A partir de la reciente marcha por la igualdad de los derechos civiles ¿cuáles son las y los nuevos actores que se instalan en el escenario político-cultural chileno?
Lxs nuevxs actores son también los viejos actores. Con esto quiero decir que la emergencia de nuevas actorías es posible gracias a aquellxs que han venido trabajando desde los años ochenta. No sé si es curioso pero lxs primeros actores fueron mujeres y entre lxs actores actuales estamos invisibilizadas.
Han sido principalmente dos actores "nuevos" quienes han aparecido hoy el escritor Pablo Simonetti y el adulto joven gay de la campaña presidencial de Sebastián Piñera, ha sido de ellos quienes fundamentalmente se ha querido nutrir el poder parlamentario para revisar los proyectos de acuerdos de vida en común o pactos de unión civil.
Otro actor importante y validado por el parlamento es el MOVILH, el cual ha sido errático para el resto de la comunidad de la diversidad sexual, por lo que no la representa en su conjunto, así como tampoco lo hacen Simonetti ni Larrain sin embargo han hecho un gran aporte a la visibilización de la temática de la igualdad de derechos, dándole prioridad al matrimonio igualitario.
Es en este último punto donde el resto de las personas y organizaciones LGBTT que hemos venido trabajando la temática de la diversidad sexual, estamos con prioridades distintas. Para nosotrxs, lo principal es una ley antidiscriminación que incluya género e identidad sexual, y consideramos que eso no es transable. Esto se puede llevar en paralelo con el matrimonio igualitario, pues consideramos que si bien, y en especial las lesbianas, el matrimonio no es una institución deseada como objetivo, sí lo es el derecho a tener los mismos derechos, y mientras exista una persona de la "comunidad" LGBTT que quiera casarse debe poder hacerlo.
Ha surgido entonces una nueva fuerza, "Política Sexual: Construyendo Diferencias" que está en construcción y que tendrá que debatir, trabajar, definir cómo lograr que todxs las y los actores trabajemos unidxs manteniendo cada unx y cada organización sus propios proyectos y así poder dialogar con Fundación Iguales que han logrado levantar Simonetti y Larrain, y con el MOVILH.
Chile, por su propia historia, ha instalado una institucionalidad rígida ¿cómo piensan que pueden conseguir cambios?
Los cambios concretos sólo se lograrán negociando, es decir, hoy en día tenemos una Concertación y una Alianza. La Concertación lamentablemente incluye a la Democracia Cristiana, por lo tanto, no se pueden expandir en sus propias ideas. Tal vez algunas personas de los partidos progresistas que no hablan de aborto, extrañamente se instalan en una marcha que se encuentra validada por la población. Partidos que no captan que el problema es no contar con una Ley Antidiscriminación, porque aunque se aprobara el Matrimonio Igualitario, sin una ley que resguarde derechos, igualmente puedes ser discriminado/a. Entonces, si no se aprueba la Ley Antidiscriminación con identidad de género, vamos a impulsar acciones y elaborar nuevas estrategias para negociar.
Existe consenso en que asistimos a una crisis de representatividad ¿qué le piden ustedes a la democracia?
Esta es una democracia “entrecomillada”, porque es una democracia representativa, pero no participativa, por lo tanto las y los actores están saliendo a la calle a manifestarse y mañosamente se trata de confundir que la Concertación es la Oposición. Basta mirar las últimas encuestas para entender que esta democracia ni siquiera alcanza a ser representativa y además cuenta con un sistema binominal. De la democracia no se puede esperar mucho, solamente exigir la eliminación del sistema binominal. Ahora, no sé hasta donde vamos a llegar, porque en el disco duro nos han metido tanta estupidez y vemos cómo el neoliberalismo se tragó a los partidos progresistas de este país. Ni hablar de la representación de las mujeres en el Congreso Nacional, sólo 50 mujeres han ocupado un cargo de representación popular. Y, más que pedir a la democracia, hay que exigir al Estado que abra las puertas a otros actores.
¿Hasta dónde crees que llegará esta movilización y cuáles son sus principales desafíos para alcanzar sus objetivos?
Para mí es un enigma hasta dónde se puede llegar, el poder de la indiferencia es enorme. Francamente, si nadie se mueve, si no da un vuelco la Concertación y se ubica al lado –no tratando de estar al frente- de las demandas de la ciudadanía, no veo próximos avances, si la clase política es la que gobierna, ellos tienen los hilos en este país. Por otra parte, hay que decir que le comieron el coco a los partidos progresistas y ya no quieren educación gratuita, el lucro ha sido delincuencia a mano armada y no se cuestiona, sin embargo, si tú has robado por un largo tiempo y te descubren, simplemente te vas preso.
Yo espero que vaya creciendo la conciencia y que tanto padres y madres vayan entendiendo que su hijos/as no anda jugueteando, porque la alegría de la juventud debe caminar con las luchas políticas y sacar de la cabeza que es el Partido Comunista el que lidera todo el movimiento social. Si fuese así sería fantástico, porque entenderíamos que es el partido más grande del mundo que logra importantes movilizaciones sociales como lo considera el actual Gobierno.
Ahora, todo sigue siendo un enigma para mí. Somos una sociedad más mesurada en nuestro actuar, no me imagino a Chile saliendo a la calles como en Egipto a derrocar a un Presidente, no me imagino a Chile tomándose el Palacio de La Moneda, aunque sería una alternativa fantástica.
Algunos analistas afirman que existe una sociedad más madura y reflexiva ¿Concuerdan en la idea de un resurgimiento de la “soberanía ciudadana”? ¿Cómo entienden esa “soberanía ciudadana”?
Esta madurez que aparece ¿cómo se la toman los gobernantes? Basta mirar lo que ha pasado en Francia, Grecia y España. En Chile, salieron más de 400 mil personas a marchar a las 11 de la mañana, que si hubiese sido convocada en la tarde, seguro muchos más hubiesen sido los asistentes. Ahora la exigencia puede lograr cambios o puede que no ocurra nada, hay que entender que este es un proceso nuevo.
No tenemos certeza del futuro que tiene esta madurez ciudadana, si se va a volver para la casa, si va a suceder algo similar a Mayo del ’68, para mí realmente todo esto es un “enigma”. Pienso que el objetivo siempre es el camino y lo que pasa actualmente me reconforta, me gusta ver a la gente pensar, y en cuanto a la diversidad sexual, hay que entender que la ciudadanía está en otra.
¿Cuáles son las enseñanzas de este proceso de movilización, para el propio movimiento y para la sociedad toda?
Lo que queda y es fundamental, es que “el pueblo unido marcha sin partido”. No se necesita a los partidos políticos para los grandes cambios, creo que si ellos no se hacen cargo de los temas con los cuales permanentemente se llenan la boca, no tendrán adhesión ciudadana. Insisto, la gran enseñanza es “que el pueblo unido marcha sin partido”. La sociedad civil organizada puede ser generadora de cambios. Aunque la indiferencia es muy poderosa.
Fuente: Observatorio de Género y Liderazgo