Os traigo la entrevista que he realizado a Lola Ruiz Domenech con motivo de su dimisión como concejala del ayuntamiento de Granada. Me pareció interesante realizarla porque aparte de ser una persona muy conocida de la política granadina nos puede dar a conocer otro punto de vista de lo que está ocurriendo en la izquierda de nuestro país.
¿Cuáles han sido sus principales motivaciones para abandonar su puesto de concejala en el ayuntamiento de Granada? ¿Ha abandonado también sus responsabilidades y militancia en Izquierda Unida?
Mis divergencias con el proceso denominado “refundación”, puesto que lejos de convertirse en un proceso abierto de diálogo, encuentro, reflexión compartida para construir la izquierda plural, democrática, …que este país necesita, el aparato que hoy domina IU lo que está haciendo son actos con marcado carácter electoralista y con cierto eco mediático, lo que supone utilizar una vez más a las gentes de buena voluntad que se acercan a IU y a los militantes, simpatizantes, algunos cargos públicos y algunos dirigentes de IU que, con su generosidad demuestran que sí quieren un proceso real de refundación y no una nueva “refundición” de la izquierda.
También tengo diferencias con los métodos, procedimiento, maneras de actuar y de entender la actividad política, tanto dentro de las instituciones como fuera, con parte de la dirección local y provincial de Granada.
Porque entiendo que una organización de izquierdas tiene que dar ejemplo de austeridad, transparencia, legalidad (interna y externamente) y democracia radical. Que tiene que ser coherente entre lo que defiende en teoría y la práctica.
Dentro de la organización a nivel interno no mantenía ninguna responsabilidad (hace tiempo que ya no me sentía con fuerzas) y a lo único que asistía era al Consejo local de Granada por ser concejala de la ciudad. Al dejar de ser concejala de la ciudad, automáticamente dejo de asistir al Consejo local. Aún permanezco en IU. No me he dado de baja y sigo con mi cuota domiciliada. A pesar de ello, con un marcado carácter estalinista, ya me han borrado de las listas de distribución de Granada local y no sé si dejarán de pasarme la cuota, como han hecho con otras personas, por ejemplo Concha Caballero, para luego decir que como no se paga la cuota, se deja de ser militante de IU.
¿Cuáles cree que son los problemas fundamentales de Izquierda Unida? ¿Y sus posibles soluciones?
El sectarismo de algunos de sus dirigentes (principalmente los que dirigen el aparato) y de una parte de sus militantes y simpatizantes. Las continúas luchas intestinas por el “poder”, que desembocan en constantes divisiones y la pérdida de personas, todas valiosas. La falta de pluralidad y la incapacidad de sus dirigentes de gestionar la divergencia. La falta de democracia interna. Los continuos bandazos que determinan la inexistencia de una política clara, real. La falta de autocrítica y la eterna complacencia. El mirar desde su ombligo sin ver más allá. La falta de valentía política y de claridad en el discurso.
La solución es que haya un revulsivo de la izquierda en este país que haga abrir los ojos a las gentes que aún creen que el proyecto de IU actual es el mismo que cuando se creó. Esto implica a las propias gentes de dentro de IU que tienen que pelear para conseguir una izquierda de verdad. Lo que significa que las personas tienen que dejar de ser “palos de madera” y cambiar, para reflexionar y tener criterio propio.
¿Crees que hay alguna formación merecedora de apoyo político y/o electoral ahora mismo o por el contrario es necesario crear una nueva?
Creo que lo más necesario, hoy en día, es construir, crear esa izquierda que este país necesita. Construirla con las organizaciones de izquierda, colectivos sociales, asociaciones y gentes que se sienten huérfanas de proyecto político. Una izquierda que no de bandazos dependiendo de cómo vayan las encuestas. Preocupada por la gente de la calle, que viva la calle y con los pies en el suelo. Una izquierda que no sea burocrática. Que no pierda la pulsión militante y que no practique el clientelismo político (tanto dentro de la organización como en cualquier institución). Comprometida, coherente, democrática, luchadora y plural. Que abandone los “tics” heredados de los partidos tradicionales anclados en una forma patriarcal de entender la organización y por lo tanto desigualitaria. Una izquierda que defienda los Derechos humanos (incluida la cuarta generación) en todos los lugares sin pelos en la lengua.