelas de Faulkner. Por el camino, Flaubert, Mann, Zweig, García Márquez, Borges, Cela, Vargas Llosa, McCarthy, Coetzee... Ahora estoy leyendo El periodista deportivo de Richard Ford.
C.: ¿Estás actualmente escribiendo otra novela? ¿Nos puedes dar un pequeño adelanto de lo que nos encontraremos?
J. C.: La tengo casi terminada, pero me vas a permitir que mantenga el secreto.
C.: Muchísimas gracias Julio por contestar estas pequeñas preguntas para la Revista Comentamos y te deseamos las mayores de las suertes con Redención y con tu carrera literaria. Conmigo, te has ganado un admirador de tu trabajo.
Esta entrevista la podéis encontrar en el número de abril de la Revista Comentamos