Inspirada en el libro de Dietrich Garstka, uno de los jóvenes que protagonizó en los años 50 el episodio narrado en la película, "La Revolución Silenciosa" retrata con riqueza y detallismo una época y lugar apenas explorados en el cine y los libros de Historia. En 1956, cinco años antes de la construcción del muro de Berlín, el pueblo húngaro protagonizó un levantamiento contra el ejército soviético en el que murieron alrededor de 2500 húngaros y más de 200.000 tuvieron que exiliarse. Un grupo de estudiantes de Alemania del Este, después de escuchar en la emisora de radio RIAS de Alemania del Oeste que su ídolo futbolístico húngaro, Ferenc Puskás, ha sido asesinado durante las protestas de Budapest, decidieron espontáneamente guardar un minuto de silencio durante su clase de Historia, para apoyar a las víctimas del país vecino; sin embargo, este gesto en principio inocente tuvo consecuencias inesperadas en un país ya dividido y con grandes turbulencias políticas.
Su director Lars Kraume, responsable de la estupenda "El caso Fritz Bauer" (película que comentamos en su momento en el blog), nos comenta en profundidad las claves más importantes de su interesante último trabajo tras las cámaras, en una entrevista proporcionada por la distribuidora Karma Films.
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¿Por qué eligió este capítulo de la Historia alemana?
Un productor amigo mío me regaló el libro y se me ocurrió adaptarlo al cine. Pero aunque los derechos no estaban disponibles, hablé con los productores que los gestionaban y no tenían guionista así que les propuse vincularme al proyecto.
¿Cuánto duró la fase de investigación de esta película? ¿Dónde y cómo se desarrolló?
En mi caso la investigación y la escritura van de la mano. La principal fuente de información para “La Revolución Silenciosa” era Dietrich Garstka, en cuyas memorias personales se basa la película, pero también he visto bastantes películas sobre aquella época, en particular “Berlin, Ecke Schönhauser”, que fue rodada en el mismo año en el que está ambientada la mía o “Karla”, que fue prohibida durante la era de la Alemania Oriental y que también ha sido una importante fuente de investigación.
¿Cómo describiría el clima social en el que se desarrolla la historia?
Siempre debemos tener en mente que la película está ambientada en Stalinstadt en el año 1956. Esto significa que el Muro todavía no había sido construido y la esperanza y la convicción de que el socialismo era una forma de sociedad superior al capitalismo estaba muy justificada. Nuestra intención era que la película no mostrara la típica imagen gris de la Alemania del Este. Además, decidimos trasladar la localización de la trama desde Storkow hasta Stalinstadt porque esta ciudad fue muy popular en el año 1956 como modelo de ciudad de clase obrera, rodeada de fábricas de acero y con una oferta de ocio que solo podían soñar aquellos que vivían en el Ruhr, en Alemania Occidental. Pero lo que ambos lados tenían en común era el silencio sobre la Guerra y sobre los enredos de la gente durante el periodo Nazi.
¿Qué papel desempeña, en su opinión, el levantamiento húngaro del año 1956 en las dos Alemanias?
El levantamiento húngaro fue posible porque Khrushchev cambió la dirección política tras el régimen de Stalin. Primero en Polonia, después en Hungría, el pueblo se vio capaz de reclamar mayor independencia y más derechos. Pero la disposición de los rusos para aflojar las riendas no llegó demasiado lejos. Occidente utilizó el levantamiento húngaro para sus propios propósitos de propaganda y el Este intentó limitar los daños con la suya. Pero todo lo relacionado con este levantamiento fue claramente más importante para los habitantes del Este.
¿Qué opina sobre la información de RIAS y Neues Deutschland de aquella época en relación con las noticias falsas y la formación de opinión?
Las fake news son propaganda. El mecanismo es exactamente el mismo: verdades distorsionadas que se difunden para que todo el mundo hable de ellas al mismo tiempo y se crean lo que escuchan. Llámese propaganda o fake news, cada individuo tiene que reflexionar. Si lo único que hacemos es regurgitar las opiniones de los demás, tenemos un problema. Por supuesto, durante la Guerra Fría era mucho más difícil encontrar distintas fuentes de información sobre algo. Pero esto se aplicaba igualmente a Oriente y a Occidente.
¿Cuánto hay de ficción en “La Revolución Silenciosa”?
Mi trabajo consiste en generalizar la historia personal que Garstka relató detalladamente en su libro. Sin embargo, aunque es bastante fiel a lo que sucedió, los personajes, sus familias y las localizaciones han cambiado.
¿Cómo dio con estas localizaciones?
Tuvimos mucha suerte. La antigua ciudad de Eisenhüttenstadt, modelo del ideal socialista de los años cincuenta, es el espacio memorial más grande de toda Alemania. Así que ya teníamos la ciudad. Solamente nos faltaban los extras. Para ello contamos con la maravillosa y entusiasta gente de allí que nos regaló su tiempo. Además nos permitieron rodar los trabajos de forja en el horno histórico. Llegamos justo a tiempo ya que poco después se cerró, a pesar de que había permanecido en activo desde el año 1951. Pero el hallazgo más importante fue el edificio de la escuela, actualmente Centro de Documentación y Museo de la Vida Cotidiana de Alemania del Este.
Varios de los actores adultos nacieron y crecieron en la Antigua Alemania Oriental. ¿Era algo que buscabais para interpretar a los personajes?
Que todos los actores adultos fueran del Estefue una idea de mi directora de casting. Burghart Klaußner, que interpreta al Ministro de Cultura, es la única excepción. Pero el resto interpretan papeles que cobran vida con recuerdos de su propia infancia.
¿Y cómo encontró este brillante reparto joven?
Esa es la especialidad de Nessie Nesslauer la directora de casting. También incorporó a Franka Potente y a August Diehl, en sus primeros papeles para el cine. Es capaz de reconocer el potencial de jóvenes actores desde sus primeros papeles. Sin embargo sí que hicimos algunos castings antes de decidirnos.
¿Cómo preparasteis a los actores más jóvenes para sus papeles y la época que representaban?
Tomaron clases de boogie, leyeron el libro de Dietrich Garstka y vieron películas sobre la Alemania Oriental como “Berlin, Ecke Schönhauser, ambientada en aquella época y que trata sobre jóvenes rebeldes. También les animé a ver Karla, una película prohibida en Alemania del Este en 1965 -1966 que trata de una profesora y su último año de clase. “Karla” fue un gran viaje en el tiempo para todos ellos. Además Jonas Dassler, que interpreta a Erik en la película, visitó el campo de concentración de Sachsenhausen, ya que una parte de la historia de su familia está vinculada a este lugar.
Fuentes:Entrevista extraída del Pressbook.Pressbook e imágenes cortesía de © Karma Filmshttps://karmafilms.eshttps://www.filmaffinity.com/es/film916136.html
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras.Sin ánimo de lucro. Las imágenes publicadas solamente tienen la finalidad de complementar este artículo.
Revista Cine
Entrevista a Lars Kraume, director de "La revolución silenciosa".
Publicado el 27 julio 2018 por Mumbo @OMasti2012Sus últimos artículos
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